Debemos llevar la vista a la conferencia de Microsoft en el pasado E3 para llegar al momento en el que Dragon Ball FighterZ se presentó al público. Corriendo en su versión mejorada para Xbox One X, los amantes de las aventuras de Goku y sus amigos nos volvíamos a ilusionar con un videojuego de la franquicia. Y hoy, meses después de ese anuncio, os traemos el análisis de Dragon Ball FighterZ para Xbox One. ¿Habrá cumplido las expectativas?
El renacer de una saga
¿Cuantas veces nos hemos ilusionado por un nuevo juego de la franquicia creada por Akira Toriyama y nos hemos decepcionado al jugarlo? Muchas, en mi caso, quizá demasiadas. Tenemos que hacer memoria y viajar a anteriores generaciones para recordar grandes juegos de la saga que nos han llevado a disfrutar de innumerables horas encarnando a nuestros héroes favoritos. Sí, Dragon Ball Xenoverse no estuvo mal, pero no era lo que los amantes de la lucha esperábamos.
Dragon Ball FighterZ enamoró prácticamente a todo el público desde el principio por su impactante diseño visual y sus frenéticos combates por equipos en 2D. Por primera vez en unos cuantos años parecía que estábamos ante el juego definitivo de Dragon Ball, ese que parecía unir lo mejor de los juegos de lucha por equipos y disfrutar de un mimado apartado técnico que hace las delicias de los que, aún hoy día disfrutamos, de las aventuras de Goku y compañía.
Y sí. Las buenas sensaciones que nos encontramos en el E3 y al poder jugarlo en la pasada Gamescom, se han consumado en la versión final que ya tenemos entre manos y hemos utilizado para realizar el análisis de Dragon Ball FighterZ. Y, como os hemos contado en más de una ocasión, el juego tiene tiene campaña, el punto de partida de este texto.
Nueva historia, mismos personajes
Para el modo campaña de este juego, Akira Toriyama diseñó un nuevo personaje femenino, el Androide 21, quien tratará de destruir a nuestros héroes con un plan que nos hará enfrentarnos a los villanos más míticos de la saga mientras vamos rescatando a nuestros amigos para que se unan a nuestro equipo. No queremos desvelar nada sobre el modo campaña, pero si podremos decir que nos hará jugar con -y contra- los personajes más conocidos de la saga a través de 3 fases principales del modo historia.
La campaña de Dragon Ball FighterZ se compone de varios capítulos divididos en mapas de juego. Estos, simulando un tablero de juego, que nos recuerda a alguna entrega de hace unos años, y con movimientos limitados por turnos, nos moverán por diferentes parajes en los que nos tendremos que enfrentar a los enemigos en diferentes situaciones como rescate de compañeros, batallas de entrenamiento, batallas de enemigos fuertes que nos darán un plus de experiencia o jefes finales.
Entre estos enfrentamientos tendremos momentos de cinemáticas en las que nos contarán la historia. Se trata de una historia original y no se limita a recrear las aventuras del anime, pero peca un poco de simplista y no termina de encajar muy bien con el universo Dragon Ball. Aunque como todo en esta vida esto es subjetivo, y seguro que habrá jugadores a los que les parezca una historia interesante. Además, da la sensación de que se alarga de forma artificial cuando no debería gracias al modo competitivo del juego.
Además del hilo argumental, otro problema del modo campaña es la repetición sin sentido de combates que aunque nos ayuden a subir de nivel y dominar el juego se hacen algo tediosos por no tener una lógica argumental de peso. De hecho, el modo historia es la mejor opción para iniciarse con el juego, pues el nivel de dificultad de este no es nada exigente y tiene una enorme cantidad de combates de entrenamiento en los que nos enseñarán cuatro movimientos (después de varios combates movimientos repetidos) y nos dejarán vía libre para machacar al rival.
Pese a no tener un modo historia brillante en cuanto a su narrativa, es tremendamente adictivo por la perfección de sus mecánicas. Estas (de las que hablaremos más adelante en profundidad) convierten cada combate en una experiencia diferente por sus infinitas posibilidades y estrategias.
