El mercado de mandos de Xbox está realmente saturado por opciones de todo tipo y para todos los gustos. No solo por los numerosos diseños que la propia Microsoft lanza sobre sus propios mandos, sino también por las opciones que podemos encontrar de terceros, tanto para aquellos que buscan opciones económicas, como para los que quieren el clásico mando pro con el que sacarle mayor partido a nuestras sesiones de juego.
Hablando precisamente de los mandos PRO, lo normal es que este tipo de dispositivos ofrezca opciones de personalización que suelen destacar por elementos como acortar el recorrido de los gatillos, cambiar las setas de los joysticks o contar con palancas o botones traseros. No obstante, no es habitual que que nos encontremos con modelos que cambien por completo los botones del dispositivo, y para eso llega precisamente el Turtle Beach Stealth Pivot.
Análisis del Turtle Beach Stealth Pivot
Presentación y características
Aunque estamos acostumbrados a que las marcas que ofrecen dispositivos con la coletilla «PRO» suelen ofrecer una presentación de lo más cuidada, es cierto que aquí Turtle Beach no le ha puesto tanto mimo. Nos encontramos eso sí con una caja pequeña con un buen empaquetado, aunque con una presentación que me habría gustado que hubiera estado un poquito más pulida. No obstante, lo mejor de todo es que el mando llega completamente protegido.
En cuanto a las características, nos encontramos con un mando con la licencia de Xbox, que cuenta con elementos diferenciales en comparación a otros modelos profesionales. Lo primero de todo son los módulos giratorios intercambiables, que permiten pasar de una configuración clásica a una dedicada exclusivamente a juegos de lucha. En lugar de tener el joystick en la parte derecha, lo sustituiremos por dos botones configurables, y en el otro lado, la cruceta pasará a estar arriba y debajo de esta contaremos con otros dos botones extra, asimilándose más a una caja de fighting games.
El Turtle Beach Stealth Pivot es un dispositivo que cuenta con conectividad inalámbrica a 2,4 GHz, aunque eso sí, es algo exclusivo de PC debido al pincho que incorpora. Si queremos usarlo en Xbox, será necesario conectarlo a través de cable. Por otro lado, cuenta con 20 horas de batería, y gracias a su carga rápida podremos tenerlo listo en un tiempo bastante más reducido que el clásico de los mandos tradicionales.
Pero el elemento más destacado de todo lo que ofrece este mando es la tecnología Hall de los josyticks. Gracias a esta, el temido Drift no hará acto de presencia, algo que ha sido demasiado habitual en las últimas generaciones de consola. Finalmente, cabe señalar que también cuenta con una pantalla OLED donde podemos configurar rápidamente los perfiles y aspectos como el volumen de los auriculares o el micrófono.
Un mando realmente versátil
Aunque ya he hablado de los módulos giratorios a modo de introducción, creo que hace falta detenerse en ellos, ya que es el auténtico baluarte de este dispositivo. Simplemente quitando el seguro del módulo (con la palanca trasera de la que hablaba anteriormente) y simplemente girando la seta del joystick, conseguiremos que estos se «escondan», para que no choquen a la hora de intercambiarlos con el otro módulo. Debo decir que el procedimiento es sencillo, pero en ocasiones no se hace del todo intuitivo, porque a pesar de que lleves a cabo el procedimiento estipulado, no siempre funciona.
Una vez que tenemos los módulos intercambiados, nos encontramos con una configuración pensada para aquellos que jueguen asiduamente a títulos de lucha, especialmente en 2 dimensiones. Como podemos ver en las imágenes, los módulos «secretos» dicen adiós a los joysticks, y nos encontramos con una cruceta (que todo sea dicho, funciona a las mil maravillas) y cuatro botones adicionales que simulan los que podemos ver en un arcade stick. He jugado con el título a Mortal Kombat 1, y la verdad, el resultado ha sido muy bueno.
La pulsación de los botones se aleja de ese acabado clicky que pude ver en el Razer Wolverine V3 Pro, apostando más por un acabado clásico que le sienta francamente bien. Además, como buen mando Pro, el dispositivo incorpora elementos que aportando mucho a las partidas, como por ejemplos los botones traseros programables, que en títulos como Call of Duty: Black Ops 6 me han salvado en más de una ocasión. Lo mismo que ocurre con el sistema para recortar los gatillos, con los que soy capaz de empezar a disparar y apuntar mucho antes, y que supone una ventaja en el modo multijugador.
A nivel de funcionalidad, también es muy útil la pantalla OLED que incluye el dispositivo. Se activa presionando el botón «+» de la parte inferior, y a través de ella podemos personalizar varios elementos. Entre algunos de ellos, se encuentra el cambiar de perfil (hasta 5 diferentes), controla la duración de la batería, ajustar el volumen de los auriculares o incluso buscar nuevo firmware del dispositivo.
No obstante, el mando no es perfecto. Echo en falta un acabado rugoso en los agarres para que este se haga más cómodo. Es cierto que no es un acabado en plástico, y el material utilizado por Turtle Beach se adapta bien, pero si tuviera el acabado citado sería casi perfecto en ergonomía. Otro detalle importante es que, si queremos jugar en Xbox Series X|S o Xbox One, hace falta conectarlo a través de cable. La única manera de jugar de forma inalámbrica es a través del dongle que incluye, que solo funciona en PC.
Control total de tu dispositivo
Una vez que empezamos a usar el dispositivo, podemos instalar Control Center 2 tanto en nuestro ordenador como en nuestra consola. Con esta aplicación podremos modificar casi todos los aspectos del dispositivo, y sinceramente, me ha gustado mucho la forma en la que Turtle Beach ha planteado su aplicación. Para empezar, en PC se control exclusivamente con el dispositivo, lo que permite que se pueda hacer de manera intuitiva sin tener que depender demasiado del ratón.
Por otro lado, las opciones de personalización son lo suficientemente completas como para no echar nada en falta. Podemos grabar los diferentes perfiles desde aquí, modificando el comportamiento de los botones «adicionales» que aparecen en el módulo giratorio, así como las palancas traseras del mando. Pero esto no es lo único que podemos modificar, ya que también se puede configurar la zona muerta de los gatillos y los joysticks, la iluminación RGB e incluso las funciones multimedia.
Conclusiones – Análisis del Turtle Beach Stealth Pivot
Sinceramente, no suelo recomendar muchos mandos pro. Sin embargo, si eres un entusiasta del género de lucha (especialmente 2D), el Turtle Beach Stealth Pivot es una compra muy inteligente. Tener la posibilidad de poder jugar de una manera tan intuitiva le da muchos enteros si somos habituales de juegos como Mortal Kombat 1 o Street Fighter 6. Sobre todo porque la manera de cambiar de un módulo a otro es realmente simple.
Además, también cuenta con los añadidos que podemos encontrar en otros mandos Pro, como los botones traseros (situados en muy buena zona), posibilidad de acortar el recorrido de los gatillos, o controlar diferentes funcionalidades mediante perfiles. Y por si fuera poco, cuenta con una duración de batería (solo en PC) realmente buena, ya que ofrece hasta 20 horas de uso continuado.
Es cierto que no es perfecto, ya que se echa en falta ese tacto rugoso al agarrarlo, o que también funcionase de manera inalámbrica en consola. Sin embargo, quitando esto, es un mando muy recomendado.
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