Para los apasionados del motor, las diferentes competiciones que se disputan cada fin de semana exponen un modo bastante pasivo de vivir la pasión por este deporte. Bien sea a bordo de monoplazas o de turismos, en circuito o en pistas de tierra, los pilotos que se enfrentan por demostrar sus habilidades son vistos, en muchos casos, como héroes. Algunos de ellos han dejado su nombre en la historia, pasando a formar parte de la leyenda de la competición y del mundo del motor. Los videojuegos han permitido acercarse a estas hazañas con múltiples alternativas, pero hace unos años un pequeño estudio tuvo una visión que hizo realidad tras una exitosa campaña de autofinanciación.
Project Cars llegó como un proyecto que parecía abocado a satisfacer la emergente tendencia del simracing. Una tendencia que hoy día siguen millones de jugadores en diferentes juegos. Aquel primer juego expuso una oportunidad magnífica de ofrecer una experiencia vinculada al mundo de la competición, convertirse en un piloto y escribir el nombre en la historia de la competición. Emular a esas leyendas, fue una experiencia que llenó a muchos usuarios, pero se vio un tanto eclipsado por otras alternativas más accesibles, o bien por los juegos que supieron introducirse en el ámbito del simracing.
Regresa el simulador de conducción que nos llevará a convertirnos en leyendas del automovilismo
Project Cars 2 vuelve, para reclamar lo que es suyo. La corona de este género y el baluarte de la tendencia del simracing expandiéndose a las consolas. Con una lista de novedades lógica, dado que es una “secuela”, Slightly Mad Studios ha buscado ahondar en aquellos matices que podrían mejorarse. ¿Cómo? Reescribiendo una propuesta que busca que los amantes de la conducción no solo logren coronarse como reyes de la competición, en el modo carrera, sino que logren el mismo hito en la cada vez más competitiva tendencia multijugador.
El nacimiento de un piloto.
Cuando Project Cars vio la luz, su principal baza era la de proponer un modo carrera en la que los usuarios podían elegir su camino desde los karts, las diferentes categorías reina expuestas en diferentes tipos de competición. Turismos, monoplazas y prototipos centraban una experiencia maravillosa que realmente hacía sentir como propias las decisiones que se iban tomando a lo largo de las temporadas. Gestionar los contratos, competir en la pista y hacer frente a desafíos constantes con una propuesta que ahondaba en la simulación. Un desafío que vuelve a repetirse en Project Cars 2, siendo nuevamente la pieza angular a través de la que se desarrolla el juego.
Pero en realidad, lo bueno de Project Cars 2 es que esta gesta no solo implicaría al modo carrera, sino que se expande a la tendencia multijugador, ofreciendo una estructura bien ordenada y gestada a partir de las iniciativas del simracing y de los modos competitivos que otros juegos han ido desarrollando. Si bien por un lado nos podemos vincular al progreso dentro de ese modo historia, que se ha segmentado de una forma más ordenada según la disciplina, las carreras multijugador también organizan la propuesta en divisiones que dividen a los pilotos más hábiles y limpios de los que no lo son.
Podemos comenzar desde varias categorías diferentes, estando mejor clasificada cada una de las opciones
Bien se opte por una u otra tendencia, lo que realmente importa es como Project Cars 2 consigue que cualquiera que desee ahondar en esta experiencia, puede sentirse como un auténtico piloto. Resulta obvio que en este aspecto, el modo carrera es el que mejor representa la experiencia de ser piloto, pues hablamos de luchar por conseguir contratos y avanzar año tras año hasta culminar en las diferentes categorías reina para convertirnos en una leyenda del automovilismo.
