La fiebre de programas como Masterchef o Pesadilla en la Cocina nos ha acercado más a este mundillo, pero desde luego no nos ha preparado para una locura como Overcooked. Porque cuando descubráis que nadie está cortando cebollas, que los platos están sin fregar, que la sartén ha empezado a arder y que tendréis que sudar para salvar al Reino de la Cebolla, entenderéis que la cocina puede ser una pesadilla muy divertida.
¡A los fogones, que el tiempo apremia!
Overcooked nos presenta una historia simple, pero efectiva. En un primer momento deberemos poner a prueba nuestras habilidades culinarias tratando de saciar a una bestia: el Glotón Eterno. El monstruo nos vencerá, pero no os preocupéis. Para mejorar y derrotar a esta especie de Monstruo de Espagueti Volador, el Rey del Reino de la Cebolla nos llevará de vuelta a los años noventa. El objetivo final será mejorar nuestras habilidades como chef y derrotar a ese monstruo de una vez por todas.
La mecánica de Overcooked es sencilla. A lo largo de sus diferentes niveles, deberemos preparar menús a contrarreloj, sirviendo la mayor cantidad de platos posibles durante el tiempo que dure la pantalla (unos 4 minutos aproximadamente). Los controles son lo suficientemente sencillos para poder darnos prisa- un botón para cortar los ingredientes, otro para echarlos en la sartén o cacerola- lo que nos facilita enormemente el trabajo y nos permite ahorrar tiempo. Los platos se preparan de la misma forma; el juego nos indicará qué ingredientes lleva cada uno y bastará con cortarlos y mezclarlos, sin importar el orden en el que lo hagamos. Una mecánica muy simple, pero que consigue que el juego nos enganche desde el principio.
Niveles muy variados y graciosos
La dificultad de Overcooked viene dada con sus niveles. Pasaremos de cocinas estándar a cocinas en camiones, casas encantadas o glaciares. Al principio podremos acceder a todos los ingredientes sin problema, pero las cosas se nos complicarán según vayamos avanzando: puertas que se nos cerrarán, suelos que se elevarán y dividirán las cocinas y a los cocineros, ratas que nos robarán los ingredientes, peatones que nos impedirán el paso, etc. Pero la dificultad está bien implementada, así que el cambio de un nivel a otro no será muy brusco.
Los niveles se dividen en pantallas en las que podremos conseguir de una a tres estrellas, según cocinemos mejor o peor. Estas estrellas nos ayudarán además a desbloquear los siguientes niveles, así que será mejor que nos esforcemos por terminar la mayor cantidad de platos en el menor tiempo posible. Si en algún momento no tenemos las estrellas suficientes para avanzar, nos tocará repetir algún nivel y tratar de mejorar los resultados ya obtenidos.
Para conseguir las estrellas tendremos que conseguir el mayor número de puntos por pantalla, así que tendremos que tener cuidado con nuestros menús. No entregar un plato a tiempo nos restará puntos, pero hacerlo a tiempo nos los sumará. Además podremos conseguir propinas de los clientes si entregamos los platos con rapidez, que se traducirá en más puntos para nuestro equipo.
En definitiva, aunque Overcooked parezca bastante sencillo, os aseguro que pondrá a prueba nuestra rapidez, nuestra capacidad de organización y nuestro trabajo en equipo.
El cooperativo: la joya de la corona
Overcooked puede disfrutarse tranquilamente en solitario, alternando entre los diferentes personajes. Pero no tiene ni punto de comparación con el modo cooperativo. Si hay algo en lo que destaque Overcooked es en poner a prueba la amistad en tu grupo de amigos, porque el verdadero reto será jugar en cooperativo y conseguir no terminar gritándole a la pantalla.
Por supuesto no creas que por ser más cocineros lo vais a tener más fácil, porque las cocinas son increíblemente pequeñas y acabaréis estorbándoos más que otra cosa. Overcooked te exige estar atento a todo y tratar de buscar soluciones rápidas a los conflictos que se te puedan presentar. Aun así, es cierto que cuanto mayor sea tu equipo, más posibilidades tendrás de llegar a las tres estrellas más rápidamente y de planificar mejor tu estrategia.
Sea como sea, es muy probable que al final acabes gritándole a tu amigo del alma- cuyo personaje tal vez sea un gato, una caja o un mapache paralítico- que deje de morirse, mientras cortas cebollas, atiendes fuegos, sirves platos, friegas y rezas para que tus compañeros resuciten cuanto antes y te ayuden a terminar una triste sopa de tomate.
El juego perfecto para jugar online… si lo tuviera
El gran fallo de Overcooked es no tener modo online, porque es un juego que le sacaría un gran partido. Habría sido un reto muy complicado y divertido poder conseguir todas las estrellas con el resto de la comunidad de jugadores, pero por desgracia Overcooked no dispone de este modo.
Overcooked sin embargo sí dispone de un modo versus, bien de dos jugadores o de cuatro. El objetivo en este caso será completar los mismos menús en el menos tiempo posible. En cualquiera de los dos casos habrá dos jugadores por equipo, solo que en el modo de dos jugadores cada uno controlará los dos personajes de su equipo, alternándolos para realizar los platos. Como ocurre con el resto del juego, se disfruta muchísimo más con cuanta más gente posible.
Una de las cosas en las que más flojea Overcooked es en la escasa variedad de mecánicas. Las recetas se elaboran siempre del mismo modo y son casi siempre las mismas, con gran predominio de las hamburguesas y sopas. Habría sido interesante que introdujesen más variedad de métodos e ingredientes a la hora de elaborarlas, usando por ejemplo más utensilios de cocina o más formas de desplazarse por la cocina.
El juego no destaca a nivel gráfico ni sonoro, pero tampoco es lo que pretende. Y ese es precisamente el logro de Overcooked. El juego caricaturiza el mundo de los chefs de una manera muy efectiva y se centra en ofrecernos retos y dificultad en vez de grandes gráficos.
Conclusión: una divertidísima Pesadilla en la Cocina
En definitiva, Overcooked es un juego divertidísimo y adictivo, que pone a prueba la capacidad de liderazgo y de rapidez mental de los jugadores. Tal vez a nivel gráfico y sonoro no destaque demasiado, pero cumple con creces de lo que se espera de un videojuego: ser algo divertido con lo que pasar un buen rato y nos deje con ganas de mucho más. Así que si buscáis algo ligero, ameno, desafiante y muy divertido, Overcooked sin duda es una apuesta segura.