Nadie puede negar que, aunque los números fueron buenos para los registros de Bioware, no lo fueron para Electronic Arts. Los malos resultados de Dragon Age: The Veilguard parecen esconder grandes controversias sobre el desarrollo de juegos, donde la actriz Alix Wilton Regan, en una entrevista para IGN, se ha mostrado impactada por esta situación. La profesional manifestó que, en parte, el fracaso comercial se debió a que ciertas personas en internet parecían desear el fracaso del juego. Una situación bastante lamentable que alguien ajena a cómo se mueve el público en esta industria, ha generado bastante controversia.
De hecho, Regan asegura que este ambiente tóxico no solo afectó el rendimiento del título, sino que también repercutió en el ánimo del equipo detrás de la franquicia, demostrando que, a veces, las críticas destructivas pueden desvirtuar una propuesta que de otra manera se hubiera considerado sólida. Sabemos bien que el momento no era el propicio en muchos ámbitos, y ciertos sectores de la industria mostraron su capacidad de hacer mucho daño con una mala prensa en redes sociales. Algo que, ha llevado a la FTC a plantear soluciones al review-bombing que atañe a plataformas como Metacritic, convertida en un fiasco en la mayoría de casos.
Los malos resultados de Dragon Age: The Veilguard podrían ser motivados por el exceso de toxicidad de las redes sociales
Pueden haber muchos factores que han fomentado la crítica, dado que el juego tiene muchos aspectos controvertidos. Pero la sensación que ha quedado es que el juego ha sufrido de más una mala prensa que ha lastrado el potencial real del juego. Tras todo ese esfuerzo, la actriz señala que dentro del estudio, la situación se ha sentido con especial crudeza. Expresó su tristeza por el estado de BioWare, subrayando que el juego, a pesar de las adversidades, encarna el espíritu característico del estudio y podría haber representado una evolución natural en la línea narrativa de la saga. Sin embargo, la percepción negativa de algunos sectores en línea y la opinión dividida de la crítica han mermado las expectativas generadas antes del lanzamiento.
La situación interna en BioWare se vio agravada por revelaciones de altos cargos sobre el proceso de desarrollo. El exdirector Mark Darrah ha relatado cómo la inestabilidad y la falta de liderazgo durante la producción del título impactaron de manera significativa en el ambiente de trabajo y en la calidad final del juego. Según Darrah, momentos de discontinuidad en la dirección del proyecto, donde se produjo una desconexión en la comunicación y en el liderazgo central y resultaron en dificultades que dejaron una huella indeleble en el producto final- Esto evidenció problemas estructurales que han marcado la historia reciente del estudio.
Pero puede que el mayor problema haya resultado de cómo Electronic Arts esperaba unos resultados muy distintos a los de Bioware. La editora destacó la importancia estratégica de la franquicia Dragon Age para el futuro de la compañía. Esto quería añadir un grado mayor de compromiso con la saga, pero la multinacional ha declarado que la inversión en la serie es una prioridad, a la vez que aseguraba no haber alcanzado los resultados necesarios. Pese a este respaldo institucional, no se puede negar que del mismo modo que parece positivo, también supone un grado de responsabilidad y una exigencia que puede pasar factura.
Es posible que Dragon Age necesite recapitular y analizar bien su siguiente paso, pero hasta que eso ocurra, las esperanzas de Bioware se centran en el siguiente episodio de Mass Effect. Una bala en la recámara que buscará resarcir al estudio, a la vez que está intentando desligarse de la mala fama que se ha apoderado de la empresa y sus licencias. No obstante, cada día que pasa parece más evidente que algo no está siendo correcto en una comunidad que debería estar contenta con todas las oportunidades de disfrutar que se presentan con cada lanzamiento.