Aunque no se puede negar que la Formula 1 no tiene el mismo seguimiento que antaño, la relevancia de esta competición en el ámbito del motor sigue siendo la misma. La Formula 1 es la competición que se caracteriza por el glamour y la alta tecnología, siendo todavía la referencia a nivel mundial y la competición más importante dentro del mundo del motor. Es precisamente por esto, que la llegada del primer título basado en la Formula 1 a Xbox One es un evento especial, más, considerando que viene de la mano de Codemasters, especialistas en este género, aunque en los últimos años se pueda poner en cuestión.
Lo que Codemaster ha venido haciendo con esta licencia ha sido bueno y malo por partes iguales, sobre todo, porque cuando llegaron por primera vez, recuperaron la esencia de una competición que venía explotándose en insulsos juegos arcade y otorgó una experiencia realmente sobresaliente, si bien, los cambios de reglamentación comenzaron a deparar cambios en la jugabilidad que daban al traste con posibles intentos de mejorar aspectos tan fundamentales como las físicas o la IA, que cada año, daba la sensación de estar viviendo un deja-vú constante.
Aunque la F1 no pase por su mejor momento, siempre será considerada la competición referente del mundo del motor
Siendo la competición más prestigiosa del mundo del motor, debido principalmente a la historia que en ella encontramos, con auténticas figuras e iconos idolatrados, se pretende que la competición vuelva a ser un referente dentro del género de conducción en las consolas. Abandonado por ser sumamente anodino, superado por otras maneras de concebir la pasión por los coches o la competición, la Formula 1 sigue dando saltos de gigante en su reglamentación para volver a captar la atención de aquellos fieles que no lo son tanto estos días.
Considerando que F1 2015 vio la luz en la anterior generación a finales del año pasado para trasladarnos al mundial del 2014, aquel que ganó el británico Hamilton con Mercedes, haber tenido que esperar hasta ahora supone una ventaja significativa, pues en el nuevo F1 para las consolas de nueva generación, Codemasters ofrece una serie de opciones interesantes, como es, la inclusión de las plantillas actuales y por tanto, la aparente sensación de que estamos ante el juego que debería ver la luz en otoño. No obstante, la realidad es que llevamos casi dos años esperando este juego ¿Habrá merecido la pena?
Pasión e ilusión
Uno de los argumentos principales de F1 2015 para la nueva generación es que, a diferencia del conocido, se plantea como un producto muy renovado gracias a los nuevos hardwares. Esta particularidad, obvia y requerida, permite que los seguidores y fans de la competición puedan renovar, en gran parte esta ilusión por competir en el mundial de Formula 1. Claro que, Codemasters siempre ha trabajado de forma perspicaz con estos títulos, ofreciendo, en la medida de lo posible, una experiencia amplia y profunda, donde convertirse en un piloto, o introducirse en la piel de uno de los conocidos héroes de la pista, siempre es un placer.
En cierto modo, la experiencia de acoplarse el casco e introducirse en el cockpit, es algo que muchos habrán soñado llevar a cabo. No podemos, y aunque sea un tópico es lo que toca, obviar a aquellos legendarios pilotos que enseñaron al mundo lo que era pilotar. Dudo que exista fan auténtico de la Formula 1 que no recuerde a leyendas como Fangio, como Niki Lauda, Alain Prost, Nigel Mansel, Michael Schumacher o Ayrton Senna, quien no ha soñado con poder convertirse en uno de esos legendarios pilotos. Cierto es que nada tiene que ver lo que ahora se entiende por Formula 1, no obstante, al mantenerse la esencia de la competición y su prestigio, los valores pasionales nos permiten seguir ilusionándonos con este concepto.
La pasión por conducir es lo que determinará cómo afrontaremos este reto. si bien, la ilusión por convertirse en algo más que un simple campeón, o bicampeón, nos llevará a intentar cumplir con los requisitos que nos convertirán en una leyenda. Pero los planes de Codemasters parecen más ambiciosos cuando nos proponen un nuevo modo de juego, el modo Profesional, donde la experiencia de pilotar un monoplaza en la competición más legendaria y épica, adquiere una nueva dimensión.
