El género del shooter en primera persona ha evolucionado durante décadas, pero rara vez se desvía de las fórmulas de acción frenética, reflejos rápidos y recargas constantes. En ese mar de adrenalina pura, Ready or Not emerge como una propuesta radicalmente distinta: una experiencia táctica, meticulosa y tensa, donde cada paso puede ser el último. Desde su lanzamiento en PC en 2023, el juego de VOID Interactive ha construido una comunidad leal, entregada a su visión realista del trabajo SWAT. Ahora, en julio de 2025, por fin aterriza en Xbox Series X|S, conservando sus señas de identidad e incorporando ajustes necesarios para la experiencia en consola.
La gran pregunta era si una obra tan exigente, pensada desde sus raíces para teclado y ratón, lograría adaptarse al ecosistema de consola sin perder su esencia. La respuesta no es sencilla, pero sí clara: Ready or Not llega con fuerza, con sus virtudes intactas y sus limitaciones controladas. Se trata de una conversión respetuosa y valiente, pensada tanto para quienes llevan meses esperando su llegada a consolas como para los que se acercan por primera vez a esta experiencia táctica sin concesiones. Vamos a verla en profundidad en este análisis de Ready or Not para Xbox.
Rendimiento a prueba de estrés… casi siempre
Desde el primer minuto se nota el esfuerzo por adaptar el título al hardware de nueva generación. En Xbox Series X, el juego ofrece dos modos gráficos (Calidad y Rendimiento), permitiendo priorizar entre una mayor fidelidad visual o una mayor fluidez de imagen. En modo Rendimiento, el objetivo de los 60 FPS se mantiene en la mayoría de situaciones, pero en tiroteos intensos o escenarios con muchos efectos simultáneos puede haber caídas puntuales.
A nivel visual, Ready or Not no busca sorprender con espectáculos lumínicos ni mundos abiertos. Su ambientación apuesta por un realismo sucio, sobrio y muy bien conseguido. Las viviendas deterioradas, las oficinas abandonadas o los clubes clandestinos están repletos de detalles que refuerzan la tensión constante. Aunque algunas texturas no lucen del todo bien o que ciertas sombras presentan errores menores, no son nada que rompa la inmersión. En definitiva, es un juego bastante decentón, que transmite mucho con poco y funciona de forma más que aceptable en consolas.
El sonido que convierte cada paso en una amenaza
Si hay un apartado que brilla con luz propia en Ready or Not, es el sonoro. VOID Interactive ha recreado con precisión quirúrgica la atmósfera de una operación SWAT real: los pasos crujen según el tipo de superficie, los ecos retumban en espacios cerrados, y cada disparo suena con un peso que asusta. Además, el sistema de comunicación por walkie-talkie añade un extra de realismo. Si dispones de unos buenos auriculares o de un sistema surround en casa, vas a flipar. Literal.
El sonido no solo construye inmersión, sino que también ofrece información vital. Escuchar una puerta abrirse, identificar un grito en la distancia o localizar un disparo mal amortiguado puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso. Todo en Ready or Not está pensado para que el jugador esté en tensión, y el sonido es clave para sostener esa sensación de peligro constante.
Tensión, táctica y precisión: así se juega a ser un SWAT
A diferencia de la mayoría de shooters, aquí no se dispara por instinto, se actúa por necesidad. La planificación es esencial: antes de entrar en un edificio debes analizar el entorno, marcar rutas, elegir el equipamiento y coordinar a tu escuadrón. Una vez dentro, cualquier error puede tener consecuencias fatales. Disparar sin identificar, usar una granada mal lanzada o dejar una puerta sin cubrir puede llevar al fracaso de la misión.
El sistema de órdenes al escuadrón funciona bien, aunque la IA aliada no siempre responde como debería. A veces se atascan en pasillos, ignoran comandos o reaccionan con lentitud. Por eso, aprovechar el modo cooperativo se vuelve casi imprescindible. Jugar con amigos, establecer roles y coordinar tácticas eleva la experiencia a un nuevo nivel.
Las herramientas disponibles, desde las clásicas armas de fuego hasta cámaras serpiente, escudos tácticos, tasers o granadas aturdidoras, permiten múltiples formas de confrontar la situación. La variedad de enemigos (algunos impredecibles o incluso suicidas) obliga a adaptarse sobre la marcha y pensar como un verdadero agente de operaciones especiales.
Cada operación es un nuevo infierno por domar
Ready or Not ofrece más de 20 misiones diferentes, cada una con objetivos variados y escenarios únicos. El DLC gratuito Stories from Los Sueños, incluido de serie en la versión de Xbox Series X|S, añade aún más contenido sin coste adicional. Las operaciones van desde entradas silenciosas hasta asaltos totales, rescates de rehenes, desactivación de explosivos o infiltración en barrios conflictivos. Actuar con sangre fría siempre será un punto a tu favor.
Cada misión se puede abordar de múltiples maneras, y repetirlas con distintos equipos, estrategias o dificultades cambia por completo la experiencia. Además, se premia al jugador meticuloso, que opta por evitar bajas civiles, recolectar todas las pruebas y mantener a su equipo a salvo.
Si bien no hay historia narrativa tradicional, el título ofrece una ambientación sin igual que cuenta mucho sin necesidad de grandes alardes. Los informes de misión, los entornos y las decisiones construyen un contexto sólido que te hace sentir parte de algo más grande. Y por otro lado, tenemos las misiones en cooperativo multijugador.
La difícil transición del teclado al mando
El paso de Ready or Not a consolas no ha sido perfecto, pero sí notable. Se han eliminado ciertos contenidos sensibles (violencia extrema, desnudos explícitos). Llega con censura, sí, pero no lo hace por gusto, sino para cumplir con las políticas de publicación, lo que puede generar cierto debate y no gustar a todos los jugadores. Aun así, estos cambios no afectan sustancialmente a la propuesta jugable ni a la sensación general del juego.
Los tiempos de carga son aceptables, el menú es funcional y el sistema de control ha sido bien adaptado al mando, aunque requiere cierto tiempo de aprendizaje. Es un título con una curva de aprendizaje exigente, que no hace concesiones al jugador novato, y eso es precisamente parte de su encanto en cualquiera de sus tres niveles de difcultad.
Conclusión del análisis de Ready or Not para Xbox
Ready or Not es una de las experiencias tácticas más intensas y realistas que podemos encontrar en consola. Su llegada a Xbox Series X|S no solo es bienvenida, sino necesaria, en un panorama saturado de shooters genéricos. VOID Interactive ha conseguido trasladar su propuesta con fidelidad, manteniendo su esencia y mejorando aspectos clave como la accesibilidad y el contenido cooperativo.
A lo largo de las 15-20 horas que dura el juego principal, es una propuesta que te obliga a pensar antes de actuar, a comunicar antes de disparar y a asumir las consecuencias de cada decisión. No es para todo el mundo, pero quienes entren en su ritmo pausado y táctico descubrirán una experiencia tan absorbente como gratificante. Ready or Not nunca ha querido ser un juego de masas, sino que busca ser auténtico. Y lo consigue, tanto antes PC como lo está demostrando también en consolas.