Con Unfinished Business, el estudio Teyon junto a Nacon se ha propuesto ampliar el universo de RoboCop: Rogue City con un proyecto que va mucho más allá del típico contenido descargable. Hablamos de una expansión independiente (o «standalone», como prefieren que le llamemos) que mantiene intacto el ADN del juego original, pero lo lleva un paso más allá en todos los sentidos: más ritmo, más acción, más narrativa, más altura… y más RoboCop.
Este nuevo capítulo nos traslada a la OmniTower, un rascacielos en pleno Detroit tomado por una organización criminal con tecnología avanzada. RoboCop, como agente de ley, se enfrenta al reto de ascender planta a planta para neutralizar la amenaza, liberar rehenes y descubrir qué se oculta detrás del asalto. Una propuesta directa, intensa y muy bien estructurada, que funciona tanto como secuela espiritual como puerta de entrada para nuevos jugadores.
Presentación visual y ambientación: un Detroit más oscuro y vertical
Unfinished Business apuesta por un diseño vertical como núcleo de su ambientación. Toda la historia se desarrolla en la OmniTower, una megaestructura con diferentes niveles que recrean desde garajes industriales hasta áticos lujosos. Aunque el juego pierde algo de variedad visual al centrarse en una única localización, la ambientación sigue siendo muy efectiva.
La atmósfera de Detroit se mantiene: opresiva, violenta, casi postapocalíptica. La iluminación juega un papel clave, con reflejos metálicos en cada esquina, partículas flotando en el aire y una paleta de colores que va del neón urbano al gris decadente. El juego corre a 60 fps estables en Xbox Series X, con tiempos de carga mínimos y un rendimiento sólido, salvo en contadas ocasiones donde explosiones y grupos enemigos pueden generar alguna leve caída.
Visualmente, se perciben mejoras respecto al juego base, sobre todo en efectos especiales: el fuego, el hielo y los desmembramientos están más detallados y mejor integrados. Las animaciones se han pulido y los enemigos reaccionan de forma más creíble a los impactos, haciendo que cada tiroteo se sienta más crudo y físico.
El apartado sonoro ha mejorado notablemente. Los disparos suenan con más cuerpo, las explosiones vibran con más fuerza y la banda sonora (aunque discreta) refuerza los momentos de tensión sin resultar invasiva. Las ejecuciones tienen un impacto sonoro mayor, lo que ayuda a transmitir mejor la brutalidad de cada encuentro.
Las voces y efectos de ambientación también mantienen el nivel, con especial atención a los gritos enemigos, las comunicaciones interceptadas y el ruido mecánico de los movimientos de RoboCop.
Jugabilidad: el mismo RoboCop, pero con más capas
Donde Unfinished Business brilla de verdad es en su sistema de juego. Lejos de limitarse a copiar la fórmula del original, Teyon ha entendido qué funcionaba y ha decidido expandirlo con inteligencia. El combate mantiene su esencia: RoboCop sigue siendo un tanque andante, lento pero imparable, con un peso que se nota en cada paso y un arsenal que combina precisión y brutalidad.
La principal novedad es la verticalidad táctica. Los escenarios están pensados en altura, con enemigos atacando desde diferentes niveles, coberturas elevadas, plataformas que invitan a moverse de forma estratégica. Esto obliga al jugador a cambiar su enfoque: ya no vale con avanzar en línea recta, ahora hay que observar el entorno, priorizar amenazas y adaptarse sobre la marcha.
El diseño de enemigos también ha evolucionado. Aparecen drones explosivos, soldados con mochilas propulsoras, androides de combate cuerpo a cuerpo y torretas automáticas. Cada enemigo plantea un reto distinto y exige atención constante, lo que evita que el juego caiga en la monotonía.
Además, el arsenal se amplía con nuevas armas como la Cryo Cannon, que congela enemigos, o la granada Tesla, capaz de incapacitar a varios enemigos a la vez. El Auto-9 sigue siendo la estrella, pero estas nuevas herramientas aportan variedad y nuevas formas de abordar los enfrentamientos.
Narrativa: justicia en ascenso… y recuerdos del pasado
La historia se sitúa tras los eventos de Rogue City, aunque no exige haber jugado al original para seguir el hilo. RoboCop recibe el encargo de liberar la OmniTower y, como es habitual, lo acepta con su habitual mezcla de profesionalidad, frialdad y determinación. Lo interesante aquí es que, entre fase y fase, el juego introduce momentos de flashback jugables en los que controlamos a Alex Murphy antes de convertirse en cyborg.
Estos segmentos permiten conocer mejor al personaje, explorar su humanidad perdida y ofrecer un contraste jugable muy bien planteado. No se trata de simples cinemáticas: podemos movernos, investigar, tomar decisiones y conversar, todo sin armadura ni poderes. Es una manera inteligente de dar contexto al protagonista y añadir una capa narrativa sin romper el ritmo.
También vuelven las decisiones morales durante los diálogos. Dependiendo de nuestras respuestas, podemos alterar ligeramente el curso de algunos acontecimientos o descubrir detalles extra del conflicto. No estamos ante un RPG, pero estas elecciones aportan valor y profundidad al conjunto.
Duración y ritmo: compacto, pero sin relleno
La campaña principal dura entre 8 y 10 horas, dependiendo del nivel de dificultad y del tiempo que dediquemos a explorar. No hay misiones secundarias al uso, pero sí objetivos opcionales en cada planta, como encontrar civiles escondidos, desactivar trampas o localizar pruebas clave.
La estructura es muy clara: cada planta supone un desafío, una ambientación distinta y un conjunto de enemigos y situaciones que van en aumento. El ritmo es más ágil que en Rogue City, con menos secciones de investigación, pero también con más tiroteos memorables. La curva de dificultad está bien medida, y al final de cada tramo sentimos que estamos ascendiendo tanto en altura como en intensidad.
Accesibilidad, precio y entrada para nuevos jugadores
Uno de los grandes aciertos de Unfinished Business es su formato independiente. No necesitas haber jugado Rogue City, ni poseerlo ni tenerlo instalado. Esta expansión se presenta como un título completo y autocontenido, ideal para jugadores nuevos que quieran experimentar qué se siente al patrullar Detroit como RoboCop.
El precio de lanzamiento, 29,99 €, es ajustado para el contenido que ofrece. Además, el Rogue City original está disponible en Xbox Game Pass desde el mismo día del estreno de esta «expansión», lo que permite a los más curiosos jugar ambas campañas sin mayor gasto.
Conclusión: RoboCop sube el listón… y también la torre
Unfinished Business no es un simple contenido extra. Es una extensión ambiciosa, pulida y bien pensada del universo Rogue City, que logra mantener todo lo que funcionaba del original y sumar elementos nuevos que lo elevan. La verticalidad en los combates, las armas adicionales, los flashbacks de Murphy y el ritmo mejorado lo convierten en una experiencia más intensa y completa.
No es perfecto: los entornos pueden resultar repetitivos, y la IA tiene margen de mejora. Pero ninguno de esos puntos empaña lo esencial: esta expansión independiente se siente como un nuevo capítulo, compacto pero contundente, que nos recuerda por qué RoboCop sigue siendo una leyenda del videojuego. Si la ley es dura, RoboCop lo es más.