No sería la primera vez que un producto no convence en su beta o fase de prueba previa a su lanzamiento definitivo, pero lo acontecido a lo largo de las últimas semanas en torno a Call of Duty: Infinite Warfare se podría llevar la palma. De hecho, son muchos los temores y recelos referidos al nuevo juego de Infinity Ward, quienes han asegurado que han cambiado muchas cosas y corregido muchos de los errores que la comunidad ha detectado.
Es así como la versión final de Call of Duty: Infinite Warfare introducirá muchos cambios, listados por la propia desarrolladora, donde se pueden observar cambios importantes en los modos de juego incluidos, cambios que afectan a la regeneración de salud, mejoras en el tiempo de espera en el matchmaking, un mayor equilibrio en las armas, desde las escopetas a los rifles de larga distancia. Ahora bien, si se comenta que habrá mejores recompensas al terminar la partida, no se han pronunciado ante la última polémica, la de las microtransacciones que podrían convertir la experiencia multijugador en un Pay2Win.
Tras el éxito abrumador de Battlefield 1 y la llegada de Titanfall 2, la presión recala por completo en Activision, que tiene planes ambiciosos para Call of Duty, sobre todo, respaldados por la confianza depositada en Modern Warfare Remastered, pese a que por ahora, solo podría adquirirse junto a Call of Duty: Infinite Warfare el próximo mes de noviembre. Pese a las especulaciones de su posible venta por separado, la realidad es que no hay un cambio de actitud por parte de Activision, que parece observar que depende de este bundle para que Call of Duty: Infinite Warfare coseche unas ventas que justifiquen la inversión.