Gestando una leyenda
Existen muchos nombres que podemos citar a la hora de hablar de leyendas del automovilismo y no tenemos por qué fijarnos exclusivamente en la emblemática Formula 1. En esta ocasión, Slightly Mad Studios se ha implicado para ofrecer más diversidad, donde destaca la llegada de los rallycross, que ofrece una perspectiva muy diferente en carreras frenéticas. Pero Project Cars 2 siempre puede exponer ese grado de desafío que bien puede suponer un reto por poder controlar el coche en todas las situaciones a las que nos exponemos.
Con un catálogo de circuitos realmente extraordinario, que cada uno de ellos pueda afrontarse de forma diferente, según sea de día o de noche, o bien por las condiciones climáticas, hace que cada carrera sea un mundo diferente. Exponerse a los elementos, exponerse a una IA que, aunque en ocasiones peca de ser algo irregular, puede llegar a ser un tormento. Project Cars 2 permite que el jugador defina que nivel de desafío quiere encontrar, donde jugar sin ayudas, sin hud, desde la cámara de casco y contra una IA elevada, es una experiencia que no iguala hoy día, ningún juego. En el fondo, es ahí donde reside la gestación de esa leyenda, pues jugar con todas las ayudas y contra una IA cómoda solo nos permitirá disfrutar del modo carrera.
El rallycross resulta una alternativa más directa, donde parece no importar tanto la precisión y las estrategias
Un modo carrera que se afianza como una propuesta donde el jugador se ve expuesto a algo muy apasionante. La gestión de los recursos y las opciones de dirigir la carrera profesional hacia las disciplinas, abre vías a elegir que camino seguir para conseguir esos objetivos a largo plazo. Objetivos que aparecen descritos en el propio inbox del piloto durante este modo de juego, donde encontramos como principal objetivo, llegar a la máxima categoría y alzarse con el mundial. Es un objetivo primario, que se combina con otros que son propios de los pilotos reales, como conseguir la Triple Corona, o mostrar la pericia como piloto en diferentes categorías. Además, se añaden otro tipo de desafíos, derivados de pruebas de afinidad para convertirse en embajador de una marca, o bien otro tipo de pruebas que nos llevarán a lo largo del tiempo en carreras específicas de todo tipo vinculadas a las categorías deportivas. Un abanico de posibilidades extenso que requiere de un gran número de horas sin implicación alguna del modo multijugador.
En el fondo, hay que buscar ese aspecto que constantemente exponga al piloto a desafíos que obligan a sacar lo mejor de sí mismos. Y es que si no salimos del modo carrera, es como si nos quedáramos a mitad de camino de lo que este juego ofrece. El modo online no tiene piedad ante los que no se arriesgan, siendo ahí donde se puede encontrar el más elevado de los retos. De hecho, intentando acercarse a los eSports, Project Cars 2 consigue transmitir en gran medida la pasión de los simracers que hoy día abordan la comunidad de jugadores de este género en PC. Usado de una forma correcta, ya que en el ámbito multijugador el juego ofrece la plataforma, no la experiencia, Project Cars 2 es el único juego de consola que consigue exponer al jugador a la experiencia del simracing. Usando una clasificación dividida en divisiones, serán las manos del jugador las que determinen su estatus dentro de todo este gran organigrama de pilotos reales, que forjarán su leyenda más allá de los scripts del juego.
Podremos comenzar en otras disciplinas, no solo en los karts
Enfrentándose a un desafío
Tras considerar todas opciones de juego, obviando los clásicos modos rápidos que permitirán mejorar sin trascender en los resultados globales, Project Cars 2 repite experiencia con una propuesta que expone un simulador. Como tal, la principal preocupación que se puede cernir sobre los usuarios es cómo de intensa es esta experiencia, donde parece que se limita al uso de volantes. A diferencia del primer juego, el estudio ha trabajado para equilibrar mucho mejor la experiencia y adaptarla a los mandos, ofreciendo una conducción más precisa y ajustable. Si bien un volante siempre será más eficaz y preciso, jugar con el mando puede garantizar tener unas sensaciones sobresalientes.
