¿Quién no ha pensado alguna vez en recorrer algunos de los paisajes más bonitos de China? Internet esta lleno de postales con regiones que parecen sacadas de un cuento de hadas o de castillos mastodónticos que nos darían tortícolis si intentáramos ver su cima. Probablemente un viaje así nos saldría por un buen desembolso, pero hay formas más sencillas (y económicas) de transportarnos a la cultura y la historia del gigante asiático. Wuchang: Fallen Feathers pretende hacer eso y mucho más en lo que promete ser la obra de culto del estudio chino Leenzee Games.
Wuchang: Fallen Feathers es un Action RPG del subgénero souls, que tan de moda están en los últimos años. No es para menos, pues la promesa de explorar intrincados mapeados, combatir contra jefes desafiantes y descubrir una historia que nos toque la fibra sensible son, en muchos casos, los ingredientes perfectos para elaborar un juego que, en el peor de los casos, es entretenido y, en el mejor, una obra maestra de la que todo el mundo acabe hablando.
En ese sentido, Leenzee Games ha decidido dar el todo por el todo y lanzar su propuesta en un mercado algo saturado de juegos de este género y con colosos tan cercanos a su fecha de lanzamiento como el ya exitoso Elden Ring: Nightreign (aunque técnicamente es un rogue-like) o el cercano Black Myth: Wukong. Aparte de su lanzamiento a precio algo más reducido ¿qué más bazas tiene en su favor? ¿Cumple las expectativas que nos generó en uno de los Xbox Partner Preview? Vamos a descubrirlo en este análisis de Wuchang: Fallen Feathers, eso sí, libre de spoilers para que el viaje a las tierras de Shu siga siendo una aventura para todos vosotros.
Wuchang y el Emplumado, una historia compleja y misteriosa
Wuchang, nuestra protagonista, comienza su historia en una cueva sin saber muy bien cómo llegó allí. Solo tiene una certeza: ha sido atacada por un monstruo y ha recibido su maldición, más conocida como el Emplumado. Y si, estamos siendo literales, pues la maldición del Emplumado tiene como uno de sus síntomas la pérdida progresiva de memoria (además del pequeñísimo problema de puede acabar convirtiéndonos en un monstruo, ya sabéis, cosas sin importancia…). Pronto averiguaremos el motivo de nuestra llegada a esa región: la búsqueda de nuestra hermana. Tan solo uno o dos minutos después de empezar la partida, llegaremos al templo reverente, donde un monje taoísta nos pondrá al día y nos explicará cómo hemos llegado ahí y cual debería ser nuestro siguiente objetivo. El templo reverente será vuestra primera base de operaciones y donde se reunirán algunos de los NPC más importantes que os acompañarán en el resto de la historia.
Wuchang: Fallen Feathers en ese sentido cumple de forma excepcional para lo que se espera de un souls-like: un mundo extenso, con variedad de entornos e interconectado de manera magistral. En serio, es difícil no hacer una captura de pantalla en muchos de sus paisajes de lo bonitos que son. No era una broma cuando decíamos al comienzo de este análisis que este videojuego es una oportunidad estupenda de hacer un viaje a parte de la cultura e historia de China.
Porque es en China donde transcurre toda esta historia, más concretamente, durante el periodo tardío del gobierno de la dinastía Ming, una época de conflicto entre los hijos herederos de ese árbol genealógico y una facción rebelde, que pretende hacerse con el poder. Por supuesto, aquí los hechos históricos no son literales, sino que todo transcurre en una realidad alternativa donde el Emplumado está causando estragos en la población de Shu. Muchos de estos habitantes se cruzarán en nuestro camino, y aunque la mayoría no serán hostiles de primeras, nuestros actos durante la búsqueda de nuestra hermana pueden tener consecuencias en sus vidas. Las decisiones que tomemos con ellos serán fundamentales para el desarrollo de la historia e influirá en la obtención de equipo con el que podremos prepararnos para las batallas venideras.
No te limites, aprovecha tu arsenal
Wuchang: Fallen Feathers no se diferencia en gran medida de otros souls-like en lo que respecta al equipo. Aunque empezaremos con una espada larga, pronto podremos acceder a otras herramientas como hachas, lanzas, espadas duales, etc… Cada tipo de arma tiene sus propios movimientos, pero lo interesante es que, al más puro estilo de Elden Ring, podemos personalizar algunas de las habilidades (aquí llamadas disciplinas) asociadas a ellas, permitiendo variar alguno de sus movimientos si el entorno o los jefes finales así nos lo exigen.
