La vuelta de los clásicos es algo que ocurre de manera esporádica en todos los géneros. Debido a su consideración de obras de culto, es muy común encontrar como algunos referentes de la literatura o del cine vuelven a gozar de popularidad con el paso del tiempo. Y eso es lo que está ocurriendo últimamente en los videojuegos. En un momento en el que hemos visto como grandes clásicos volvían a la palestra (o volverán, como en el caso de Silent Hill 2), uno de los géneros que más se está viendo favorecido por esta corriente es, sin lugar a dudas, el de los videojuegos de terror.
Con la franquicia Resident Evil en su totalidad, y con otros grandes exponentes del género como Dead Space; hay grandes sagas del terror que están volviendo a la actualidad, tal y como es el caso de Project Zero. Aunque no se trata de una saga tan conocida como las citadas anteriormente, el trabajo desarrollado por Koei Tecmo es uno de los grandes exponentes del género de terror, siendo pionero en ofrecer una experiencia survival-horror sin hacer uso de armas propiamente dichas. Ahora, con el remake de su cuarta entrega (exclusiva de Wii y del territorio nipón) Koei trata de acercarnos al presente un juego que pondrá los pelos de punta a cualquiera. Sin embargo, ¿será capaz de sobrellevar el paso del tiempo? Os lo contamos a continuación en nuestro análisis de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse.
Análisis de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse
Una isla de miedo
Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse cuenta con una premisa cargada de dramatismo. Tras la celebración del último Rougestu Festival, la cual se realiza cada 10 años en la isla que da nombre al festival, situada en el sur de Japón, 5 niñas desaparecieron en extrañas circunstancias. Rescatadas por un detective de la policía, ninguna de ellas recordaba que había ocurrido, lo que acabara en un desenlace trágico para dos de ellas en el décimo aniversario de su desaparición. Tras la muerte de las dos chicas, las otras supervivientes tratarán de descubrir que ha ocurrido con ellas, y a su vez intentarán de buscar respuestas a los hechos sucedidos una década atrás.
Esta cuarta entrega de la franquicia sigue el esquema que podemos ver en otras entregas de la serie, donde la historia estará dividida en varios capítulos donde podremos tomar el control de diferentes personajes. Concretamente, en este título encarnaremos a Ruka Minazuki, Misaki Aso, Madoka Tsulimori y finalmente a Choushiro Kirishima, el detective que logró encontrar a las niñas desaparecidas. Sin entrar mucho en detalles, Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse ofrece una historia en la que el misterio será constante, y donde el terror psicológico es el protagonista.
El título juega a la perfección con su ambientación, con unas localizaciones que emiten una sensación de mal rollo constante, y que se verá potenciada por la aparición de espíritus. Cabe destacar que no todos ellos serán hostiles, pero eso no evitará que aparezcan en los momentos menos indicados, y sean capaces de darnos un buen susto. Esto provocará que todo aquel que se adentre en Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse encontrará precisamente lo que estaba buscando: una experiencia de terror clásico.
Cambia de carrete
Como hemos comentado al comienzo de este análisis de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse, el título no ofrece una experiencia survival-horror clásica. Lejos de apostar por una jugabilidad donde las armas son nuestro principal medio de defensa frente a los fantasmas, aquí deberemos de hacer uso de una cámara de fotos, que recibe el nombre de Cámara Obscura. Con ella, tendremos que enfocar correctamente a nuestros enemigos, y hacer una foto en el momento adecuado, para así tratar de hacer el mayor daño posible.
Sin embargo, que estemos ante el uso de una cámara de fotos no significa que la experiencia será siempre la misma. El título es capaz de poner en nuestro camino nuevas funciones, lentes o películas de mayor capacidad, que servirán para mejorar aun más las prestaciones de la cámara. Y, por si fuera poco, también tendremos a nuestra disposición un sistema de mejoras que podremos desbloquear mediante el uso de piedras espirituales, con las que podremos mejorar elementos como la capacidad del “cargador” o la potencia de la cámara.
