A la par que se recolectan firmas para proponer una ley que impida seguir «matando» videojuegos, Electronic Arts ha anunciado el sece de los servicios en línea de un par de juegos bajo su firma. Hace una semana EA reveló que el looter shooter RPG de BioWare, Anthem, dejará de recibir soporte en línea, lo que significa que ya no será jugable de forma oficial debido a que no cuenta con un modo para un jugador o «fuera de línea«. Así mismo, la saga Need For Speed sufre el cierre de otro de sus juegos este año, afectando directamente a Need For Speed Rivals.
Need For Speed Rivals se lanzó durante el 2013, y fue uno de los últimos juegos de la saga con mejor nota hasta la fecha, consiguiendo calificaciones entre el 75 y 80 sobre 100. En estos momentos la saga no ha podido superar dichas calificaciones con sus entregas más recientes, aunque Electronic Arts tampoco se ve interesado en mantener a la franquicia como un pilar del género. Mientras NFS Rivals fija el fin de los servicios en línea para el 7 de octubre, los jugadores que ya cuenten con una copia del título podrán seguir disfrutando de la otra mitad del juego gracias a la campaña individual para un jugador.
EA anuncia el cierre de otros de sus juegos, esta vez afectando a una de las mejores entregas de Need For Speed
Por otro lado, Need For Speed, un reboot de la saga, se lanzó tan solo dos años después de Rivals. Lo preocupante de esta entrega es que se trata de un juego completamente online, por lo que en un par de años podríamos ver cómo se retire por completo esta entrega de las librerías de los usuarios como ya ocurrió con The Crew de Ubisoft.

Este cierre, efectivo a partir del próximo 7 de octubre, dejará inaccesibles las funciones multijugador y otros servicios esenciales para quienes posean el juego en Xbox One, PS4 o Steam. Si bien la campaña individual sobrevivirá, la falta de un anuncio público destacado por parte de EA y la decisión de mantener el juego a la venta a precio completo; a pesar de su funcionalidad drásticamente reducida, generan dudas sobre la transparencia y el valor real ofrecido a los jugadores, subrayando el problema central de la dependencia online y la fragilidad de la preservación en la era digital.