Para comenzar, siempre es un placer introducirse en la piel de uno de esos pilotos y correr alguna carrera rápida, con el fin de permitirse el lujo de verle en lo más alto del podio, y es que dentro de los modos de juego convencionales, el modo carrera rápida o contrarreloj, incluso, en los modos multijugador, hasta 16 jugadores, encontramos el típico modo campeonato donde controlamos a uno de los pilotos existentes. Y ahora es cuando explicaríamos que dentro de las opciones está la típica que nos permite crear nuestro piloto, no obstante, y como algo sorprendente, este modo de juego ha sido suprimido, siendo suplido por ese modo Profesional, en la que el realismo es absoluto, pues, se prescinde de una configuración personalizada para llevar al límite al usuario.
Competir al más alto nivel
La principal novedad de F1 2015 es la inclusión del Modo Profesional, un modo de juego en el que Codemasters ha pretendido trasladarnos al mundial desde una perspectiva más cercana a la realidad que a la que se propone con un juego. Olvidaros de configuraciones personalizadas para visualizar un HUD lleno de opciones, olvidaros de regular las ayudas para tener un punto asequible, incluso, olvidarse de regular la dificultad de la IA. El modo profesional nos expone a lo que denominan, la experiencia de competición definitiva, donde todo está preconfigurado para la máxima dificultad.
No podemos negar que este aspecto resulta contradictorio, más por la supresión de un modo carrera que permitía hacernos sentir dentro de la competición a otro nivel, considerando aspectos como adquirir experiencia y progresar en la parrilla, si era necesario, cambiando de equipo. Pero la realidad es que Codemasters ha propuesto un modo de juego que bien podían haberlo puesto como una opción de otro, pues, plantear un modo de juego completo para exigir un nivel de dificultad no parece extremadamente útil.
Suprimir el modo carrera por crear un modo basado en una configuración no es algo demasiado efectivo
Pero claro, estamos hablando de la temporada 2015, todo un lujo que generalmente obligaba a esperar a final de temporada para que Codemasters registrase todos los datos y los aplicase a la experiencia para que fuese realista. Si bien, parece que se han aplicado el cuento, pues McLaren no es puntera, en absoluto, no obstante, se ha perdido un poco la gracia de ver nuestro nombre en la clasificación, aunque sea en el último puesto con un Marussia.
Claro que este modo de juego, el modo Profesional, nos obliga a tener una mayor implicación en el juego. Y es que, sumando que no hay ningún elemento de hud a la vista, que no se tiene activada ninguna ayuda y que la IA está al más alto nivel, con rendimientos presuntamente realistas, que las carreras tengan una duración equivalente a las carreras reales convierte este modo de juego en un reto para los más duchos, aunque también, pacientes, pues hablamos de carreras de hora y media, tras los pertinentes entrenamientos y clasificación, con duraciones similares en muchos de los casos. Pero puede que lo que rice el rizo, sea el hecho de que en este modo realista, nos obligan a mantenernos dentro del vehículo en todo momento, observando todas las animaciones, incluso, las que llevan el coche dentro del pit cuando paramos en boxes. Si tenemos que aguardar la sesión prácticamente entera, además, tenemos que ver una y otra vez la misma animación sin poder evitarlo, ni hacer un recall a boxes estando con el coche dañado en la otra punta del circuito. Hay que llevarlo hasta el final.
La falta de objetivos, al no haber modo carrera, resulta desalentador
La realidad es, que este modo de juego, que podría ser una configuración personalizada para aquellos que lo deseen, es perder la opción de ganar profundidad de juego, y no solo porque cuando termina la temporada se da fin al modo, sino porque no deja de ser algo estéril e inocuo en comparación con el modo carrera que venía incluyéndose en los títulos anteriores. En cierto modo, la implicación del usuario al luchar con su piloto creado en una serie de temporadas consecutivas aportaba más riqueza y profundidad al juego de lo que una simple configuración podía hacer, además, era un modo de juego que cualquiera podía jugar, cosa que no se puede aplicar al modo profesional, y menos, sin volante.
