En los años 90 el género First Person Shooter fue una revolución en el sector de los videojuegos, una época donde empresas como id Software o 3DRealms lanzaron varios títulos que encandilaron al público y que se convirtieron en un referente histórico que hoy día todavía son respetados. Shadow Warrior no fue precisamente uno de esos iconos, pero si que se ganó un respeto por parte del público, hoy día, y de la mano de Flying Wild Hog y Devolver Digital, Shadow Warrior vuelve a escena con un planteamiento curioso.
Shadow Warrior se han convertido en un título que busca honrar la imagen de aquel FPS de los 90, un título desvergonzado, con cierto aire retro en su conceptualización, donde el protagonista, Lo Wang, es un recopilatorio de clichés de los sicarios de las películas de serie B de artes marciales. Como si se tratase de una película de esa categoría, nos ponemos en la piel de dicho sicario realizando una misión aparentemente sencilla, la adquisición de una espada legendaria, la Nobitsura Kage.
Lo más curioso de todo es saber que este reboot de Shadow Warrior lo es incluso en su historia, pues tras un par de juegos hace 17 años, nos encontramos que el título a analizar se basa en el origen del protagonista que en aquellos juegos, donde se da a conocer los primeros pasos de Lo Wang en la empresa Zilla, de la que será un guardaespaldas que era una leyenda. ¿Quereis conocer el origen de esta leyenda? Esto es Shadow Warriors.
Bizarro y sangriento, un homenaje al pasado
Obviamente, todo se tuerce cuando al llegar parece que nos han tendido una trampa y comenzaremos a eliminar enemigos. Todo se vuelve caótico, pues, a las tropas del mafioso poseedor de esa espada que, ahora por las malas, tenemos que recuperar para nuestro jefe, se une un ejercito de demonios llegados desde ultratumba, haciendo alusión a la leyenda que dio origen al mito de la Nobitsura Kage. Puede que estas casualidades resulten un tanto forzadas, no obstante, son la base fundamental de lo que Shadow Warrior siempre ha sentado como base argumental, la lucha contra el emergimiento de esas hordas de demonios para proteger la tierra, aunque más bien da la sensación de que Wang solo busca salvar su pellejo.
Con esto, nos expondremos a los enemigos con nuestra katana, tomando así el mando de un sistema de control que busca ser directo, permitiendo además, diseccionar a nuestros enemigos, decapitarlos y desmembrarlos con el filo de este arma. Cual película oriental de acción, los primeros estadíos del juego permitirán luchar contra las tropas del clan contrario en la que casi llegan por turnos, permitiendo centrarse en como dominar el arte de la espada. Pero al continuar, encontrarnos con hordas de demonios pondrá las cosas más dificiles. Eso si, para entonces, habremos encontrado nuestra primera pistola, una combinación que puede servir para aliviar la tensión que el requisito de la espada y su manejo tienen.
Y es que entramos en materia cuando describimos un sistema de control bastante confuso, más cuando al avanzar, comenzamos a explorar nuestro potencial adquiriendo algunas habilidades o algunos poderes. En cierto modo, Shadow Warrior busca que la acción se desarrolle de una forma dinámica, para lo que empleando combinaciones de movimientos con el mismo mando que controla el movimiento general, puedan ser ejecutados. En cierto modo, dado el carácter fugaz de la acción, intensa y con un requerimiento de movimiento continuo, no resultará demasiado fácil de conseguir, más, cuando dicho conflicto puede ocasionar que en determinadas circunstancias, se ejecuten sin querer. Este aspecto puede llegar a minimizarse, una vez dominamos el arte del control del juego, pero habremos caído varias veces, solo los pacientes o muy hábiles no les dará la sensación de que les están tomando el pelo.
Obviamente, cuando hacemos uso de las armas de fuego, estos problemas desaparecen, pero aparecen otros nuevos, ya que, en un catálogo lleno de FPS, la precisión del control para ejecutar disparos no está del todo bien ajustado, siendo al final, un disparar por disparar. Al principio, con un revolver, esto costará más, aunque cuando se tiene acceso a otras armas, la falta de precisión se combina con la frecuencia de disparo o las rafagas que permitirán dar en el blanco. Pero en parte, todas las carencias del control, han quedado expuestas.
