Hace algunas semanas que venimos hablando de lo que ha ocurrido en la compañía Unity, famosa por desarrollar uno de los motores de juego más populares dentro del desarrollo en la industria del ocio electrónico. La controversia estaba servida en cuanto se anunciaron cambios en las políticas para sus clientes, que iban a obligar a pagar tasas inasumibles y, en muchas casos, ruinosas. Tras las protestas de los desarrolladores, Unity dio marcha atrás.
Pero la situación está lejos de terminar. Y es que ahora el polémico CEO de Unity, John Riccitiello, ha abandonado la compañía en su peor momento y tras una serie de discutibles acciones que le sitúan en el ojo del huracán, motivo por el cual ha decidido apartarse del foco mediático.
John Riccitiello abandona Unity
Tal y como ha explicado el portal Business Wire, Riccitiello ha dejado Unity dimitiendo de sus cargos de presidente, CEO, portavoz y miembro de la junta de directores. Estas han sido las palabras de despedida de Roelof Botha, director líder independiente de la junta de Unity:
“Trabajar con Unity bajo el liderazgo de John ha sido uno de los mejores momentos de mi carrera. John se unió a la junta de Unity en 2013 y pasó a dirigir la compañía en 2014 en un momento en el que nos enfrentábamos a importantes desafíos. John lideró a Unity en un increíble crecimiento durante los últimos diez años, ayudándonos a pasar de una licencia perpetua a un modelo de suscripción, permitiendo que los desarrolladores monetizáramos, construyéramos otros juegos como servicio para servir a nuestra comunidad, liderándonos y posicionándonos como pioneros en el desarrollo en comunidad. Unity no estaría donde está hoy sin el impacto de sus contribuciones. Sigo emocionado por el futuro de Unity”.
Pese a la positivísima carta abierta de Botha, la realidad es que Riccitiello deja Unity en un momento de máxima incertidumbre, con los prometidos cambios aún pendientes de confirmarse por completo y, lo que es peor, habiendo perdido la confianza de los clientes. Mientras tanto, poco antes de anunciar la polémica medida, Riccitiello había vendido parte de sus acciones en Unity en lo que muchos han catalogado de, como poco, un movimiento sospechoso.