La excelencia de un piloto
Existen muchos argumentos que justificarían lo cualificado que hay que estar para ser un piloto de Fórmula 1. En cierto modo, podríamos considerar que el mero hecho de ponerse a los mandos de uno de esos monoplazas, ya es motivo suficiente para dedicar una calle a cualquiera. Y es que estos monoplazas tienen ciertas peculiaridades que los convierten en auténticas bestias complicadas de gobernar. Montarse en un toro mecánico es difícil, conducir uno de estos monoplazas y hacer una vuelta rápida lo es todavía más, pero para ello, F1 2015 dispone de un impresionante catálogo de opciones que permitirán que la experiencia sea más o menos llevadera. En cierto modo, gobernar un monoplaza se convertirá en un reto relativo.
Relativo porque como suele ser habitual, la conducción es un factor que debe atenuarse dadas las circunstancias, si bien, conseguir un equilibrio que permita disfrutar de estos monoplazas puede no ser tan sencillo como parece. Comenzando por un nivel asequible, las ayudas son un corrector demasiado notable y molesto, sobre todo, para los que les gusta tener la sensación de conducir un vehículo, si bien, la cuestión es que suprimiendo estas ayudas a la conducción, la experiencia sigue siendo más fácil de lo que supondría conducir un monoplaza real, claro que, estos no cuentan con un mando para hacerlo.
No es lo mismo ganar con ayudas, que hacerlo por talento
Las nuevas físicas son un elemento a tener en cuenta, si bien, estas solo son advertidas cuando hacemos gala de “tenerlos cuadrados” y nos adentramos en una curva, sin las citadas ayudas, y con más temeridad que Takuma Sato. Es ahí donde nos damos cuenta de que los monoplazas son vehículos letales, o eres preciso, o pierdes todo. Claro que esta sensación solo puede obtenerse cuando nos implicamos en una experiencia al más alto nivel. Con todo esto, regular la dificultad en la conducción y la dificultad de la IA se presenta como algo a tener muy en cuenta, para nivelar la experiencia al gusto del usuario.
Uno de los aspectos que se espera, cumpla con creces, es la jugabilidad, siendo la Formula 1 una competición que tiene una impronta propia. La velocidad y la precisión son elementos que permitirán que el crono vaya bajando en cada vuelta que damos, pero eso implica un control absoluto sobre el monoplaza que pilotamos. No es lo mismo pilotar un vehículo ganador, de esas escuderías llamadas a triunfar, que uno de esas escuderías que se arrastran vuelta a vuelta por el circuito.
En este aspecto, haber esperado un poco para comprobar el rendimiento de los vehículos ha permitido que la experiencia parezca realista, al menos, en el aspecto de como los pilotos compiten por el mundial. Cierto es, que a la hora de meterse dentro del monoplaza, existen razones varias para que este orden se mantenga. No resulta similar conducir un todopoderoso Red Bull que hacerlo con un Caterham, es evidente que en todos los aspectos, aunque sobre todo a nivel de velocidad, se ha determinado una diferencia entre escuderías. Pero puede que esta sensación de realismo no esté aplicado del mismo modo en otros aspectos, como son los que hacen que el vehículo sea más o menos estable.
Dejando este aspecto a un lado, que parece demasiado pedir, a nivel de práctica, se pueden observar aspectos muy interesantes en cuanto a sensaciones. No solo por el efecto de velocidad, que está bastante logrado, más con el rendimiento que alcanza técnicamente, sino porque se han incluído un buen número de cámaras, a cada cual más espectacular, desde las que se puede disfrutar de una experiencia muy atractiva, desde el punto de vista práctico, a la hora de conducir. La típica cámara desde el casco, así como desde la toma de aire, que ofrece una mejor panorámica, son las cámaras más interesantes para llevar a cabo la experiencia para jugar, si bien, otras cámaras, como la exterior, resulta demasiado fija y la cámara del morro, demasiado baja. Para gustos colores, aunque lo más interesante se extrae desde la cámara del casco, que sin hacer movimiento alguno, permite percatarse de múltiples informaciones relativas a cómo el vehículo se adhiere al asfalto, un aspecto que deriva del tratamiento de físicas para este juego.
