La historia de Elon Musk en Twitter es algo que todo integrante de la red social del pajarito desearía no haber conocido, pero que tristemente parece ser noticia semana tras semana. La razón es que el dueño de Tesla o SpaceX, entre otras, ya se ha «cargado» al 90% de sus trabajadores, lo que ha provocado que el funcionamiento de Twitter se haya resentido de una forma que nunca antes se había visto en la última década.
No obstante, el mando del terror de Elon Musk en Twitter no se reduce solamente a los problemas que está provocando en la experiencia de los usuarios. Hace apenas unos días, se filtró una información que constata la situación que el magnate está viviendo dentro de las oficinas, estando obligado a ir acompañado de dos guardaespaldas incluso cuando va al baño.
La realidad de Elon Musk en Twitter: no confía en nadie en las oficinas
Musk no ha hecho precisamente amigos desde que se hiciera con el mandato de Twitter. Una de las medidas que el empresario tomó hace unos meses fue la de cerrar las oficinas de la compañía e impedir que los trabajadores entrasen con sus pases de acceso. El motivo parece no ser otro que Musk temía un sabotaje por parte de su plantilla, especialmente después de unas semanas en las que los despidos fueron masivos.
Tal es el temor de Musk, que un ingeniero aseguró a la BBC que «Donde sea que vaya en la oficina, hay al menos dos guardaespaldas, muy voluminosos, altos, guardaespaldas de películas de Hollywood. Incluso cuando va al baño». Esto demostraría que, a pesar de que la plantilla de Twitter se ha visto reducida un 90% en comparación a los trabajadores que había en la empresa antes de la adquisición, el nuevo dueño no confía en el personal que queda en las oficinas, y teme que pudiera haber alguna represalia contra él.
El problema no solo están siendo los despidos que se están llevando a cabo, sino la manera en la que se están produciendo. El ejemplo perfecto es el de un trabajador que tuvo que hacer uso de la propia red social para ponerse en contacto con Musk, haciéndole saber que llevaba 9 días sin tener acceso al ordenador de trabajo. La respuesta de Elon Musk en Twitter fue devastadora: atacó gravemente al trabajador asegurando que «no hizo ningún trabajo real. Alegó como excusa que tenía una discapacidad que le impedía escribir a máquina, pero al mismo tiempo estaba tuiteando como una tormenta». Unas declaraciones que le pueden costar un disgusto muy grande, pues ya se habla de que el trabajador pediría una compensación de 100 millones de dólares.
Estas prácticas han sido una constante desde que Musk se hizo con el poder de la empresa, con trabajadores que ven perder sus puestos de trabajo por el mero hecho de cruzar algunas palabras con su hasta entonces jefe a través de la propia red social. De hecho, Musk no solo deja a esta gente sin trabajo, sino que trata de ridiculizarlos ante sus seguidores de Twitter, como el caso del anterior trabajador, del que aseguró que «para ser despedido primero tendrías que estar trabajando».
Solo el tiempo dirá como acaba el mandado de Elon Musk en Twitter, pero desde luego que todo lo que está ocurriendo en las últimas semanas no es especialmente alentador. Y lo peor es que sería una gran pérdida para los amantes de los videojuegos, ya que la red social es utilizada por muchísimas compañías como altavoz para sus anuncios; además del trabajo que usuarios como el «retirado» Nibel hacen para que tengamos todas las novedades del mundillo de forma instantánea.