Los alemanes de Piranha Bytes pretenden devolver a la saga Risen a sus orígenes con Risen 3: Titan Lords, aprovechando y trayendo de vuelta los puntos fuertes tanto de ésta serie como de la serie Gothic. Que lo hayan conseguido ya es otra historia. Si bien el primer juego de la franquicia Risen fue muy valorado por el público rolero, Risen 2: Dark Waters no lo fue tanto. La segunda entrega de la serie se convertía en un juego de piratas, dándole al género de los juegos de rol un soplo de aire fresco (dejando de lado la manida temática de los musculosos guerreros de brillante armadura y afilada espada, los sigilosos pícaros acechando entre las sombras y los poderosos hechiceros enfrascados en la lectura de pesados tomos de magia), pero estaba llena de defectos que llevaban al título por derroteros que no eran los propios de un juego de rol.
Risen 3: Titan Lords no abandona la temática pirata. Eso queda claro durante el primer minuto del juego (el cual os mostraré más adelante). Sin embargo, y aunque la intención de los desarrolladores de reconducir la saga y enmendar los errores del pasado es evidente, hay muchas cosas que acercan a Risen 3 más a Risen 2: Dar Water que al primer juego de la serie. Y es que, a pesar de la intención de la que se hace alarde, los chicos de Piranha Bytes ya dijeron que el juego tendría muchas influencias de su anterior trabajo. Contradictorio, ¿no?
El hombre sin nombre… y sin alma
Con una premisa así sólo cabe preguntarse qué clase de protagonista tiene Risen 3: Titan Lords. Porque sí, nuestro piratesco protagonista no tiene nombre y es más conocido como el hermano de la ya conocida por los aficionados de la serie Patty (aunque a mí me gusta llamarlo Jack, mientras que otros prefieren «¡eh tú!», «hermano» y otras cosillas), la cual en esta entrega se da todavía más a conocer…
Y por otra parte, en los primeros compases del juego, en la fase en la que aún no gozamos de la libertad de exploración que nos brinda el juego, nuestro protagonista, hmm… Jack, cae en una trampa y pierde su alma. Sus compañeros lo dan por muerto, lo entierran en una playa y, entre los sollozos de la desconsolada Patty, hacen mutis por el foro. Después Huesos (nada que ver con la antropóloga forense de la tele), un practicante del vudú y de ahí en adelante uno de nuestros compañeros, desentierra a nuestro personaje, lo devuelve a la vida como si fuera fácil y le anima a embarcarse en un largo viaje para recuperar su alma perdida. Porque, ¿quién quiere vagar por ahí sin alma?
Pero la búsqueda, ¿cómo no?, no será fácil. La oscuridad se está extendiendo por el mundo, hay que detenerla y «Jack» no tardará en verse involucrado en la lucha por salvar el mundo de Risen 3 a la vez que continúa su periplo para encontrar su alma robada. Para ello deberá buscar aliados, elegir una facción a la que unirse y determinar así en qué tipo de héroe se convertirá. ¿Será un cazademonios, un pirata vudú o se unirá a los guardianes?
Pata de palo…
Evitando compararlo con sus antecesores, Risen 3: Titan Lords realmente es un juego de rol. Eso ni el más pintado se atrevería a negarlo simplemente con echarle un rápido vistazo a todo lo que ofrece el juego. Más allá de la historia principal Risen 3 está plagado de misiones secundarias, tantas que puede llegar a ser abrumador, y que haga que los que son un poco indecisos, como un servidor, se pasen más tiempo intentando decidir qué hacer que llevando a cabo misiones. Casi cualquier personaje necesita que hagas algo por él (lo que nos lleva a pensar que estamos rodeados de inútiles). Sin embargo, como es habitual en muchos juegos del género del rol, muchas de estas misiones se traducen en las clásicas «mata a», «tráeme…», «lleva…», etc. Obviamente la acumulación de este tipo de misiones da horas de juego, pero no genera ningún interés ni brinda recompensa alguna más allá de la experiencia ganada y el posible oro (u otra compensación) que ganemos con ellas. Hay otras que si son interesantes con unos objetivos algo más originales, e incluso algunas del corte simplista nos plantean dilemas, ya que dos personajes nos pueden pedir fácilmente que hagamos algo que implique no poder llevar a cabo la tarea encargada por el otro, teniendo que elegir, lo cual es en parte uno de los fundamentos esenciales de los juegos de rol.