Las físicas parecen haberse renovado por completo, dando una sensación bastante adecuada, incluso, cuando llevamos las ayudas puestas. Dentro de las ayudas, las que más afectan a la percepción de las físicas son la asistencia de frenado, los frenos antibloqueo o el control de tracción, los cuales, en el momento que se desactivan, incluso parcialmente, denotan que la experiencia requerirá de un tacto notable para no bloquear o derrapar. En cualquier caso, las diferencias entre la presencia parcial de ayudas y la ausencia total, no es tan notable como debería esperarse, si bien, permite observar que estos vehículos no son pilotables por cualquier individuo.
Los rivales más que agresivos, actúan con total inconsciencia de nuestra presencia
La probabilidad de realizar pequeños o prolongados bloqueos en la frenada, así como que el coche derrape cuando la velocidad no es demasiado elevada, es frecuente, si bien, no sabemos si es consecuencia de la programación o de que se aplican físicas complejas que determinan cuando pasa una cosa porque tiene que pasar. En cierto modo, en ocasiones parece ser un título que nos va a exigir tener un minucioso tacto con los gatillos, si bien, a falta de un volante que nos ayude en esta función, es lógico pensar que la precisión es la clave para salir victorioso.
Puede que esta precisión no sea lo único que necesitamos, se trata de una competición que últimamente ha pasado por momentos un tanto complicados, dada la ausencia de adelantamientos y de la facilidad con la que se sancionan las temeridades al volante. No cabe duda de que en F1 2015 esto no parece ser un problema, más, cuando la IA se comporta de un modo que, más que considerarlo agresivo, se podría aplicar el término inconsciente de nuestra presencia. En pleno fragor de la competición, cuando parece que hemos conseguido adelantar a un piloto, es probable que este nos golpee y nos haga trompear. ¿Cuestión de agresividad? En este caso no lo parece, si bien, que los rivales aguanten de más en una curva es habitual, y ojo cuidado con golpearse, pues la facilidad con la que recibimos advertencias y sanciones, es máxima.
Estas circunstancias no ayudan a continuar, al menos, no en los niveles de dificultad más exigentes, donde un pequeño error puede lastrarnos o llevarnos a ser embestidos por la IA sin ningún tipo de pudor. Cuando estamos participando en carreras cortas, puede que no importe tanto, pero dadas las circunstancias, o el modo de juego Profesional, que tras horas de juego pueda darse el caso de que seamos embestidos y nos veamos abocados al abandono, no hace ninguna gracia. Da la sensación de que el producto no ha sido bien elaborado en algunas facetas, si bien, la ausencia de un modo trayectoria sea la más notable, que haya tantos elementos que condicionen una experiencia muy atractiva, ponen en tela de juicio la apreciación y el disfrute de la misma.
Carreras estratégicas
De sobra conocida es la implicación de la estrategia en una competición que debería de implicarse con el espectáculo en la pista. Términos como undercut son de sobra conocidos en una competición que poco a poco parece haber perdido su gracia, al menos en la cabeza. Tras muchos intentos de complacer a la audiencia y ofrecer un espectáculo donde los pilotos pugnan en cada recta y curva por la posición, opciones como el KERS sigue estando ahí para dar cuenta de que se puede adelantar, aunque casi siempre, se hace en recta por una notable diferencia de velocidad.
Claro que, de forma efectiva, aprovechar toda la tecnología para competir al más alto nivel puede resultar contradictorio. La esencia de las competiciones está variando, en parte, por estas novedades incluídas para renovar y revivir la competición de la F1, pero a la hora de ser pilotos, lo que realmente importa, es cómo aprovechamos los diferentes factores que nos convierten en hombres cronómetro, cuanto más rápidos somos en pista, más probable es ganar una carrera. Dadas las circunstancias, son muchos aspectos ajenos al talento del piloto las que determinan su tiempo por vuelta, habiendo un KERS, un desgaste de neumáticos y una gestión de consumo, la estrategia parte como principal factor a tener en cuenta para poder ganar carreras y, si se da el caso, el campeonato.