Además del modo campaña tendremos a nuestra disposición un modo Arcade. Este, bastante más exigente, nos introduce en un sistema de combate por equipos siguiendo una línea aleatoria de tres, cinco o siete combates. Una vez superado cada uno de los tres escenarios tendremos la posibilidad de pasarlos de nuevo en modo difícil, y aquí si empiezan a ponerse las cosas muy serias, pues el nivel de combate sube un par de niveles y se vuelve frenético, pero obtendremos grandes premios y una buena cantidad de dinero por superar estos escenarios.
El dinero que ganemos en cada modo de juego podremos canjearlo en la tienda que veremos en la sala principal, y en la que podremos comprar paquetes sorpresa con diferentes premios. Estos pasan desde avatares nuevos para la pantalla principal a mejoras para nuestras ranuras de combate. Y, además, es el modo fantástico para empezar a entrenar de car al objetivo final, partir la pana en el multijugador competitivo.
¡Kamehameha!
La historia entretiene y el modo arcade es difícil y el mejor entrenamiento para el competitivo. Es el modo en el que, realmente, pillaremos las mecánicas para poder lanzarnos al ruedo online sin miedo. Y es que, aunque el juego está hecho para ser vistoso, logrando algunos ataques finales de manera muy sencilla, no está de más saber cómo se hacen las cosas.
Esto es especialmente útil para romper combos enemigos y, sobre todo, para arrinconar al rival en uno de los costados de la pantalla y, así, impedir que pueda tosernos. Los combos se realizan tirando de los botones y el stick. Casi todos salen al realizar un cuarto de luna con el stick izquierdo y el botón correspondiente, pero también habrá otros más complicados de realizar que no sólo nos premiarán en lo visual, sino también en lo jugable.
Y es que, si realizamos combos de cierta cantidad de golpes, el propio Shenron se aparecerá para darnos sus beneficios. No será fácil, pero con entrenamiento y práctica, conociendo las mecánicas esenciales, seguro que logramos un par de combos de 20 golpes, al menos, en los combates.
Además, en Dragon Ball FighterZ nos encontramos con 24 personajes (otros 8 llegarán vía DLC de pago…) y cada uno tiene sus propias mecánicas. Algunos añaden personajes secundarios no seleccionables a la partida que no sólo son vistosos, sino que aportan frescura al combate. Y, hablando de aportar, los equipos son de tres personajes por bando y la gestión de los mismos es vital para ganar.
Además, y como detalle curioso que denota la pasión que Arc System Works ha puesto en el juego, si utilizamos ciertos personajes en escenarios concretos, se producirán intros dramáticas al combate. Si terminamos con el rival utilizando un ataque como el del anime/manga en el escenario correcto, también se desbloqueará una cinemática que hará las delicias de los amantes de la franquicia.
Un calco del anime
Si a nivel de mecánicas, estamos ante un juego espectacular, cuando hablamos del apartado audiovisual no podemos sino deshacernos en elogios. No hay más que ver el juego corriendo en Xbox One (y, sobre todo, en Xbox One X) para darse cuenta del techo que los japoneses de Arc System Works han alcanzado con esta entrega. Son un estudio que siempre ha destacado en lo visual y en las mecánicas, pero Dragon Ball FighterZ es de otro planeta.
Estamos ante un juego de lucha 2.5D con personajes tridimensionales que combina de forma constante diferentes planos para ofrecernos una acción clavada a la del anime y el manga. Los colores son muy vivos, las explosiones que transforman el escenario son impactantes y todos los efectos, como el fuego o el humo, están recreados a la perfección.
Y no sólo se captura ese espíritu gracias a los modelados, también a los trazos de los escenarios, los fondos difuminados cuando nuestros héroes vuelan a toda velocidad y, sobre todo, la tinta negra que perfila algunos elementos. Si no hubiese HUD, habría momentos en los que el juego no se distinguiría del anime. Y eso es una pasada.
