Lo habíamos esperado durante más de una década y no solo estuvo a la altura, sino que superó todas las expectativas. Si no llega a ser por Baldur’s Gate 3 probablemente Alan Wake 2 hubiera sido el GOTY 2023, pero el videojuego de Remedy aún tenía cosas que decir. Dos expansiones concretamente, que se han lanzado a lo largo de este 2024. Hace unos meses disfrutamos de Night Springs, un divertido y alocado DLC que contenía tres historias independientes que ampliaban de forma brillante el Remedyverso que une Alan Wake, Control e incluso tiene guiños a Quantum Break o Max Payne.
Ahora Alan Wake 2 cierra su historia con The Lake House, la segunda y última expansión. En el artículo de hoy queremos contarte por qué nos ha decepcionado la última expansión del juego de Remedy. Y es que aunque el Remedyverso es una idea fantástica e imparable que nos enamoró en Night Springs, aquí parece haber olvidado por completo que estamos en el videojuego de Alan Wake y no en Control.
The Lake House es más Control 2 que Alan Wake 2
Para aquellos que estén deseosos de sumergirse en Control 2 es posible que The Lake House sea todo lo que buscan. Básicamente el DLC es Control con la jugabilidad de Alan Wake 2. Remedy había explicado que era su experiencia más survival horror hasta la fecha, pero a nosotros nos ha parecido más bien una propuesta pretendidamente mal equilibrada. Hay un nuevo tipo de enemigo invencible hasta que consigues un arma determinada que te ataca sin posibilidad de evitar el daño. Eso no sería tan problemático si no hubiera también una alarmante falta de ítems curativos en la expansión.
No exageramos si decimos que tal vez hemos encontrado tres vendas en las dos horas y media que nos ha durado la historia, lo que nos ha obligado a ir todo el tiempo con poca vida y prácticamente a un solo golpe de morir, perder el progreso y tener que repetir algunas fases. Más allá de eso, Remedy ha caído en algunos vicios del pasado, especialmente molestos en Quantum Break y Control: el 80% de la historia se explica en multitud de documentos larguísimos y confusos, con partes censuradas y que dejan más preguntas que respuestas. Además de tedio.
Otra de las mecánicas principales de The Lake House son los ordenadores con contraseñas que debemos averiguar para acceder a su exigua información. Dos de ellos son necesarios para progresar en la historia principal; el resto son opcionales. El primero está bien, el resto se sienten como una forma artificial de aumentar la duración de la expansión. Y no una especialmente divertida. La recompensa tampoco es que sea muy atractiva.
El mayor de los problemas de The Lake House, no obstante, es lo poco que tiene que ver con Alan Wake 2. Sí, el novelista está presente de una u otra forma en el DLC, pero todo está más relacionado con Control que con Alan. La protagonista en esta ocasión es la agente del FBC Kiran Estevez. Sí, es un buen personaje y le da empaque a la historia, pero no es suficiente para que esto se sienta como un buen cierre de Alan Wake 2, sino más bien el nexo con Control 2, aunque ni eso.
The Lake House se siente como un contenido prescindible, y es algo muy negativo tratándose de un contenido de una Remedy que nos tiene acostumbrados a la excelencia. El trasfondo de crítica a las IAs es poderoso e interesante, pero escaso botín para un DLC que no sirve como cierre y que tampoco aporta nada a la historia de Alan Wake 2. Disfrutable a ratos, pero no tanto como nos hubiera gustado. Y definitivamente muy lejos del nivel del juego principal y de Night Springs.