Claro que este factor estratégico es el último resquicio de un buen número de aspectos mucho más básicos que vienen de lejos, mencionando así, los reglajes, que adaptan el coche a cada piloto y circuito, y la posterior estrategia de boxes, relacionada, única y exclusivamente, con el aprovechamiento de los neumáticos. Al puro estilo de Codemasters, los reglajes se han simplificado para que sean accesibles, dejándose de términos complicados, regulándose por valores que en ocasiones son meros referentes de un más o menos. A la larga, este aspecto da sensación de pobreza, sobre todo, cuando hay elementos que se han obviado, como la relación de cambio para determinar la aceleración o la velocidad en la configuración de la caja de cambios. Claro que, al ahora de empezar nuestra andadura en una carrera, tendremos que elegir una estrategia a seguir, una entre las varias que nos proponen desde el pitlane, sin que haya una posibilidad de personalizarla. Claro está, que estos aspectos son previos a que de inicio la carrera, dentro de unos márgenes estudiados con simuladores que permiten abordar la carrera para afrontarla con éxito, cuando, en la realidad, una vez comience la carrera todo puede cambiar, sea por el factor que sea.
Pulsa un boton y utiliza tu voz para consultar y cambiar los planes gracias a Kinect
Y es aquí donde podríamos hacer un primer anuncio de la inclusión de metereología, no obstante, si algo podía haberse considerado, es que esta fuese variable a lo largo de la carrera. Cierto que es cuestión de probabilidad, si bien, no parece que esta opción depare cambios durante el transcurso de las carreras que signifiquen un realismo absoluto, es decir, que implique la formación del famoso carril de la trazada tanto antes como después de que la pista se moje por completo. Seguimos esperando que este factor se convierta en una opción básica de estos juegos, si bien, a lo largo de la carrera tomaremos la decisión de ir con neumáticos de seco o de lluvia en base a lo que nos encontremos. Pero durante la carrera, estar informado es importante, más en el modo Profesional, donde no hay ningún elemento de HUD que nos permita acceder a información alguna. De este modo, pulsando el LB, se accede a un menú que contempla los comandos de voz que deberemos decir para que desde el pit lane nos canten los datos seleccionados. Bien podemos solicitar una parada en boxes, como pedir información sobre el consumo de combustible o datos sobre la carrera. Un detalle que, cuando no coge bien el comando, salta por peteneras con respuestas propias de un ingeniero de pista que no pilla ni media, respondiendo “se entrecorta”, “hay problemas con la radio” o “no te he entendido”... a lo que fácil responderemos, “me estas vacilando no?” mientras nos salimos de curva por prestar atención a las complejas frases que es mejor estudiarse. Verídico.
Competición televisiva, un espectáculo visual
Era de esperar que el primer título que viese la luz en la nueva generación supusiese un salto cualitativo importante, si bien, Codemasters promulgó el uso de una evolución de su espectacular motor gráfico, EGO, aprovechando el potencial de los nuevos hardwares. El motor presentado para la ocasión ha sido bautizado como EGO Engine 4.0 y no podemos negar que el cambio es realmente notable.
Lejos quedan aquellos juegos en los que la representación de los conocidos pilotos obligaba a echarle imaginación, ya que, sin llegar a un nivel de realismo absoluto, los rostros de los pilotos participantes en el mundial de este año están ahí para ser reconocidos, al menos, fácilmente. Cierto es que apenas hemos visto la cara a muchos de esos pilotos nuevos que ahora son protagonsitas de cada carrera, no obstante, otros como Hamilton, Alonso, Vettel o Ricciardo son claramente reconocibles. Del mismo modo, todo el entorno ha sido construido para dar una sensación más realista, si bien, es obvio que el centro de la experiencia, donde más trabajo se ha dedicado, es en torno a los vehículos y los circuitos, siendo los mecánicos y el público, atrezo en los que el nivel de detalle es menor, amén de su variedad.
