Ya os hemos explicado en alguna ocasión el funcionamiento que Epic Games ha dado a Fortnite desde su estreno. No se trata exactamente de un título incluido dentro del programa Game Preview, pero tampoco es considerado todavía un producto final por parte de la compañía. Además, aunque por ahora se trata de un juego de pago, la idea está enfocada a que en 2018 termine por convertirse en un free to play.
Mientras eso ocurre, solo quienes hayan pagado pueden comenzar a jugar a un Fortnite que, a pesar de estar todavía verde en algunos aspectos, es un juego muy completo y divertido, e incluso abrumador por la cantidad de opciones. Sin embargo ahora, supongo que por intentar dar a conocer un poco más el juego, Epic Games ha sacado un nuevo modo de juego llamado Battle Royale, que es independiente del juego normal y que, este sí, es gratuito para todos los jugadores desde ya.
Nosotros ya lo hemos estado probando y aprovechamos para contaros lo que nos ha parecido. Battle Royale se basa en partidas de 100 jugadores, que pueden funcionar de forma individual o por equipos de cuatro, en los que todos se enfrentan entre sí en un terreno hasta que solo sale victorioso uno (o un equipo). La idea es similar a la del exitoso PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG). Y de hecho por ahí ha venido la polémica surgida recientemente entre Bluehole Studio y Epic Games.
Bluehole Studio muestra preocupación por el nuevo modo de Fortnite
Es decir, aterrizamos en la isla y deberemos comenzar a abastecernos con algo de equipo tan rápido como podamos para no ser vulnerables frente al resto de jugadores. A partir de aquí comienzan los tiros, hasta que solo queda uno. Para obligar a los jugadores al enfrentamiento, cada pocos minutos el terreno jugable va reduciéndose a causa de una tormenta en la que, si quedamos atrapados, morimos.
Sencillo, pero no tan fácil en la práctica, ya que no es complicado toparnos con alguna emboscada enemiga, con rivales que han logrado tener mejores armas que nosotros, o que simplemente tienen mejor puntería. El resultado es muy divertido, tanto jugando en solitario como juntándose con unos cuantos amigos. Pero de momento se encuentra en pañales, mientras esperamos a que Epic Games vaya ampliando un poco las opciones.
Por el momento el gameplay es similar al Fortnite original. Podemos encontrar materiales y construir estructuras, pero aquí no sirven de mucho, salvo para alcanzar alguna zona con algo de interés, como un cofre, en un momento puntual. Por lo que la jugabilidad se ve simplificad a la acción pura, dejando de lado el plano creativo. Tampoco alcanza la profundidad de PlayerUnknown’s Battlegrounds: solo tenemos un mapa disponible, y no contamos con armaduras, mucha variedad de armas, vehículos, ni opciones de personalización.
En cualquier caso, os recomendamos totalmente que le deis una oportunidad. Que lo descarguéis y echéis al menos un par de partidas, porque el modo Battle Royale de Fortnite deja muy clara al menos un par de cosas. En primer lugar, que Fortnite es un gran título con un futuro prometedor, y esto es una gran forma de introducirse a su jugabilidad para luego pasar al juego original. Segundo, que el éxito de los juegos basados en este tipo de modos está más que justificado por lo divertido e intensos que resultan. Y lo más importante, que por ahora más que resultar una competencia directa a PUBG, me parece que el Battle Royale de Fortnite no ha hecho más que aumentar nuestras ganas de que el juego de Bluehole Studio nos llegue también a Xbox One, para poder jugar así también a un título totalmente centrado en estas masivas batallas multijugador.
Tanto Fortnite como PlayerUnknown’s Battlegrounds son dos de las propuestas más ilusionantes que han aparecido este año, y en Xbox One hay sitio de sobra para los dos. El primero, que ya es genial, tiene aun margen de mejora en su formato original, y todavía más en este nuevo Battle Royale; y el otro ya tiene un montón de jugadores esperando con muchas ansias su llegada a la consola de Microsoft.