La compañía Argentina con asentamiento en Buenos Aires Internet URL S.A., nos ofrece un título de naves poco inusual aunque si con tientes de grandes juegos de la época de los 8 bit y árcade tales como el Bosconian o el Last mission. Un género poco usual que tiene la esencia de aquellos juegos de naves, incluso, porque recuerda un poco a la Vic-Viper del gran Gradius.
No obstante, Dogos ofrece una alternativa más profunda a aquellos arcade de recreativa donde solo había que avanzar, dado que en esta ocasión, se ha planteado una historia que viene acompañada de una narrativa que cambia un poco las normas preestablecidas de este género. Es así como se conseguirá que el usuario se sienta algo más atrapado y motivado a seguir avanzando en la aventura propuesta en Dogos.
Libertad con restricciones
Es precisamente este aspecto narrativo el que da cobertura a nuevas opciones dentro de este género. Dogos no es un juego sobre raíles, si no que tendremos cierta libertad para movernos. De este modo, se suple ese típico scroll horizontal o vertical, aumentando las opciones para poder «explorar», aunque hay que considerar que no es oro todo lo que reluce. Y es que dentro de esta opción de ampliar los límites y quitar ciertas restricciones, es decir, aunque podamos manejarnos libremente por el mapa, nos obligarán a cumplir los objetivos dirigéndonos desde un punto A a un punto B, que estará marcado en el mapa para evitar confusiones.
En cierto modo, esta idea ofrece ciertas garantías para abarcar la acción de una forma diferente, siendo estos puntos de ruta, un requisito que no permitirá avanzar hasta no haber cumplido con cada uno de ellos, en el orden exigido. Generalmente, nos encontraremos con que el viaje transcurre por unas zonas bien delimitadas, lo que puede dar cierta sensación de ser pasillero, a excepción de alguna zona más amplia, donde tendremos que acabar con un número de enemigos o destruir algún tipo de instalación.
De este modo, Dogos ofrece diferentes fases, las cuales están divididas en tres misiones, siendo la última de ellas, la que nos enfrentará a un Boss, o un enemigo más poderoso. Aquí surge un primer problema, dado que estos no están bien nivelados. Dadas las circunstancias, nos encontraremos que algunos podrán elminarse rápidamente y otros exigirán un mayor control de la situación y dificultad, que suele ser por tener una vida excesiva, resultando sumamente tedioso acabar con ellos, y terminando por resultar una experiencia bastante cargante.
Armamento escaso
A la hora de entrar en escena, uno de esos aspectos que resulta de gran relevancia en los juegos de acción o en los shoo’em ups, es el armamento. Es aquí donde las diferentes propuestas pueden dar un punto extra a la experiencia, donde la norma implica que cuanto más variado sea, mejor. Claro que no es un punto fuerte ni un elemento diferencial para Dogos, que no cumple con esta premisa. En Dogos tendremos dos tipos de arsenal, uno terrestre y otro aéreo con el que tendremos que hacer frente a un no muy variado elenco de enemigos.
Al comenzar la partida tenemos la opción de elegir el tipo de disparo que nos acompañara a lo largo de la siguiente fase y podremos elegir entre cuatro disparos para los enemigos aéreos y tres para los terrestres. Parece una cantidad razonable de opciones. Sin embargo, a la hora de la verdad, en la acción que se desarrolla en cada una de las fases, acabaremos por usar el mismo tipo constantemente, dado que la diferencia es más bien escasa, sobre todo en los referidos a los ataques terrestres.
Pero por otro lado, si que podemos notar una mayor ventaja en el uso de potenciadores, o Power-Ups. En este caso, volvemos a encontrarnos que no hay una variedad excesiva, pero si que el efecto que se consigue con su uso resulta mucho más ventajoso y pondrán las cosas mucho más fáciles. De este modo, habiendo solo cuatro de ellos, dependerá del color de la nave enemiga el que nos hagan llegar uno u otro.
Dificultad poco balanceada
El juego muestra dos caras en cuanto a su dificultad, ya que pasa de ser excesivamente fácil durante las primeras fases a totalmente desquiciante después. Los enemigos aéreos no supondrán un gran desafío, la dificultad reside en los enemigos terrestres donde el juego se pausa para intentar facilitar el proceso de puntería sobre estos.
Lo más habitual en los títulos que explotan este género, es que a la hora de entrar en acción, se pone a prueba nuestros reflejos buscando el hueco entre toda la lluvia de balas que se nos viene encima. En el caso de Dogos, no se lleva a cabo de este modo, y aunque nos encontremos con proyectiles guiados nos bastará movernos en círculo para esquivarlos y proseguir con la matanza de enemigos.
Claro que la dificultad puede ser configurada desde el menú, donde Dogos ofrece 4 niveles de dificultad. Si bien el modo fácil puede resultar muy asequible, dadas las circunstancias, el nivel de dificultad ‘Normal’ puede llegar a ser extremadamente irritante.
Buen espectáculo audiovisual
Si en algo destaca Dogos es en el apartado técnico, dadas las circunstancias. Y es que sus escenarios presumen de un bello diseño 3D, con un frame-rate bastante estable y con un nivel de detalle más que decente. En este aspecto las naves son también bastante atractivas, pudiendo desbloquear hasta 6 skins diferentes.
Por otra parte la banda sonora, aunque no muy variada, tiene temas con muy buena composición musical, En cuanto a los efectos se refiere, disparos, explosiones, etc., también consigue sus expectativas, sumergiéndonos de lleno en la batalla.
Intuitivo y fácil
Otro de los puntos donde destaca es el su manejo, haciendo uso de las dos palancas, siendo solo una para sus fases de habilidad donde solo tendremos que preocuparnos de no chocarnos con ningún objeto, consiguiendo un control que no costará hacerse con él desde en un principio.