Con esta premisa, parece que podríamos encontrarnos ante una experiencia similar a la vista en otros juegos, pero lo cierto es que hay algunos elementos que hacen de este título algo más aterrador. Además de pelar contra los espíritus que vengan a por nosotros, el escenario también tendrá una importancia relevante, ya que bloqueará puertas o contará con numerosos puntos ciegos que podrán ser aprovechados por los fantasmas. De hecho, han sido varias las ocasiones en las que, a pesar de estar apuntando al lugar donde estaba situado nuestro enemigo, este ha conseguido sorprenderme atravesando una pared y lanzándose a por mí, algo poco visto en juegos como Resident Evil.
En cuanto al resto, la cuarta entrega de Project Zero sigue los mismos patrones que podíamos ver en la franquicia. Una experiencia en tercera persona donde la exploración y los puzles serán primordiales para poder avanzar en la historia. Eso sí, aquí notamos excesivamente que se trata de un juego que ya tiene sus años. A pesar de haber incorporado algunas mejoras a nivel jugable, el título sigue siendo algo “tosco”. El elemento más destacado en este sentido es la velocidad de nuestro personaje, que es frustrantemente lenta, a pesar de ir corriendo. El comportamiento de la cámara tampoco se encuentra a la altura en las zonas más estrechas; y a la hora de tratar de abrir puertas, siempre tendremos una animación que durará unos segundos, aunque no podamos llegar a entrar en la siguiente estancia, algo que acaba desesperando con el paso de las horas.
Sacadme de aquí
A pesar de que lo más común en los últimos años está siendo ver remakes que ofrecen una experiencia totalmente actualizada a lo visto en las entregas originales, Koei Tecmo ha optado por ofrecer un remaster del título original, donde ha incorporado algunas mejoras. Por ejemplo, el juego ahora se encuentra a una mayor resolución y con un mejor rendimiento, y las caras de los personajes ofrecen un acabado mucho mejor que el visto en el título original. Además, Koei también ha optado por aplicar cambios en la paleta de colores, ofreciendo un acabado más frío, que encaja a la perfección con la localización del juego.
Sin embargo, el juego adolece de ciertos elementos que nos sacarán de la experiencia en determinados momentos. A pesar de los cambios citados, ser un juego de Wii le pasa factura (al igual que ocurría con Crisis Core: Final Fantasy VII Reunion y su base de juego de portátil), no solo en la simpleza de sus escenarios, que pecan de vacíos, sino también en el poco empeño que se ha puesto en sus texturas. Será común ver como las puertas, paredes o mesas del escenario se encuentran muy por debajo del trabajo realizado con los personajes, con unas texturas de una calidad muy pobre que podrían haber sido renovadas, para así ofrece una experiencia más completa en este sentido. Aun así, si sabéis a lo que venís, la ambientación que antes citábamos será capaz de enmascarar un poco estos elementos negativos.
Finalmente, cabe señalar que el juego cuenta con doblaje al japonés y está localizado únicamente al inglés. A pesar de que se trata del estreno del título fuera de tierras japonesas, lo cierto es que podíamos haber esperado que se hubiera optado por localizarlo a más idiomas como el español. Por tanto, si queréis disfrutar del juego, deberéis hacerlo íntegramente en el idioma de Shakespeare.
Análisis de Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse – Conclusiones
Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse es un notable juego de terror. El título cuenta con una ambientación que pone los pelos de punta, y que se ve potenciada por el uso inteligente de los espíritus, tanto hostiles como “amigables”. Además, a pesar de que podíamos haberle pedido algo más a nivel de control y de gráficos, lo cierto es que es capaz de ofrecer una experiencia asfixiante, ideal para aquellos que busquen una experiencia clásica del género, con todo lo positivo y negativo que ello implica. Eso sí, no habría estado de más que tras su llegada a occidente, se hubiera optado por localizar el juego a más idiomas.