Project CARS 2 es un juego que centra su experiencia en la simulación, una conducción más pesada y delicada de lo que otras propuestas ofrecen. Dadas las circunstancias, resulta de vital importancia tener los nervios de acero y nociones básicas de mecánica. Algo que tras tantos juegos, muchos pueden ya haber adquirido, pero en esta ocasión se ofrecen mejoras notables en este aspecto. Abandonando una configuración manual con textos de ayuda, también se ofrece un gestor de configuraciones. De este modo, las sesiones de práctica permiten tener un mayor control de nuestro progreso. Ajustar los reglajes se hará más intuitivo y con un poco de implicación, las pistas que ofrece sobre los cambios a realizar con este sistema, puede permitir adquirir algunas nociones para atreverse a tocar directamente los reglajes en el sistema manual.
El gestor de reglajes ayudará a aquellos que no tienen los conocimientos necesarios
Puede resultar algo intimidatorio, porque Project Cars 2 puede no parecer un juego para todos los públicos como otros que dicen ser simuladores. A la hora de ponerse el casco y hacer frente a la experiencia, las sensaciones que ofrece son fantásticas. De hecho, una práctica muy interesante es seguir los pasos del modo carrera, ya que se comienza desde una categoría con vehículos poco potentes y cuya tolerancia a errores es algo mayor. De este modo, cualquier usuario puede comenzar el proceso de aprendizaje para una experiencia inmersiva que sacará el piloto que lleva dentro. Tener acceso a las sensaciones que ofrecen los coches es algo apasionante, ya que el juego ofrece información muy variada y precisa durante la conducción. No hay que ir a lo grande desde el principio, hay que saber evolucionar.
Un problema puede ser que la experiencia de la carrera parece scriptada. Pero en cierto modo ayuda a exponerse paulatinamente a las diferentes adversidades. La conducción tiene unos fundamentos maravillosos, transmitiendo de forma efectiva el peso del vehículo, el comportamiento de los neumáticos y el estado del coche en todo momento. Con unos pequeños ajustes por aquí, unos reglajes por allá, podemos equilibrar el coche para sentirnos cómodos. Puede que al principio, la premisa de ganar sea un objetivo que impida disfrutar de una experiencia trepidante. Con calma, porque la cantidad de situaciones en las que podemos encontrarnos es muy variada y hay que tener los nervios de acero para poder hacerles frente.
El auténtico desafío es prescindir de ayudas y hud para sumergirse en la simulación
Es así como podemos encontrarnos en carreras donde la metereología variable requerirá de una estrategia para cada ocasión. Notar como la pista se va empapando, que el circuito va cambiando a cada vuelta, formando algo más que charcos localizados que hay que evitar. Notar cómo se forman pequeños embalsamientos que derivan en pequeños aquaplanning que debemos controlar con precisión, son experiencias que a día de hoy, ningún juego ofrece con semejante fidelidad. Ya no es cuestión de hablar de las condiciones extremas, que sacará lo mejor y desquiciará al más valiente, con la introducción de las pistas heladas o con las carreras de rallycross, una modalidad fascinante y muy divertida.
Como parte de la experiencia, cada carrera es un mundo, cada disciplina es un universo pero percibir que cada vuelta de una carrera también es algo diferente, hace que Project Cars 2 sea una de las propuestas más vastas y profundas dentro de este género. Es un desafío constante, una prueba para las habilidades del usuario que notará cómo se va a adaptando, como progresa como piloto. Una experiencia única e inigualable.
Project Cars 2 es el máximo exponente de la simulación y la competición
La clave es el rendimiento
Es un buen momento para acercarnos al apartado técnico, donde Project Cars nació como ese simulador que dejaba a un lado los gráficos pasados de moda. Ya en su primer título el juego desarrolló una experiencia que gracias a un apartado técnico sobresaliente, superaba todos los prejuicios sobre este subgénero de la conducción. Pero abrió las puertas a problemas generalizados, sobre todo en aras del rendimiento. En esta ocasión, Slightly Mad Studios ha cambiado muchas cosas, priorizando que el juego se desarrolle a un framerate más estable.