Esa es la principal baza de Wuchang: Fallen Feathers, pues cada vez que subamos un nivel y obtengamos una mejora de atributos o equipo, podemos reiniciarlas y elegir otras opciones para nuestro personaje de forma totalmente gratuita. ¿El enemigo es un lanzador de hechizos débil al cuerpo a cuerpo? Podéis usar cualquier arma y probar suerte con otra si no os funciona bien ¿Ese jefe no para de atacarte cuerpo a cuerpo? Cambiad la disciplina de vuestra espada por desvíos y romped sus combos al más puro estilo Sekiro: Shadows Die Twice ¿Es difícil acercarse a él? Usad los hechizos que hayáis adquirido para declinar la balanza en vuestro favor. Las posibilidades no son infinitas, pero puedes elegir muchas formas de abordar a un enemigo, y eso pasa también, por supuesto, en modificar los escalados de las armas a tu gusto, aunque tendremos más opciones conforme avancemos en el juego. Y si, eso también incluye una gran variedad de hechizos y disciplinas.
No obstante, hay varios factores muy importantes para el combate a tener en cuenta: la Locura y el Poder Celestial. Cada vez que matemos a un enemigo humano, nuestro contador de Locura aumentará en un punto. Si el enemigo es un monstruo emplumado, la Locura disminuirá. Nuestras habilidades se verán potenciadas cuando nuestro valor de Locura sea más alto, pero si alcanza el nivel máximo, tendremos que lidiar con otras consecuencias. La peor de ellas es que, aunque hacemos algo más de daño, también recibimos más de nuestros enemigos, y si morimos durante nuestra exploración, cuando vayamos a recuperar nuestra experiencia, un demonio nos intentará atacar. Solo derrotándolo recuperaremos nuestro Mercurio Rojo, la moneda de cambio en este juego.
El Poder Celestial lo conseguimos cada vez que esquivamos en el momento justo y se puede acumular en función de lo desarrollada que esté Wuchang. Hay otras habilidades que nos proporcionarán este poder y es clave para lanzar hechizos, lanzar ataques potentes de forma rápida y, en definitiva, hacer a Wuchang más letal y destructiva cuando más lo necesitamos. Dominad los patrones de ataque de vuestros enemigos, esquivad en el momento justo (o realizad otras acciones que os den Poder Celestial) y penalizad a vuestros enemigos con vuestras técnicas más mortíferas. Por supuesto, si rompéis su postura o atacáis con golpes fuertes por la espalda del enemigo, tendréis oportunidades de hacer golpes críticos, como en otros souls-like.
Además de estos poderes místicos, Wuchang contará con otras herramientas mas mundanas pero igualmente efectivas. Los consumibles son algo habitual en este juego y muchas ocasiones os sacarán de algún apuro, sobre todo en los jefes más duros del juego, pero lo que marcará la diferencia en muchos casos es el Templado, o lo que es lo mismo: añadir afinidades elementales y de efectos de estado a las armas. Aprovechar las debilidades de nuestros enemigos no es tan fundamental en este juego, pero si causamos estados alterados como quemaduras o parálisis, nuestros combates serán definitivamente más llevaderos, y lo que es mejor: podremos usar varias veces cada templado y recargarlos descansando en las estatuas que harán las veces de “hogueras” en este juego.
Shu, una región preciosa y variada
Explorar cualquier rincón del mapa será más importante si cabe que en otros juegos, ya que muchas de las mejoras de armamento y hechizos que encontremos en el juego estarán detrás de enemigos o minijefes que pueblan la región de Shu. Nunca sabes qué recompensa vas a encontrar a la vuelta de la esquina, y creednos, en muchos de los mapas es bastante sencillo perderse. La verticalidad y el desvío de caminos está a la orden del día, aunque afortunadamente hay atajos que se pueden desbloquear para hacer más ameno el recorrido y realizar “backtracking” cuando estéis buscando un camino en particular.
Y verdaderamente dan ganas de hacerlo, porque Wuchang: Fallen Feathers tiene tantos “ecosistemas” y ambientes distintos que dan ganas de desviarse del camino. Ya mencionamos antes que es difícil no hacer capturas del juego, pero es que el juego invita a ello en cada mapa. Bosques de bambú con ríos caudalosos, montañas nevadas, cuevas profundas, valles otoñales con puestas de sol, es verdaderamente un placer pararse a mirar en detalle este juego. Una verdadera pena que el juego no disponga de modo foto, porque se echa mucho de menos en este juego.
