Tras cinco años de actualizaciones episódicas y contenido estacional, The Division 2 recibe por fin una expansión de pago que devuelve al jugador a las raíces de la saga. Batalla por Brooklyn no es solo un viaje nostálgico, sino una declaración de intenciones por parte de Massive Entertainment.
Una prueba de que, a pesar del paso del tiempo, Nueva York sigue siendo el mejor escenario posible y el alma de The Division. Analizamos este nuevo y último DLC cargado de nostalgia, contenido y acción, dedicado para los fans más fieles de la franquicia de Ubisoft bajo el sello de Tom Clancy.
De vuelta a Nueva York: el regreso más esperado
Desde su lanzamiento en 2019, The Division 2 había mantenido a los jugadores en Washington D. C. Y aunque las temporadas ofrecían desafíos interesantes, la comunidad llevaba tiempo pidiendo un regreso a la ciudad que lo empezó todo. Batalla por Brooklyn cumple ese deseo con una expansión de pago que sabe a reencuentro y redención. A lo largo de aproximadamente 10 horas —al menos si se opta por seguir solo la historia principal—, la expansión propone una experiencia directa, contundente y cargada de contenido.
El punto de partida es familiar, empezamos con nuestro agente (en Nivel 1 y el equipo que tuviera) en un mapa que amplía las zonas iniciales del primer juego, pero que ahora presenta un Brooklyn distinto, marcado por el otoño, la decadencia y una ambientación más sombría. Esta vez, la amenaza no viene solo del caos social: una nueva arma biológica conocida como Llama Púrpura obliga a redoblar esfuerzos en una campaña que alterna momentos de pura acción con otros de tensión narrativa.
Fanservice y potencia narrativa
Massive ha jugado bien sus cartas con el diseño de misiones. Desde la emblemática comisaría del E3 de The Division original hasta nuevas ubicaciones como la pista de patinaje de Dumbo, la expansión está plagada de guiños a los veteranos. Cada rincón del mapa parece pensado para despertar recuerdos, pero sin caer en el refrito. Hay evolución, y se nota en cómo los entornos se han adaptado al paso del tiempo dentro del propio universo del juego.
En cuanto a la historia, Batalla por Brooklyn mantiene un tono serio y logra ampliar el trasfondo del conflicto sin alargarlo innecesariamente. Algunas misiones principales sorprenden por su ambientación, su diseño vertical y por cómo conectan con eventos anteriores. Hay incluso pequeñas ramificaciones que, según Ubisoft, afectarán a los finales disponibles en la campaña base.
Más armas, más habilidades, más desafíos
En el plano jugable, la expansión introduce nuevas armas como la escopeta Blunderbuss o un bastón llamado Beekeeper, además de habilidades inéditas como la Cobertura Inteligente, útil tanto en PvE como en PvP. La variedad de enemigos también ha aumentado, con facciones como los druidas infectados y bandidos piratas que dan un giro interesante al combate urbano.
Las nuevas zonas secundarias, como la refinería H5 o el Museo de Arte, no solo añaden valor rejugable, sino que también se convierten en los mejores momentos jugables de la expansión. Misiones largas, intensas, con jefes memorables y transiciones de escenarios que aportan dinamismo. Si algo ha conseguido Massive con esta expansión es recuperar el ritmo y el interés por el endgame de The Division 2.
El principio del fin… o un nuevo comienzo
Aunque Batalla por Brooklyn supone el cierre del contenido postlanzamiento de The Division 2, también funciona como una carta de amor a la comunidad que ha aguantado a lo largo de sus casi seis años de vida. Puede que su contenido no sea revolucionario, y quizá se quede corto en número de misiones para quienes han estado esperado, pero su ejecución es impecable.
Hay sabor a despedida, pero también a esperanza. Esta expansión demuestra que Nueva York sigue teniendo mucho que ofrecer, y deja la puerta abierta a que The Division 3 recupere definitivamente esa magia. Tal vez no volvamos a Washington. Tal vez nunca debimos salir de Manhattan.
Battle for Brooklyn no es solo una expansión de historia: es una reivindicación. Un recordatorio de lo que hizo grande a The Division y una despedida con clase para una entrega que, pese a todo su historial, ha sabido mantenerse viva. Así que si alguna vez disfrutaste recorriendo las calles de Nueva York bajo la nieve, esta nueva visita otoñal te merecerá la pena. Seguro.