Estos son algunos de los momentos más divertidos de Goat Simulator. Vamos a decirlo ya, Goat Simulator es probablemente el juego más extraño jamás hecho. De hecho, es más o menos tan raro como cabría esperar que un juego llamado «Simulador de Cabra».
Lanzado por primera vez en PC en abril de 2014, el juego nos permite ponernos en la piel de una cabra que disfruta de los transeúntes desprevenidos embistiéndolos, arrastrando objetos alrededor con su lengua pegajosa y extensible, y destruyendo la mayor parte del mapa del juego como sea posible.
La intención de los desarrolladores siempre ha sido una parodia, el juego está plagado de fallos que se han dejado ahí para reírse aún más de sí mismos, pudiendo hacer que la cabra vuele a través de la pantalla, caiga a través del suelo, y acumule toneladas de puntos en el proceso.
Aquí os dejo una recopilación de algunas de las situaciones más raras que se pueden dar en este juego que se encuentra disponible Xbox Game Pass.
¿Puede una cabra volar?
La cabra delta
Cabra a la fuga
La cabra de Wall Street
Esta cabra es un infierno
Así describe Goat Simulator la tienda de Xbox:
Goat Simulator es lo último en tecnología de simulación de cabras y trae PARA TI el simulador caprino de próxima generación. Ya no tienes que fantasear con ser una cabra, ¡tus sueños por fin se han hecho realidad! En cuanto a mecánica de juego, Goat Simulator va de causar tanta destrucción como puedas siendo una cabra.
Ha sido comparado con un juego de skating de la vieja escuela, solo que en lugar de ser un patinador, eres una cabra, y en vez de hacer trucos, te cargas cosas. Destrúyelas con estilo, como por ejemplo dando una voltereta hacia atrás mientras cabeceas un cubo a través de una ventana, ¡y ganarás aún más puntos! Cuando se trata de cabras, ni siquiera el cielo es el límite, pues es probable que puedas atravesarlo gracias a algún fallo y bloquear el juego.
Descargo de responsabilidades Goat Simulator es un juego completamente estúpido y, para ser sinceros, a lo mejor deberías gastarte tu dinero en otra cosa, como un hula-hoop, un montón de ladrillos, o quizá juntar pasta con tus amigos y comprar una cabra de verdad.