Tras probarnos como el Agente 47 en la misión de entrenamiento y en el evento de moda de París, llega un nuevo capítulo de Hitman. El título desarrollado por IO Interactive sigue evolucionando dentro de su estrategia de lanzamiento, vinculada a la tendencia de ir incluyendo nuevos contenidos, llevándonos en esta ocasión a la soleada Sapieza, en Italia. Es allí donde el Agente 47 debe desempeñar su talento, dado que en una lujosa mansión se está llevando a cabo el desarrollo de un virus letal que puede poner en jaque al mundo.
Es de este modo como se plantea un nuevo episodio dentro de la nueva aventura del Agente 47 en Hitman, un episodio que sirve para ampliar las posibilidades de un juego que ha ido evolucionado, y que seguirá haciéndolo hasta que se complete, con tres capítulos más, pero con una gran cantidad de opciones de juego que hacen de Hitman un título muy llamativo, sobre todo, para los fans de la licencia.
La misión que da cuenta este nuevo contenido es ‘El mundo del mañana’, donde debemos eliminar a dos objetivos, a un biólogo, Silvio Caruso, y a Francesca de Santis, así como destruir el virus que están desarrollando. Una amenaza para el mundo que no puede salir de esta idílica población. Claro que, esto no es más que una parte de lo que Hitman ofrece, pues a partir de ahí, cualquiera puede ser objetivo del Agente 47.
Idílico paraíso mediterráneo
En esta ocasión, las circunstancias nos llevan a Sapienza, un pueblo costero de Italia, en la que se desarrollará la segunda misión. Un lugar soleado, que se describe en un mapa de tamaño similar al de París, pero con una notable diferencia en la disposición de las diferentes vías que podemos usar para infiltrarnos en la gran mansión. Podemos explorar la zona circundante a la misma, donde podemos encontrarnos con la rutinaria vida de los aldeanos de esta localidad italiana.
Es así, como en cierto modo este nuevo entorno representa una mayor complejidad que el visto en París. No solo por tener una mansión ubicada en un peñasco al borde de un pequeño acantilado, también por establecer diversas vías de infiltración, vinculadas a accesos varios desde las calles de Sapienza. Una ambientación muy diferente a la del lujoso museo convertido en escenario de una pasarela de modelos, podremos encontrarnos con turistas y trabajadores de los comercios del lugar. A partir de ahí, la exploración se denota vital para poder descubrir posibles vías de acceso, siendo nuevamente un ejercicio de paciencia y minuciosidad, como buen asesino que somos.
De hecho, este nuevo entorno da mucho juego para plantear tretas mucho más diversas que las que podíamos encontrar en las cuadriculadas calles parisinas. Nos encontramos en una ubicación costera, con una orografía algo más abrupta, que abre muchos flancos en la seguridad. Además, se han considerado nuevos elementos que sirven para crear nuevas distracciones, más personajes que sirven como tapadera, y un gran número de empleados con diversos roles que dificultarán mucho nuestra exploración en un entorno mucho más laberíntico, donde desorientarse es más sencillo. Edificios separados, un jardín repleto de guardias, cocineros, camareros, servicio de limpieza. Todo está más disperso y el reto expuesto parece ser mucho mayor, incluyendo además, opciones para completar parte de nuestra misión, desde fuera de la mansión.
Nuevamente, el diseño luce espectacular gracias al motor gráfico empleado, pero puede que luzca menos ante la situación, pues lejos de ser de noche y recorrer las grandes salas y pasillos de un antiguo palacio parisino, nos encontramos en un lugar mucho más abierto, donde el típico cielo azul mediterráneo baña con una luz más homogénea todo el escenario. Nuevamente puede resaltarse que no todos los elementos tienen un diseño perfecto, siendo en algunas ocasiones algo bruscos y rectangulares. No obstante, dentro de la mansión, las cosas se vuelven más comunes con lo visto en el primer capítulo. Sin alardes técnicos extraordinarios, el resultado es más que correcto, recurriendo al sigilo, la paciencia y la estrategia, por la brusquedad de un control que limita mucho la acción.
In crescendo
No podemos negar que ante la presencia del Agente 47, la nueva estrategia de lanzamiento de Square Enix sigue resultando confusa o controvertida. El hecho de que este segundo episodio sea visto como un DLC, da cuenta de que la propuesta de Hitman implica la misma paciencia para jugarse, como para disfrutarse. No obstante, desde que vio la luz, los contenidos y las aportaciones de los usuarios, además de la ingente cantidad de opciones y desafíos, suponen un reto mayúsculo que no dejará descontento a nadie.
Y es que el lanzamiento periódico de contenidos, desde las actualizaciones de misiones, hasta la inclusión de contratos por parte de la comunidad, dan cuenta de que el juego puede perdurar durante la espera, que no se hace tan larga como podría esperarse. Y es que de aquí hasta que se complete el juego, pese al retraso a 2017, puede parecernos que cada misión, cada episodio, da para muchas horas de juego. En cierto modo, si no parece suficiente, siempre se puede entrar a retar a la comunidad con desafíos extravagantes o que supongan una hazaña casi imposible.
Un vacío lleno de oportunidades
El nuevo capítulo en Sapienza expande la ardua tarea de los asesinos a un nuevo entorno, con un nuevo y escueto capítulo en una trama que se irá desvelando con las siguientes entregas. En este aspecto, es donde más se notan las carencias de este formato de lanzamiento, pues lejos de poder continuar en la historia, debemos apañarnos con la ingente cantidad de desafíos, misiones y modos de juego, aunque a estas alturas, todavía no han incluido ninguna misión en el modo Objetivos Escurridizos.
Las ausencias se dejan notar demasiado, pese a que lo ofrecido hasta la fecha es realmente impresionante. El nuevo Hitman ofrece una experiencia en expansión, en todos los sentidos, pues lejos de ser algo escueto, pese a ser una pequeña porción del juego entero, da para muchas horas de experiencias realmente apasionantes. Meterse en la piel del Agente 47 no había sido nunca tan interesante, aunque quizás un planteamiento más serio y contundente en la campaña principal del juego no dejaría la sensación de vacío e invitaría a la comunidad algo más participativa.
El segundo capítulo de Hitman, en Sapienza, refleja la necesidad de más, tanto como la impresionante propuesta repleta de opciones que suponen un reto para los más ávidos. Un producto que se muestra espectacular, que tiene una base potente gracias a una licencia añeja que aporta grandes dosis de diversión, sobre todo, por la capacidad de ser creativos y meterse en la piel del respetado Agente 47. El problema, como ocurre con las aventuras gráficas episódicas, querer seguir jugando, más por la inclusión de nuevos entornos, que por misiones y opciones, que tiene para largo.