Cuando el piloto saca la mano, es evidente que protesta por algo
Todo se ha construido con el fin de que la experiencia se acerque a lo que los fans de la competición disfrutan en la televisión, si bien, esta se acercaría a ese futuro interactivo vinculado con la misma. Cual retransmisión televisiva, la cual nos presentará cada circuito como si de un mini previo se tratase, pasa automaticamente a la vista del piloto, dentro del coche, dentro de boxes. Ahí es donde se puede observar que Codemasters ha seguido la misma linea de siempre, pero añadiendo muchas nuevas animaciones que permiten sentirnos más dentro de ese asiento. Observar, e incluso interactuar, con los miembros del equipo, mientras nos comunican aspectos varios, hace que la sensación de inmersión sea interesante, más, cuando el acabado visual es bastante atractivo.
Centrándonos en lo más importante, los vehículos y los circuitos, se puede observar que el trabajo realizado ha servido para realzar su atractivo y llevarlo a un acabado que, en ciertas ocasiones, puede dar la sensación de realismo visual. Aunque una vez dentro del vehículo los detalles pasan algo desapercibidos, el nivel de detalle de los circuitos es muy elevado, si bien, la construcción de los mismos puede denotar algún efecto óptico en el que cláramente nos damos cuenta de que no es real. Desde el cockpìt, la vista mantiene esa sensación de ser una representación muy completa de lo que un piloto ve, pero puede que el juego aplique algún filtro, o que el trabajo dentro de la pista, visto desde el exterior, esté mejor realizado. Esta mejoría es notable cuando llueve, pues ver las gotas caer, aunque cuando impactan activa una animación clonica, permite disfrutar de un acabado muy minucioso y atractivo.
Los pilotos parecen reales, salvo cuando ves a Kimi sonreir.
Del mismo modo, y saliendo de la parte más cuidada, se ha intentado crear recreaciones de los pilotos del campeonato, permitiendo ver a estos con un parecido más que razonable. Esto, hace referencia principalmente a sus rostros, no obstante, a la hora de hablar como se ha diseñado el cuerpo, bastante clónico, así como las animaciones, bastante robóticas, no sirven para deslucir un buen trabajo, pero sí para que la finalización no sea del todo agraciada. No es un fallo a tener en cuenta, al menos, no por la intención que denota, aplicándose como una mejora en la ambientación, que incluso considera el movimiento de las manos del piloto para protestar o para pedir la tablet con la que cambiar la configuración del vehículo.
Claro que lo que realmente importa es como luce y para ello no es tanto un apartado relacionado con su aspecto global, también importa el rendimiento. Siendo los vehículos más rápidos del mundo del motor, esa velocidad es un factor importante a la hora de sentir la adrenalina que este título pretende insuflar. No se le puede achacar defecto grave en el rendimiento de frames, si bien, no parece que, en lineas generales, el juego tenga la capacidad de exigir tanto a estos hardwares como para poner en riesgo este factor, pues, si bien al ojo puede “engañarse”, la realidad es que el apartado técnico luce bien por un par de factores efectivos y no por una realización faraónica como en otros juegos.
Comprendemos lo que nos dicen
En F1 2015 no solo importa la presencia de unos colaboradores que actúan como narradores de televisión para presentar o resumir la carrera, también importa por la inclusión de una conversación directa y fluida desde el pit lane. En cualquier caso, y a diferencia de títulos recientes, Codemasters ha trabajado para dar una satisfacción a los usuarios, pues, gozarán de un doblaje al castellano que se complementa con la traducción de los menús e informaciones varias.
Es todo un detalle que se haya considerado doblar las voces al castellano, si bien, hay un aspecto que habría que matizarles, ya que el resultado final, viene a ser igual que si estuviesen en inglés. Salvo en lo referente a los comentaristas, que nos describen los circuitos y la situación general de la competición en esos momentos previos, el ingeniero de pista habla durante una acción que tapa su voz y la hace inaudible, y por tanto, igualmente incomprensible. Aunque este matiz pueda salvarse, da la sensación de que el volumen al que se han grabado las voces es insuficiente para superar el sonido de los motores, algo que choca con la realidad, pues estos apenas hacen el ruido de los de antaño.
