Las mayores dosis de creatividad nacen de la forma más inesperada. Eso es precisamente lo que le ocurrió a Daniel Mullins, desarrollador independiente conocido por los particulares y únicos Pony Island y The Hex, en una game jam (reunión de desarrolladores que deben crear un juego en un corto periodo de tiempo, habitualmente de 24 horas).
El tema de la game jam era “se deben hacer sacrificios” y de esa simple frase surgió Inscryption. ¿Cómo definir Inscryption? Se trata de la mezcla perfecta entre roguelike de construcción de barajas y escape room, pero con el toque distintivo de Mullins. Nosotros ya hemos jugado al juego tras su lanzamiento en Xbox y te contamos qué nos ha parecido. Acompáñanos en nuestro análisis de Inscryption para Xbox Series X para descubrirlo.
Sacrifices must be made
El funcionamiento de las partidas de cartas de Inscryption es tan sencillo como adictivo. Todas las cartas tienen un poder y un coste para ser jugadas (además de habilidades concretas como atacar en varias direcciones, sumergirse durante el turno del rival para no ser heridas y un largo etcétera). Salvo algunas excepciones, para jugar una carta tienes que sacrificar tantas como exija el coste de la misma. Es por ello que al inicio de cada turno podemos robar una carta aleatoriamente de nuestro mazo o robar una ardilla, que no tiene coste para jugarse y cuya función principal es ser sacrificada para dar entrada a otras cartas al tablero.
La otra forma de invocar cartas de nuestra mano es usando huesos. Los huesos se consiguen al sacrificar criaturas o al ser derrotadas por el enemigo. El tablero de Inscryption tiene cuatro huecos, por lo que ese es el número máximo de criaturas que podemos tener invocadas. Cuando damos por terminado nuestro turno, todas nuestras criaturas atacarán, provocando daño directo al enemigo si no hay quien la bloquee o causando daño a las criaturas que se interpongan en su camino. Posteriormente será el turno del rival, que repetirá la misma mecánica.
El primero en llevar la balanza de daño hasta el extremo del rival, será el ganador de la partida. Como jugadores tenemos una vida que perder antes de ser derrotados, a excepción de en las batallas contra jefes, en las que solo tendremos una oportunidad. El progreso en el tablero de Inscryption es muy similar al de juegos parecidos como Slay the Spire u otros roguelikes de construcción de barajas. Hay varios caminos por los que podemos ir en función de nuestros intereses y en cada uno de los lugares podremos llevar a cabo acciones distintas.
Hay peleas contra rivales, hogueras en las que mejorar las aptitudes de nuestras cartas, piedras de sacrificio en las que podemos fusionar dos cartas, comprar ítems que nos ayuden en la batalla u obtener nuevas cartas que añadir al mazo. Al morir podremos elaborar nuestra propia carta personalizada, que pasará a estar disponible en las recompensas por ganar partidas y que serán de gran ayuda para obtener la victoria.
Mucho más que un juego de cartas
Sin embargo, Inscryption es mucho más de lo que parece a simple vista. Es un juego de cartas, sí, pero también es un escape room electrónico. Y es que como bien nos dice el dungeon master, podemos levantarnos de la mesa y explorar la habitación en la que nos encontramos en cualquier momento, siempre y cuando no estemos en medio de un combate. Aquí es donde aparece la magia de Inscryption. En la habitación encontraremos un álbum con todas las cartas que ya conocemos, pero también una enorme retahíla de puzles y acertijos escondidos que no solo nos darán acceso a nuevas cartas, sino que también serán fundamentales para poder progresar en el juego.
Cada avance que se realiza en Inscryption, tanto dentro como fuera del juego de cartas, produce una sensación de victoria incontestable. Y es que no es sencillo en muchas ocasiones saber cómo se avanza. De hecho, a veces Inscryption requiere una acción ridículamente concreta y ejecutada en un timing muy específico para generar el avance que el juego requiere para llegar a la siguiente fase, por así decirlo. Lo dejaremos ahí, pues el de Daniel Mullins es un juego que merece la pena ser jugado sin tener la más mínima noción de su funcionamiento ni de su historia. Si conoces la obra del canadiense sabrás a lo que nos referimos.
El juego que juega contigo
Como buen roguelike, la experiencia y la repetición son fundamentales a la hora de lograr el éxito en las partidas de cartas de Inscryption. Sin embargo, el videojuego de Daniel Mullins tiene algo completamente distinto. Saber cómo jugar con nosotros. Las rarezas que caracterizan la obra del creativo canadiense se reproducen por mil en este título. Para empezar, algunas cartas de nuestra baraja nos hablan, nos dan consejos y opinan sobre nuestras jugadas. El dungeon master también parece tener siempre la situación bajo control. Cuando realizamos alguna jugada sorprendente, es capaz de responder con ingenio con palabras y con hechos.
Progresar en la habitación nos da ventajas jugables y también en lo que a la historia respecta, pero lo hace a través de pistas, conjeturas, enigmas y casi engaños. Inscryption es un juego inteligente y sabe cómo interactuar con el jugador. Daniel Mullins parece tener muy claras novedosas fórmulas para hacer que el usuario se sienta partícipe de su obra mucho más allá de ofrecer un gameplay entretenido, que también lo es.
Conclusiones
Inscryption es un magnífico juego de cartas, un buen roguelike, un enigmático escape room y una rareza indescriptible sin caer en spoilers. Todo en uno. Un juego incalificable que merece ser jugado para que cada uno saque sus propias conclusiones. Es ingenioso e inteligente, pero también tramposo a la hora de recompensarnos con un avance significativo. Los juegos de Daniel Mullins no son para todo el mundo, pero si te animas a probar Inscryption muy probablemente no podrás salir de él. Por muchas razones.