Tranquilos si antes os dijimos que es sencillo perderse, pues no será necesario recorrer siempre cada zona que exploréis. Podréis teletransportaros cómodamente desde el principio del juego y sin restricción entre todos los altares que desbloqueéis durante vuestra partida. Además, si algún NPC cercano a ellas quiere hablar con vosotros (normalmente porque una misión ha avanzado o porque tenéis un objeto que ofrecerle), el menú de teletransporte os mostrará un pequeño boceto de su cara, así que será sencillo seguir el hilo de cada misión asociada a ellos.
Rendimiento estable, aunque con peros
Wuchang: Fallen Feathers cuenta con 3 modos gráficos diferentes en función de nuestras necesidades y demandas. Como ya habréis imaginado, el mejor de todos esos modos es el modo rendimiento, nuestro preferido a lo largo de toda la partida. En Xbox Series X va a 60 fps estables da igual la región del juego en la que os mováis o las partículas y efectos que haya en pantalla. Solo se nota algún bajón puntual en alguna región del juego cuando estamos cambiando entre dos zonas distintas, nada molesto o duradero. Lo que más nos ha llamado la atención es que, aún así, el juego se ve sorprendentemente bien. Si, alguna textura en alguna roca o superficie nevada padece de pixeles poco definidos, pero lo normal es que esos detalles se os pasen por alto, porque tampoco es lo más común.
El modo centrado en los gráficos no es muy recomendable. Aunque es evidente la mejora visual en algunos aspectos del conjunto, no es muy cómodo jugar a 30 fps. No tanto porque no sea una opción valida y disfrutable en muchos souls (nosotros solemos jugar cómodos a 30 fps) pero en este juego hay muchas caídas en varias regiones del juego y mover la cámara se siente muy poco fluido en este modo. El modo equilibrado, que permite jugar a 40 fps y disfrutar de algunas ventajas del modo “calidad” es una solución intermedia que funciona muy bien en la mayoría de las zonas del juego, pero sigue habiendo algún bajón en mapas más complejos.
Leenzee Games ya nos avisó de este problema y han prometido que se solventará con el parche día uno, pero lo que nosotros si podemos garantizar es que el modo rendimiento se ve y se siente fenomenal incluso sin ese parche. Siendo el primer videojuego de esta categoría que desarrollan y teniendo en cuenta que el modo rendimiento cumple maravillosamente bien, les daremos ese voto de confianza.
En lo que respecta a la música y los efectos de sonido no podemos poner ninguna pega. Se nota el uso de muchos instrumentos de origen asiático en la banda sonora y realmente da la sensación de que estamos paseando por China. Os sorprenderéis muchas veces intentando escuchar el sonido de algunos pájaros que dan objetos al localizarlos y eliminarlos e incluso intentando escuchar las conversaciones de los enemigos para saber qué ocurre en la región (aunque solo con doblaje en inglés o chino). En general, un añadido que da personalidad al juego y del que no hemos constatado ni un solo bug.
Conclusiones del análisis de Wuchang: Fallen Feathers
Leenzee Games se aventura en el exigente y difícil subgénero de los souls-like con una historia original, interesante y, como es propia de estos juegos, desafiante. Aprovechando el contexto histórico de la Dinastía Ming, nos cuenta la historia de Wuchang, una pirata que se ve afectada por la maldición del Emplumado y tiene que lidiar con dos problemas: encontrar a su desaparecida hermana y luchar contra la maldición que está carcomiendo su cuerpo.
La historia al principio se os hará un pelín confusa por la falta de contexto y, si no estáis acostumbrados a la cultura china, con la variedad de nombres y referencias a la misma. No obstante, el juego va de menos a más en todos los aspectos, empezando por una dificultad bastante llevadera y mapas más sencillos hasta jefes bastante desafiantes y mapas algo laberínticos (sobre todo en la verticalidad).
Para completar la historia, incluyendo varias pasadas a algunas zonas, jefes opcionales e incluso que os atranquéis con alguno de los susodichos, necesitaréis al menos unas 45-50 horas de juego. No obstante, el juego tiene varios finales y solo probando diferentes builds o estrategias con algunos enemigos la cosa se puede alargar más. Algunas distancias entre altares y jefes son algo más largas de lo esperado y eso también os consumirá algo de tiempo, pudiendo ser tedioso en algún momento, pero nada serio.
Teniendo en cuenta que los pocos problemas que hemos encontrado (especialmente de rendimiento) son conocidos y la mayoría se resolverán teóricamente con el parche día uno, concluimos que Wuchang: Fallen Feathers un juego sobresaliente dentro del género y que disfrutarán todos aquellos que tengan especial fetiche por la cultura china. El gameplay es más que satisfactorio en todas sus facetas y tanto el diseño artístico como el sonoro es exquisito. Si disfrutáis de Xbox Game Pass, merece la pena que lo probéis. Wuchang os necesita, y es poco probable que os defraude.