Siendo su objetivo los 60fps, puede que no llegue a conseguir esa fluidez que otros juegos ofrecen. No obstante, se puede notar que el juego es muy estable en su rendimiento, lo que se agradece de forma notable. Pero para ello parece que han tenido que llevar a cabo una serie de recortes notables en el ámbito de los efectos visuales. Aquellos que jugaron al primer juego, recordarán el gran trabajo y resultado que se obtenía por el uso de gran cantidad de efectos ambientales, los cuales en esta ocasión parecen haber sido modificados dando un resultado difícil de definir. Uno de los ejemplos lo tenemos en la vegetación, donde los árboles no es que se vean peor, simplemente es diferente. Otro ejemplo es el asfalto, que en su primera entrega tenía un efecto brillo que ha desaparecido, ofreciendo una sensación que quizás, sea más adecuada.
Crea diferentes estrategias para las paradas en boxes, de vital importancia por las condiciones climáticas y situaciones de carrera
Resulta complejo decir si el juego ha progresado en este ámbito, porque los cambios ofrecen un resultado irregular, donde hay cosas que parecen mejores y otras que no lo son. Sigue ofreciendo un espectáculo soberbio, aunque la sensación global es que el juego no ha progresado, incluso, se dejan notar de forma notable los recortes en muchos detalles. Lejos de haber evolucionado gráficamente, se ha cambiado el objetivo para ofrecer algo más importante, un rendimiento estable y una gestión de físicas que hacen que la conducción sea magnífica.
Dentro de este apartado, deberíamos hablar también del apartado sonoro, donde se mantiene el buen trabajo realizado en la primera entrega. Incluso, parece que Project Cars 2 está regido por el mismo patrón, con la misma banda sonora y una gran cantidad de información valiosa para los conductores durante las carreras. Pero aquí entra el debate de, porqué usando técnicas de grabación de audio a partir de coches reales, cada juego ofrece un resultado tan diferente. Lo realmente importante y efectivo, es que el juego ofrezca una sensación de inmersión, con el rugir de los motores, el tintineo metálico de las juntas y el rozamiento de los neumáticos. Acompañados de la radio, que nos informa en inglés de los progresos que logramos, el uso de subtítulos no son algo demasiado adecuado. Si bien atender al ingeniero en determinados momentos nos puede desconcentrar, si dejamos de mirar para leer, estamos literalmente jodidos. Además, el ingeniero aporta información realmente valiosa, aunque en ocasiones podría gustar que fuese algo más constante, sobre todo, cuando se prescinde del hud para obtener una experiencia más profunda. Aquellos que lo deseen, esta opción es realmente fascinante.
Sentirse parte de la competición es una sensación que logra con efectividad
Como el regreso de Honda a la Fórmula 1
Project Cars 2 es una experiencia fantástica, que aborda todo lo necesario para los amantes del motor. Que se centre en la competición es algo que permite que los usuarios disfruten de una experiencia diferente a lo habitual, sobre todo en consolas. Ser parte de una escudería, ser parte de una competición y evolucionar como piloto para consagrarse tanto offline como en el multijugador, abre las puertas a un universo muy extenso.
Un universo que requiere de una implicación muy superior para afrontar una experiencia más allá de correr para llenar un garaje de coches. El protagonista es el piloto y su progreso en las diversas disciplinas, viendo como rivales a otros usuarios o bien a una IA que, a día de hoy, presenta demasiados problemas. Siempre encontramos esa sensación de que el los rivales manejados por la computadora nos obvian, y si bien Project Cars ha ofrecido una experiencia mejor en este ámbito, en esta ocasión hay algunos ajustes que fallan. Gestionando la dificultad, en un valor porcentual, así como la agresividad de los rivales, también en base a un porcentaje, podemos regular con más precisión como son. Pero a la hora de ir rueda a rueda, en muchas ocasiones, se produce un cortocircuito. Un cortocircuito que puede acabar en desastre o bien puede dejarnos en una posición muy ventajosa, ya que suelen aflojar con demasiada facilidad.