Flores de Sakura en el infierno
Puede que parte de estas carencias estén relacionadas con el desarrollo técnico del juego, un título que denota la intención de dar el salto a una generación, que ha tenido una buena referencia para establecer su ambientación, que ha mantenido su concepto, pero que ahora mismo puede no ser el mejor momento para este típo de resultados.
Nos encontramos en Japón, podríamos intuir que en los años 90, pero la fuerte presencia de los ancestros y lo arraigado a la tradición de esta cultura, nos lleva a pasear por templos, parques y viejos poblados que parecen extraídos de historias de samurais. Si no llega a ser por los vehículos, cualquier podría pensar que se trata de una de esas historias basadas en la mitología y ambientadas en la época feudal, no obstante, la presencia de tecnologia da al traste con esta posibilidad, aunque habría que mirar porqué golpear un coche con una katana supone la explosión inminente de este.
El juego muestra un contraste bastante curioso entre escenarios coloridos, marcados por el tono rosáceo de las flores de cerezo, con otros ambientes mucho más siniestros, oscuros y decadentes, influencia de un infierno que, en parte, parece más propio de culturas occidentales, con fuego y azufre. No obstante, se puede comprobar que todo tiene un aspecto bastante pobre, no solo por encontrarnos con muchos elementos que se clonan, no solo los enemigos, también porque su construcción deja mucho que desear, considerando que estamos en un período de evolución. Los cortes provocados por las texturas son demasiado notables, y la gran barrera que nos limita el pasillo por el que tenemos que avanzar, demasiado evidente.
Esto podría ser atribuido a referenciar el origen de este género, pues, en aquellos años, los juegos estaban limitados por texturas planas que servían de pared, pero ahora, no tiene tanta gracia. De hecho, son varias las referencias que se hacen a como se construían los juegos antiguamente, con constantes animaciones de la mano visible del personaje, que incluso pueden ser algo molestas cuando queremos centrar nuestra vista en otro lado o porque al cabo de unas horas hemos visto más la animación que enemigos ejecutados.
Los intentos de lucir con efectos visuales varios no suponen un resultado gráfico diferente de la clara falta de ambición al realizarlo. Todo resulta demasiado plano y ni siquiera los pequeños efectos visuales o un escaso intento de aplicar una iluminación focal permiten mejorar un producto en cuya base denota muchas carencias. Y es que el producto, no parece haber entendido que se ha evolucionado, se han dado varios saltos hasta llegar a un momento en el que, por muy buena que sea la intención, el resultado obtenido en Shadow Warrior está cláramente obsoleto.
Una busqueda a través de un pasillo
Queda claro que Shadow Warrior no va a ser un FPS que vaya a aportar nada revolucionario, es más, parece más un título que da un importante paso atrás en el concepto de un género que ha traído grandes juegos con base narrativa para una acción que se desarrolla con más profundidad. Si bien, la base argumental del juego es simple, somos un sicario al que le han encomendado una misión muy sencilla que se tuerce y nos tenemos que enfrentar con nuestro talento a enemigos venidos desde el averno, la realización de esta podía dar más de si.
No obstante, no podemos negar que se ha intentado innovar, incluyendo mejoras al personaje en tres ámbitos. La primera, más básica, con el dinero que se va recaudando de nuestras búsquedas, obtener mejoras de armas, tanto para la katana como para las diferentes armas de fuego. Se pueden obtener algunas ventajas, pero es más interesante observar como se han aplicado otras mejoras en la evolución del personaje, haciendo uso de puntos de Karma y puntos de Ki. A partir de recaudar estos a partir de los combates, y de algunas localizaciones secretas que deberemos descubrir, podremos adquirir nuevos poderes, movimientos y potenciadores que nos facilitarán nuestro progreso en la misión.
