Por fin, ya se puede hablar abiertamente sobre los juegos de Xbox One X. Tras varios días probando la nueva consola de Microsoft, está claro que aún nos queda mucho que recorrer y que, por supuesto, ofreceros para que tengáis todas las claves de cara al día de lanzamiento. Así podréis decidir qué hacéis el martes 7 de noviembre. Sin embargo, para no saturar, iremos poco a poco mostrando todo lo que da de sí la nueva bestia de los de Redmond, porque eso es lo que es Xbox One X. Y, hablando de bestias, está claro que el primer juego al que debíamos mirar con una lupa especial era Gears of War 4.
Gears of War 4 llegó a finales del año pasado para ofrecer una continuación directa a la fantástica trilogía de Xbox 360 (que podemos disfrutar en Xbox One gracias a la retro y, por supuesto, en Xbox One X). El juego nos presentaba al hijo de Marcus, JD, y dos amigos del joven Fenix, Del y Kate. Juntos emprenderán una aventura que les llevará a conocer un nuevo enemigo, el enjambre, y descubrir qué pasó con los locusts tras el final de Gears of War 4.
Sí, ha pasado un año, pero puede que haya gente que no lo ha jugado aún y, sinceramente, no me apetece chafar la experiencia. Sólo hay que saber el contexto y que se trata de un juego que exprime Xbox One como pocos otros, con un montón de efectos, unas texturas de gran calidad y, en general, todo lo que logra que se le califique como uno de los estandartes de Unreal Engine 4.
Si queréis descubrir más sobre Gears of War 4, os recordamos nuestro completo análisis.
Gears of War 4 en Xbox One X
Tras una introducción necesaria para todo aquel usuario que llegue a Xbox One de nuevas gracias a Xbox One X, toca detallar lo que os interesa a los que ya habéis tenido Xbox One y vais a haceros con Xbox One X esperando que los juegos se vean mejor. Bien, tras una actualización de unos 13GB, Gears of War 4 se preparó para Xbox One X. Esto es algo que se nota en el menú principal, el único sitio en el que podremos cambiar entre los dos modos de imagen que tiene el juego. Las que os dejamos a continuación son imágenes del modo »calidad».
Como se indica en el propio menú, uno de los modos es para poner la campaña a resolución 4K con algunos elementos mejorados, como texturas, sombras o el filtro anisotrópico, a 30 frames por segundo. Este es el modo para todo aquel que quiera disfrutar del juego en la mejor calidad posible. Y, realmente, el cambio se nota. Es en este modo en el que ves la subida en algunas texturas y, sobre todo, la ausencia de jaggies (dientes de sierra) gracias a la nueva resolución. Las sombras tienen una definición bestial, los reflejos tienen buena calidad y la imagen es muy limpia.
Hablando de resolución, mucho hemos dicho que no necesitaréis un panel 4K para disfrutar de estas mejoras. En una tele 1080p, Xbox One X genera una señal a 4K y la reduce para que entre en la pantalla. No tendremos la definición del 4K, pero sí se suavizarán los bordes para minimizar los dientes de sierra. Lo he podido probar tanto en una tele 4K como en una FUllHD y el resultado está claro, a 4K se disfruta más ya que es una resolución completamente nueva. A continuación, os dejamos un gameplay de Gears of War 4 en Xbox One X en el modo »calidad»:
El segundo modo de Gears of War 4 en Xbox One X es el de rendimiento. No se especifica la resolución, pero sí que el juego se pone en campaña a 60 frames por segundo (algo limitado en la versión original al multijugador) y hay algunos assets que también verán una mejora, como las sombras. Poner un juego a 60 frames por segundo cuesta mucho trabajo, subir el frame-rate come muchos recursos, y jugar la campaña de Gears of War 4 a esta tasa de frames es una locura. Os dejamos un gameplay de Gears of War 4 en Xbox One X en modo »rendimiento»:
¿Se nota el cambio en Xbox One X?
Sí, pero hay que matizarlo. El cambio más notorio en Gears of War 4, al menos, es el cambio de frame-rate en el modo rendimiento. Aunque Gears of War 4 es un juego que, realmente, no necesita los 60 fps, jugar la campaña a la misma tasa de frames que el multijugador es algo alucinante y, a decir verdad, el cambio visual respecto al modo 4K no es tan grande como para privaros de jugar la campaña de un modo totalmente distinto al que ya lo habéis hecho en Xbox One. Porque se notan los 60 fps, y mucho.
Eso sí, todo esto desde el punto de vista de alguien que disfrute en un panel 1080p (aunque el modo »calidad» también se aprecia en una tele 1080p, el salto es mayor en un panel 4K, por lo que en una tele 1080p a lo mejor conviene disfrutar de los 60 fps). Si tenéis una televisión 4K, tenéis que jugar Gears of War 4 en el modo »calidad», ya que se nota, y mucho, la resolución. Sí, hay elementos como las sombras y las texturas que también aumentan, pero la nitidez del 4K es impresionante. En cuanto a rendimiento en este modo, no he notado bajadas, al menos en las secciones que he rejugado, respecto a los 30 frames por segundo. Y, realmente, Gears es una saga que va muy fina a esta tasa de frames, por lo que no estáis sacrificando nada para subir la calidad del juego.
¿Es el juego apropiado? Puede que no, ya que Gears of War 4 ya era un exponente de lo que podía hacer Xbox One, pero tenía ganas de ver en funcionamiento un juego que especifica de forma tan clara los modos de imagen. ¿Se nota? Claramente, sí. Si no estáis muy familiarizados con los detalles que componen una imagen, seguramente no lo notéis a simple vista y necesitéis las dos versiones una al lado de la otra para apreciar los cambios, pero Gears of War 4 deja claro que Xbox One X es una consola capaz de ofrecer una calidad de imagen extraordinaria en juegos que, precisamente, no son pequeños ni parcos en efectos visuales.