El apartado sonoro no se queda atrás y logra transmitir sobremanera gracias a los constantes gritos y jadeos de los personajes. Se nota que no sólo han cuidado el estilo de lucha, sino también que el apartado artístico nos traslade a ese universo que nos ha marcado tanto en la infancia. Es encomiable el trabajo de Arc System Works y, además, se trata de un juego mejorado para Xbox One X.
A tortas en el lobby
El lobby de Dragon Ball FighterZ es el centro de la experiencia. Cuando entramos en el juego, no hay un menú que nos indique diferentes apartados como opciones, multijugador o campaña. Lo que vemos cuando seleccionamos el servidor es una zona social para hasta 64 jugadores (podemos seleccionar el país en el que queremos jugar) organizada por salas. Cada una de las salas, con la citada cantidad de usuarios.
Ahí podremos elegir entrar en los modos offline como la campaña, el modo práctica o el modo arcade de Dragon Ball FighterZ, los entrenamientos perfectos para empezar a competir online contra otros usuarios. Y es que, el modo multijugador online de Dragon Ball FighterZ es uno de los puntos fuertes del videojuego y que, aunque dio algún que otro problema el día de su lanzamiento, ya está plenamente operativo y nos permite jugar sin problemas.
Ahora bien, si las mecánicas del juego offline son las mismas que online, ¿qué hay que contar de un modo multijugador? Curiosamente, bastantes cosas en el caso de Dragon Ball FighterZ. Para empezar, el sistema de matchmaking funciona bien, emparejándonos con rivales que están a nuestro nivel de forma bastante acertada y rápida en el modo »partida igualada». Sin embargo, en las opciones de partida informal, podremos optar por rivales de menos nivel, para entrenar contra un humano, o de más nivel si queremos sufrir.
El sistema elige bastante bien los contrincantes y no hay ningún »pero» en este sentido. Sin embargo, jugar con amigos no es lo sencillo que debería. Para ello, tendremos que crear una mini-sala en el propio lobby en la sala en la que nuestros amigos estén conectados. Nuestros avatares tendrán que entrar físicamente en el círculo que se despliega alrededor del creador de la mini-sala y aceptar partida. La principal contra es que se puede meter cualquiera, aunque podemos proteger la entrada con contraseña. El otro impedimento es que se trata de un sistema confuso.
Una de las principales actualizaciones que deberían hacerse es la que permita invitar, directamente, a amigos a entrar en las partys. Eso sí, estas no van cortas en opciones y podremos elegir bastantes modos, siendo el más interesante y caótico el de seis jugadores en el que se enfrentan dos equipos de tres contra tres. Veremos qué mejoras implementa Capcom en este sistema que, evidentemente, necesita un repaso para ponerse a punto.
¿Te gusta pelear?
En definitiva, Dragon Ball FighterZ puede que no sea el mejor juego de lucha, pero, para mi, es el mejor juego de Dragon Ball de todos los tiempos. Arc System Works ha creado un juego que entra por los ojos, pero que, una vez superamos el apartado gráfico y terminamos de babear con él, despliega ante nosotros todo un árbol de mecánicas y de intrincados sistemas que nos permite profundizar con cada uno de los personajes hasta límites que otros juegos de lucha solo pueden soñar.
La campaña es muy mejorable, pero un buen entrenamiento en las segundas vueltas, y el sistema de juego con amigos está anticuado debido a una decisión bastante cuestionable, pero todo lo demás funciona a la perfección y, además, cumple lo que el estudio tenía como tarea. Y es que, Dragon Ball es una franquicia que se vende sola y Arc System Works lo sabía. Por ello, han cogido las mecánicas complejas de juegos como BlazBlue o Guilty Gear, las han empaquetado en un precioso envoltorio y las han actualizado para que el fan de Dragon Ball al que le da igual el género del juego, se divierta desde el principio.
Quien sea fan de los juegos de lucha, también disfrutará de lo lindo gracias a esas mencionadas mecánicas que se van abriendo ante nuestras manos con el paso de las horas, el entrenamiento y, sobre todo, morder el polvo muchísimas veces debido a otros jugadores más habilidosos en el modo online. Hay juego para meses y es el mejor regalo tanto para el fan de la obra de Toriyama como para el que busque un juego de lucha complejo.