La IA patina más de la cuenta, irregular en carrera, sus tiempos en otras sesiones no cuadran
Normalmente, nos quejamos porque en un contacto, los rivales no se inmutan y sigue por su trazada como si chocamos con un muro. En esta ocasión, casi pasa lo contrario, donde pierden con demasiada facilidad el control y sueltan gas. Claro que, esto es algo que sucede para devaluar una experiencia que a día de hoy no se ha corregido. Durante la sesión de prácticas podemos ir marcando los mejores tiempos y al llegar a boxes, decidimos saltar a la siguiente sesión. En este momento, vemos que los tiempos de los rivales se convierten en una especie de lotería. Puede pasar lo mismo en la sesión de clasificación, pero resulta que en carrera, el tiempo real de estos rivales es diferente. Una incongruencia que desbarata esa sensación de inmersión, ya que este tipo de desajustes de la IA y de los tiempos son incomprensibles a estas alturas.
Si bien la propuesta es apasionante y se puede llegar a disfrutar como ningún juego de conducción permite en consola, hay algunos elementos que se deben corregir y ya ha pasado un tiempo desde que vio la luz el juego. Es así como tener que leer subtítulos durante la carrera, la inconsistencia de la IA en el cuerpo a cuerpo, los conflictos con la interfaz que deja fijos algunos elementos del hud cuando no se requieren, bugs gráficos varios y la sensación de que hay muchos elementos scriptados, pueden resultar disuasorios en algunos momentos.
La evolución de las pistas en condiciones dinámicas expone al jugador a una experiencia muy realista
Un rey con corona de espinas
Project Cars 2 es una propuesta magnífica para los amantes de la competición. Ofrece una experiencia extensa, tanto por la inmersión del modo carrera como por la cantidad de coches y circuitos que harán vivir una sensación de competición real. Acercar las plataformas de simracing a consola es algo que mantiene como un objetivo importante, dado el progreso de esta comunidad y la pasión que desarrolla. Project Cars 2 es una plataforma magnífica y de encontrar esos pilotos competitivos y limpios, ofrecerá todo lo que sueñan los fans de este género.
Un juego visualmente atractivo, aunque con una evolución contradictoria, con un rendimiento sólido y que ofrece unas sensaciones tan agradables, permite que los nuevos pilotos pueda adentrarse en la simulación real. Un modo carrera apasionante, extenso y variado, que expone al jugador a todo tipo de situaciones, con todo tipo de vehículos, donde la inclusión el rallycross no pasa inadvertida. No importa que haga sol, puede llover, no importa que el viento golpee por detrás en una frenada, hay que saber afrontar la diversidad en una propuesta en la que cada vuelta será un desafío. Han logrado ofrecer una experiencia sobresaliente, pero también han dejado muchas cuestiones sin resolver.
Una propuesta atractiva, pero muy condicionada por una evolución irregular para un público muy concreto
Introducir una propuesta como esta en consolas puede ser más difícil que conseguir ganar la Triple Corona y, si bien Project Cars 2 consigue atrapar la esencia de la competición y exponer las nuevas tendencias multijugador dentro del género, su lucha por ser la referencia del género puede estar pesando demasiado. Apenas con dos entregas, ha servido de modelo para las licencias consagradas de cada plataforma, que han tomado ejemplo y siguen a la estela. Pero la sensación que ofrece Project Cars 2 es que llevar esa corona le expone de forma directa a la exigencia de hacer llegar una propuesta más efectiva, sin errores, porque en este mundo de la competición, los errores siempre se han pagado caro.