Aunque en las últimas décadas España no ha tenido un gran protagonismo en lo que ha desarrollo de videojuegos se refiere, sobre todo si nos referimos al ámbito de los títulos de alto presupuesto —o más comúnmente referenciados como AAA—, es posible que desconozcáis que el país posee una gran historia a sus espaldas en lo que a desarrollo de videojuegos se refiere, o el hecho de que Barcelona está convirtiéndose en uno de los principales núcleos europeos de desarrollo de videojuegos a un ritmo de vértigo. En el artículo que os traemos hoy queremos repasar con vosotros la historia de la industria en España y los factores que han llevado a su crecimiento a toda velocidad a través de la capital catalana.
La edad de oro del software español
Empecemos por el principio. Todo comenzó durante la década de los 80 y los 90 en los que una empresa llamada Dynamic Software (posteriormente convertida en Dynamic Multimedia tras su bancarrota) desarrolló una enorme cantidad de títulos para MS-DOS, ZX Spectrum, Atari, Amiga y, en resumen, para todo tipo de computadoras de la época. A ellos se les unió el nacimiento de otras empresas desarrolladoras locales como Topo Soft, Opera Soft, Made in Spain y Zigurat, entre otras.
El boom del desarrollo de entretenimiento catapultó a nuestro país a la que se conoce como La edad de oro del software español, que duró entre 1983 y 1992 y lo ensalzó como el segundo mayor desarrollador de títulos de 8 bits en el continente europeo, únicamente por debajo de Reino Unido. Los estudios españoles destacaron especialmente en el género de las aventuras de texto, algo así como libros de elige tu propia aventura en formato de videojuego. El éxito del género fue tal que incluso llegaron a surgir desarrolladores como Aventuras AD, enfocados únicamente en este tipo de videojuegos.
Por supuesto nada dura para siempre, y en este caso fue el salto tecnológico de los 8 a los 16 bits el que dio el punto y final a esta época de bonanza. Mientras que la mayoría de desarrolladores españoles se mantuvieron trabajando en las máquinas de 8 bits, los usuarios las sustituyeron en masa por las nuevas y flamantes Atari ST, PC IBM o la Commodore Amiga. Cabe destacar que a diferencia de como ocurre en tiempos contemporáneos, no existían los títulos intergeneracionales ni períodos de adaptación al nuevo hardware tan generosos como los que vivimos ahora. El avance llegaba como un relámpago y dejaba atrás a los rezagados. Con esto, la industria española colapsó en 1990 y para 1992 podemos decir que la década de oro del software español había terminado.
Madrid y la llegada de los títulos de alto presupuesto
¿Qué es lo que sigue a la edad dorada en el país? Tras el colapso de la industria durante los 90 y la necesidad de presupuestos más altos para mantenerse a la altura de la mayor potencia gráfica de la época, nos encontramos con un panorama bastante desolador. Títulos como Metal Gear Solid o Final Fantasy VII demostraron a finales de los 90 el potencial a nivel técnico y cinematográfico que esta industria podía dar de sí, pero con ello llegó también la necesidad de presupuestos millonarios y el aumento de la exigencia de los jugadores, convirtiendo el desarrollo de videojuegos en un trabajo menos accesible de lo que lo fue nunca.
Con esta menor accesibilidad, la industria de los videojuegos en España estaba muy lejos de lo que fue, aunque podemos hablar de la apertura del que sería un gran estudio en la capital catalana, con la fundación de Ubi Soft Barcelona en 1998 —posteriormente renombrado a Ubisoft Barcelona—.
Probablemente uno de los estudios españoles de más renombre a día de hoy surgió en esta época. Habiendo trabajado en algunas de las sagas más famosas del mundo, como son Castlevania y Metroid, Mercury Steam abrió sus puertas en Madrid en 2002 de la mano de antiguos miembros de Rebel Act Studios. Su buen hacer les ha llevado a trabajar codo con codo con algunas de las compañías más grandes de la industria, como son Konami y Nintendo, habiendo gozado de múltiples nominaciones al GOTY durante este mismo año por Metroid Dread.
Madrid siguió manteniéndose como el principal centro de desarrollo de videojuegos durante esta década, apareciendo otro estudio de gran renombre a día de hoy como es Tequila Works. Fundado en 2009 y con sede en la capital española, han sido responsables de títulos de gran popularidad como Deadlight y más recientemente, RiME.
Teniendo en cuenta mis propias raíces y procedencia, no podría cerrar este apartado sin mencionar la aparición de dos desarrolladoras indies sobresalientes en Sevilla durante la última década. The Game Kitchen y Nomada Studio han puesto a la capital andaluza en la palestra, gracias a Blasphemous y Gris, dos títulos que sin necesidad de un presupuesto mastodóntico ni de inversiones millonarias en márketing han cosechado un indiscutible éxito internacional.
El precio de la vida y la infraestructura como factores determinantes
Desde 2010 en adelante Barcelona ha recibido una llegada inmensa de nuevos estudios, desde algunos de origen local a otros procedentes de compañías internacionales buscando extender su producción. Las razones de esto son muchas, tradicionalmente se han elegido algunas de las zonas urbanas más grandes del planeta para establecer los estudios de desarrollo, por razones bastante entendibles. En las ciudades más desarrolladas se dispone de mayor infraestructura, edificios lo suficientemente espaciosos y equipados para acoger a centenares de trabajadores y además es donde más talento se puede encontrar, dado el volumen de habitantes y la mayor proliferación de universidades.