Y es precisamente la toma de decisiones lo que no falta en Risen 3: Titan Lords. De entrada la historia principal es una gran toma de decisiones, en la que deberemos elegir a qué facción nos unimos para que nos ayude en nuestra aventura por recuperar el alma perdida. Habrá tres facciones entre las que elegir: Cazademonios, Piratas Vudú y los Guardianes. Cada una ofrece sus ventajas, dando diferentes tipos de habilidades a nuestro protagonista, lo que viene a ser las clásicas clases de personaje, pero que más allá del tipo de héroe que queramos ser en combate, determinará el progreso de la historia del juego.
El combate es otro de los elementos principales del juego, y pasaremos mucho tiempo luchando. Por alguna misteriosa razón, en Piranha Bytes siguen empeñados en invertir la curva de dificultad, y que en lugar de ser más fácil al principio y más difícil a medida que avanzamos, sea al revés. Supongo que será por lo mismo que si cualquiera de nosotros coge ahora una espada y se pone a repartir estopa al principio le costará más. El problema es que perjudica mucho a la jugabilidad. Durante las primeras horas del juego los combates resultan tediosos. Eternos. Hace que te preguntes si estás atacando con un florete o con una barra de goma-espuma. Aun así, más allá de la dificultad inicial, Risen 3: Titan Lords tiene un buen sistema de combate, simple al principio, consistente en atacar, bloquear y rodar para esquivar (siendo ésto último una novedad en la saga), para más tarde ir evolucionando con las habilidades que vayamos adquiriendo según la facción a la que nos hayamos unido.
Unido al combate va el control del personaje, que no podía ser menos acertado. Una vez más, por alguna misteriosa razón, Piranha Bytes ha creado un esquema de controles poco convencional, diferente al extendido esquema de atacar con X y rodar con A (como por ejemplo en la saga de Fable). Aquí es justo al contrario. Atacamos con A y esquivamos con X, mientras que B sirve para enfundar y desenfundar el arma, e Y para saltar. Tal vez a los jugadores más hábiles esto no les afecte, pero a un servidor esto le ha servido para pasarse más tiempo esquivando cuando quería atacar, atacando cuando quería esquivar, o guardando el arma en mitad del combate porque quería bloquear… También hay que decir que el control en general del personaje se hace un poco torpe, principalmente debido a sus animaciones lentas. Al menos, si tienes suerte, te enteras que con LT el personaje puede esprintar durante un breve tiempo.
Los menús de personalización de personaje y resto de opciones características de los juegos de rol son prácticos y sencillos (aunque una vez más el esquema de botones elegido para navegar por ellos es un tanto confuso). Tenemos cuatro secciones principales (Personaje, Inventario, Mapa y Bitácora) que dejan muy claro qué podemos encontrar en cada una de ellas. Como en cualquier juego de rol que así quiera ser llamado podemos personalizar diferentes atributos de nuestro personaje, progresando así en sus diferentes habilidades. También podemos elegir qué llevará equipado en las diferentes partes del cuerpo (mano izquierda y derecha, cabeza, torso, piernas, pies, pendientes, anillos y amuletos), así como la rueda de acceso rápido, que podremos configurarla a nuestro antojo para después seleccionar rápidamente qué queremos usar desde la cruceta. El mapa nos permitirá saber a donde tenemos que ir dependiendo de qué misión tengamos activada en la bitácora, en la cual podremos ver las misiones pendientes y realizadas, así como una descripción de los acompañantes que se vayan uniendo a nuestra tripulación.
