La separación de NetEase y Activision se debió, en parte, a los retrasos sufridos en el contenido de Destiny 2 y a la baja inversión del gigante chino en el proyecto. Y es que, según un nuevo informe del New York Times, Activision no estaba contenta con los 100 millones de dólares invertidos en Destiny 2, ya que el desarrollo estaba retrasado y podría distraer a la empresa de sus obligaciones. Esto, sumado a las tensiones geopolíticas que ya arrastraban, derivó en la separación total en enero de este año, dejando a más de 3 millones de jugadores sin poder jugar a juegos de Activision en China.
De este modo, la asociación que duró más de 14 años terminó bruscamente y de mala manera, llegando a emitir un video de cómo derribaban una estatua de un hacha de World of Warcraft situada frente a las oficinas de NetEase en Hangzhou. En las renegociaciones que se realizan cada pocos años, el gigante chino solicitó a Activision que licenciara sus juegos directamente a NetEase, lo que daría a esta más control sobre las operaciones, algo que no terminó de agradar a Activision.
La separación de NetEase y Activision se debió en parte a los retrasos del contenido de Destiny 2
Ese mismo año, NetEase invirtió en una compañía de desarrollo de videojuegos fundada por una persona que hasta hacía poco había sido un empleado Senior de Activision, lo que remató el enfado de Activision. La jugada por parte de Kotick fué la de imponer una cláusula que impedía a NetEase contratar a nadie que hubiera estado ligado a Activision en el pasado o que invirtiera en juegos dirigidos por ellos. En este punto, las tensiones llegaron a tal punto que Bobby Kotick y William Ding, director ejecutivo de NetEase, tuvieron un encontronazo durante una llamada en la cual, los traductores de Kotick, sintieron que se estaba amenazando al CEO de Activision.

Tras esta llamada y varios mensajes públicos contradiciendo lo ocurrido, Activision ofreció cambiar a un acuerdo de licencia si pagaban 500 millones por adelantado en lugar de pagos durante el transcurso del acuerdo. NetEase declaró que esa oferta era completamente ilógica y que todo estaba listo para que el contrato acabara en enero. De esta forma, lo que comenzara con un malestar por la inversión de Destiny 2 y los retrasos en su contenido, acabó derivando en una revisión de la asociación que ha terminado por desaparecer tras la tensión acumulada entre ambas.