Todo esto aporta cierto dinamismo a un juego que por otro lado muestra carencias importantes para convencer. Si bien, las luchas con la espada pueden ser muy entretenidas, incluso se convertirá en el arma más recurrida, cuando los enemigos comienzan a incrementar su número puede resultar algo confuso tanta combinación de movimientos, poderes y golpes. Si bien, ya el mero hecho de conseguir asestar un golpe puede ser complicado, por tener que movernos continuamente para no sucumbir ante las afiladas garras de estos demonios, si intentamos ejecutar un movimiento especial, podemos acabar muy mal. Puede que con el tiempo, la técnica empleada vaya mejorando, sobre todo, por el incremento de paciencia, pero habiendo algunos poderes que pueden ser muy útiles, también hay otros que no saldrán tan fácilmente. Al final, al recurrir a un sistema de valoración por estrellas (ninja) en cada combate, el resultado tiende a ser bastante decepcionante y conseguir la máxima puntuación será excesivamente complicado, con lo que eso supone en la captación de puntos que servirán para obtener las mejoras de personaje citadas.
No se puede negar que la intención sea buena, pero la ejecución de la misma no resulta tan atractiva, y es que el juego, combina algunos factores interesantes que dado el carácter independiente original del juego se han quedado en el tintero. Finalmente, la lineal historia en la que un carismático personaje desaparece con poco más que alguna frase que busca la gracia fácil, comparte protagonismo con un cliché demoníaco igualmente cargante. Son muchos los factores que poco a poco van desgastando la fuerza que podía tener este juego, como consecuencia, la propuesta de acción pierde bastante encanto, más, cuando apenas aporta más que una historia que una vez finalizada no puede complementarse y rejugarla será un acto de total temeridad.
Cumplir o no cumplir, It´s what you Wang?
No es la primera vez que uno de estos reboots no cumple con las expectativas, si bien, el caso más flagrante pudo ser el de Duke Nukem Forever, un título que hizo uso de una de las licencias más famosas, más respetadas y divertidas y lo convirtió en una parodia de sí mismo con un resultado catastrófico. En esta ocasión, Shadow Warrior no gozaba de ese prestigio avalado por éxitos pasados, pero se ha quedado lejos de convertirse en un juego deseable actualmente, por varios motivos.
En pleno debate por la potencia gráfica de las consolas de nueva generación, Shadow Warrior denota una dejadez que podría ahondar más este debate. El producto parece obsoleto, si bien, su adaptación a las nuevas consolas podía aportar mejorías con respecto a una versión que denotaba las mismas carencias en PC hace unos meses, el tiempo extra no ha sido aprovechado debidamente. El producto parece caducado antes de salir, obsoleto y de pobre ejecución. Considerando esto como un factor secundario, pues en gran parte no afecta a la jugabilidad, esta tampoco cumple del todo.
La diversión es algo que depende de muchos factores, Shadow Warrior no exige complejas reflexiones para avanzar y matar, algo que se agradece, pero tampoco aporta la cantidad suficiente de diversión pese a sus intentos de dar algo diferente. Pasillero, lineal y con una profundidad impropia, la competencia que actualmente hay en un catálogo que apenas tiene juegos, no le permite escalar a las posiciones preferentes que hagan este producto una alternativa ante la escasez.
Y es que uno de los aspectos que más ha llamado la atención en la llegada de Shadow Warrior a XBOX One, es como este ha perdido su insignia de juego independiente al aparecer a un precio bastante superior con el que vio la luz en PC. En cierto modo, el título no ha evolucionado debidamente en su adaptación a XBOX One como para poder exigir este incremento en la inversión del jugador y, considerando este aspecto en futuras rebajas, el producto puede ser más llamativo, pues, divertir, divierte.
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Lo bueno
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- Lo Wang, un héroe de antaño como los que ya no quedan
- Destripa, decapita, desmiembra, suelta la espada y dejate llevar
- Incluir poderes y potenciadores confiere algo de profundidad al juego
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Lo malo
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- Está obsoleto, tanto técnicamente como en su jugabilidad
- Control conflictivo, cuesta demasiado hacerse y no siempre funciona bien
- Excesivamente lineal e intrascendente en el transcurso de la historia
- No tiene modo multijugador, su duración está muy ajustada
- Que cueste casi 20€ más que el juego que vio la luz en PC hace meses
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