…parche en el ojo…
No me gusta nada criticar el trabajo de los demás, y menos cuando se nota que en otros apartados del título se ha puesto mucho cariño. Considero que cualquier esfuerzo es digno de respeto, pero me veo obligado a hacer una excepción y a lanzar una pregunta a Piranha Games: ¿Qué demonios ha pasado? (o «Was zum Teufel ist geschehen?» si me están leyendo). Gráficamente el juego decepciona mucho, por no usar apelativos peores. Es lo primero en lo que uno se fija según empieza, y sino fijaos en la introducción del juego. Prestad especial atención a los botes de remos que hay en el centro de la cubierta del barco- ¿Cómo? ¿Que no los veis? Esperad un segundo…
Sólo poco más de un minuto y podemos ver un completo muestrario de lo que no queremos ver en un juego. Aceptamos barco como animal acuático que es un juego para consolas de séptima generación, en concreto esta la versión de Xbox 360, pero hemos visto juegos del inicio de dicha generación con una calidad gráfica bastante superior, y la octava generación lleva correteando entre nosotros más de medio año, es decir, la séptima ya «ha acabado», y fue la más longeva. Y esa falta de calidad gráfica nos acompaña durante toda nuestra aventura, aunque curiosamente, el modelado y las texturas de los personajes están bastante trabajados, lo cual desgraciadamente genera un contraste bastante descabellado.
Si conseguimos quitarnos de la cabeza esa primera impresión de que el juego va a ser cutre (cosa que se consigue, aunque por desgracia va y viene), podemos apreciar un mundo muy rico con un diseño excelente. Cada isla tiene su personalidad, dependiendo de quien la habite, lo cual ayuda a una inmersión profunda en el mundo del juego. Hay una gran variedad de enemigos a los que enfrentarse, los cuales, al igual que ocurre con los personajes, gráficamente son aceptables. Son todos esos detalles cuidados con esmero los que hacen que la pésima calidad gráfica del juego sorprenda aún más. Cabría esperar que después de poner esfuerzo en diseñar todo el mundo de Risen 3, los chicos de Piranha Bytes hubiesen trabajado algo más en conseguir unas texturas y unos modelados más acordes con el final de la generación.
Las físicas y las animaciones tampoco son el punto fuerte del juego. Como habéis podido ver en el vídeo el salto de nuestro protagonista es un tanto vergonzoso, y muchas animaciones del juego siguen esa estela. Cuando Patty llora la muerte de su hermano, tal y como he mencionado antes, se le oye llorar, pero su cara no refleja expresión alguna, y como esa otras tantas.
…y violín al hombro
En el apartado sonoro nos encontramos otra vez más con una de cal y otra de arena. Hay que decir que doblaje viene en inglés y hay que apechugar con subtítulos. Cuenta con un doblaje bastante irregular, con interpretaciones más que aceptables por parte de los dobladores de algunos personajes y otras no tan aceptables, como la voz del protagonista en muchas ocasiones. Así que aquellos que defendáis el doblaje al castellano y que os digan que siempre es mejor el doblaje original, aquí tenéis un ejemplo que poner si queréis demostrar que el doblaje original puede no ser siempre la mejor opción. Un caso muy curioso es el de la voz de Huesos, bastante expresiva y con personalidad, pero que en algunos momentos del juego cambia de registro completamente, tanto que se podría decir que es otro actor quien dobla al personaje.
El sonido del entorno es bastante correcto, lo suficiente como para ayudar a sumergirse en él, aunque sin florituras. Y la banda sonora también se queda en la denominación de correcta, aunque hay que destacar que el tema principal, que podemos escuchar en el menú inicial antes de empezar a jugar, es bastante resultón y hasta pegadizo.
Arriad velas
En definitiva, Risen 3: Titan Lords es un buen juego de rol si se obvian los evidentes defectos técnicos del título (algo bastante difícil a menos que dejes de mirar la pantalla). Cuenta con una buena personalización y una cantidad aún mayor de elecciones que tomar, y sobre todo, ofrece muchas horas de diversión.
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Lo bueno
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- Juego de rol clásico puro
- Un mundo grande y rico
- Exploración libre
- Las acciones tienen consecuencias
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Lo malo
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- Apartado gráfico nefasto
- Esquema de controles mal diseñado
- Movimientos del personaje torpe
- Curva de combate mal diseñada
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