Comprenderíamos al ingeniero de pista si hablase más alto
Ubicando unos subtítulos, nos percatamos de que la información que nos ofrecen, de forma fluida y continuada, es realmente interesante. En parte, es interesante porque trata aspectos importantes que no aparecen detallados en ningún lado, como es la importante tarea de mantener las temperaturas dentro de un óptimo, controlar el consumo de combustible o el desgaste de neumáticos. Si añadimos este aspecto al uso de Kinect para interactuar, nos damos cuenta de que la idea que promulga Codemasters en su título es lo que siempre debía haber sido, una interacción real.
Se las prometían felices, como en McLaren
Codemasters ha hecho esperar a la nueva generación para traernos la Formula 1, una espera que podría decirse, merecería la pena, si no diese la sensación de que por esperar unos pocos meses más, F1 2016 podría aportar lo que desearíamos de esta licencia en la nueva generación. No se puede negar que se ha trabajado para conseguir un acabado gráfico superior, aunque con matices mejorables, incluso, que se ha trabajado para que las sensaciones dentro del monoplaza ofrezcan un realismo mayor, sin ser frustrante con un mando.
Incluso, la traducción al castellano para habilitar la interacción con el ingenio, sustentado en una serie de opciones vinculadas al uso de comandos de voz, se postulan como grandes avances en la experiencia de juego propuesta por Codemasters, que, sin embargo, parece haber promovido una ilusión que el producto final no acaba de saciar. Y es que, si bien la experiencia de la competición llega con todo su pomposidad y lujo, que se consiga transmitir la esencia y velocidad de una de las competiciones más prestigiosas, no suple la ausencia notable de profundidad dentro del juego. Todos esos esfuerzos por promover la inmersión en la piel de los pilotos conocidos, deja una ausencia notable cuando no podemos ser parte del Circo del Motor, en un modo carrera que venía siendo la mejor alternativa junto al modo multijugador para explotar la jugabilidad por meses.
Suplir este modo de juego, que podía ser el más interesante de la propuesta, por un modo de juego basado única y exclusivamente en una configuración de dificultad extrema, para explotarlo en unas plataformas que siguen pecando de no tener volantes asequibles, es un lastre para el producto importante. Si se achacó a otros juegos este mismo problema, estos juegos no derivaban ningún modo de juego a una experiencia exclusiva del uso de un volante, si bien, no cabe duda de que algunos talentosos jugadores podrán hacer frente a esta experiencia, tortuosa al tratarse de una representación totalmente realista de lo que es competir en la Formula 1.
Tras esperar a F1 2015, puede que no costase tanto esperar más por el F1 2016
Ante la falta de profundidad, la inconsistencia de la IA, que agrede sin cuartel, aunado a la facilidad con la que se pierde la perspectiva y se dificulta la precisión de forma inusual, aunque es cuestión de entrenar, más que de jugar, hacen que el juego no tenga un objetivo que permita disfrutar más allá de un par de mundiales o carreras, siempre y cuando, lo hagamos de forma rápida y sencilla. En cierto modo, lejos quedan aquellas posibilidades que nos permitían mejorar como piloto, evolucionar dentro de una escudería y poder, incluso, sorprender en el mundial con un equipo alternativo. En esta ocasión, resulta, cuanto menos milagroso, que logremos optar a una carrera cuando optamos por la épica con uno de esos equipos de mitad de la tabla. Realista, si, pero ¿resulta divertido coartar la experiencia y las posibilidades de victoria? Es posible que resulte igual de gratificante puntuar con un Marussia, incluso más que hacerlo con un Ferrari.
En cierto modo, podría explicarse con un ejemplo lo que F1 2015 supondría, es como la llegada de Honda a McLaren, lo que parecía un soplo de aire fresco, se ha convertido en un tortuoso pasaje en el camino hacia el producto campeón, que, a saber cuando llega.
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Lo bueno
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- La espectacularidad de la competición televisiva en dos temporadas
- El salto técnico es notable y con buen rendimiento
- Una conducción asequible a la par que exigente
- Buena implementación de comandos de voz
- Totalmente doblado y traducido
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Lo malo
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- La ausencia del modo carrera es imperdonable
- Carencia absoluta de profundidad en los modos de juego
- Los reglajes son demasiado escuetos y básicos
- El balance del audio está descompensado, no se escucha al ingeniero
- La IA es temeraria, los comisarios no son imparciales
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[clear]
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