California es probablemente el mayor exponente en este aspecto, habiendo acogido algunos de los estudios occidentales más grandes hasta la fecha. En la región se localizan estudios del calibre de Riot Games, Insomniac Games, Infinity Ward, InXile Entertainment o Naughty Dog, entre otros. La costa oeste de los Estados Unidos y todos los alrededores del Silicon Valley ofrecen un entorno idílico para que proliferen todo tipo de empresas tecnológicas, pero no son los únicos núcleos urbanos con estas características. Montreal es otra de las grandes urbes clásicas en lo que a empresas tecnológicas y de desarrollo de videojuegos se refiere. Square-Enix, Bethesda, Eidos Montréal o Electronic Arts han sido algunas de las compañías que han elegido a la ciudad canadiense —la segunda más poblada del país por detrás de Toronto— para establecer estudios de desarrollo.
No obstante, estas enormes urbes tienen un gran “pero”, y es el elevado precio de vida y de infraestructura que suponen. Para ilustrarlo, la media de precio de una vivienda en California durante el año 2020 era de unos 600.000$, un 88% más alta que la del resto de los Estados Unidos, donde ya es bastante elevada de por sí en comparación con el resto del mundo. Establecer un estudio en ciudades masificadas y con un coste de vida y de inmuebles elevado supone una dificultad a la hora de realizar la labor del desarrollo de juegos. No solo encarece el precio de su desarrollo, siendo necesario un mayor gasto en infraestructura y en sueldos, si no que puede dificultar la retención del personal si su nivel de calidad de vida no es el adecuado, de nuevo, debido a la masificación y el elevado coste que puede llevar establecerse en estas urbes.
España supone una diferencia en este aspecto. El coste de vida y de infraestructura es considerablemente menor que el de las ciudades anteriormente mencionadas, incluso si Madrid y Barcelona suponen unos precios elevados para la media del país. Además de esto, factores como el clima convierten a Barcelona en una ciudad más atractiva para atraer y mantener a un personal feliz frente a, por ejemplo, Montreal.
Barcelona y su tradición en la industria de la animación
Muchas de las características que hemos mencionado podrían extrapolarse a otras ciudades del país, como mismamente a la capital de Madrid. Sin embargo, Barcelona lidera actualmente el sector en España, estimándose la existencia de unos 145 empresas de videojuegos en Catalunya, que facturarían la friolera de 430 millones de euros.
Entonces, ¿por qué Barcelona? Hay varios factores que llevan a esta proliferación de la industria en la capital catalana. Para empezar, Barcelona posee una gran tradición en el sector de la animación, la cual tiene una estrecha relación con el sector de los videojuegos. Esta tradición de animadores ha llevado a una mayor presencia de talleres de formación y más ofertas de trabajo respecto a otras capitales españolas. Hay una mayor formación de talento dentro de Barcelona, lo cual a su vez atrae a talento internacional.
No hay que olvidar además la gran localización geográfica que posee Barcelona y las grandes inversiones en industria que se realizan en la comunidad, lo cual también ha repercutido en las empresas del sector. En una entrevista a La Vanguardia de este mismo año, la Escuela de Diseño LCI Barcelona, la cual cuenta con un Grado de Diseño de Videojuegos y de animación 2D y 3D, confirmó que han presenciado un enorme crecimiento en el interés de los jóvenes por formarse en este campo. Sin duda, el crecimiento de la industria dentro del país también ha beneficiado que los estudios dentro de Barcelona puedan crecer, ante la demanda de más puestos de trabajo en este sector.
El futuro de la industria en España
A modo de resumen, podríamos esquematizar los factores que han contribuido al establecimiento de Barcelona como una de las mayores urbes europeas de desarrollo de videojuegos en lo siguiente: bajos precios de infraestructura y de vida —en comparación con territorios como Santa Mónica o Montreal—, un clima y estilo de vida atractivos a la hora de atraer talento internacional y una tradición en el sector de la animación que se ha traducido en una mayor presencia de estudios de formación y ofertas de empleo.
¿Cómo luce el futuro de la industria en la capital catalana? Francamente, aún más prometedor que hasta ahora. Este mismo año Larian Studios, creadores de la duología Divinity Original Sin y más recientemente de Baldurs Gate 3 —actualmente cosechando unas críticas sobresalientes en su early access— han abierto una nueva sede en Barcelona, a través de la antigua Blitworks, quienes trabajaban en portear títulos de terceros. Paradox abrió su estudio Paradox Tinto en Barcelona el año pasado e IO Interactive, creadores de la saga Hitman, también han abierto un estudio en la capital catalana con el objetivo de convertirse en los desarrolladores más grandes de toda Europa. Todo esto que se está moviendo en Barcelona, junto al renovado éxito encontrado por Tequila Works y Mercury Steam en Madrid, apunta a la que podría ser la nueva edad de oro del software español.