A falta de fábulas, buenas son cartas… o no, porque creo que a estas alturas todos los fans de Fable, que no son pocos, esperarían algo más de la fantástica saga de Xbox. Saber que Fable Legends no era una entrega habitual de la saga y que apostaba por otro género ya era algo decepcionante, aunque el título apuntaba maneras, pero su cancelación supuso un absoluto jarro de agua fría. Por eso el anuncio de Fable Fortune -un juego de cartas- poco después, aunque no consoló a nadie, suponía pequeño rayo de esperanza para, al menos, saber que Fable es una franquicia que sigue estando viva, no solo en nuestros corazones.
Pero como la vida sigue, ahora lo que nos toca es hablar y centrarnos ya en lo que es tangible: Fable Fortune. El juego desarrollado por Flaming Fowl Studios, equipo compuesto por antiguos miembros de Lionhead, se estrenó la semana pasada como Game Preview en Xbox One y Windows 10 (también hace uso del sistema Xbox Play Anywhere). Nosotros ya le hemos estado dando, y hemos jugado suficientes partidas para traeros unas primeras impresiones de Fable Fortune. Por ahora su estado es de beta cerrada, pero podéis acceder a él con una prueba gratuita o comprando un primer pack de sobres cartas, que es una especie de sistema de fundadores.
Creo que hay dos razones por las que uno puede interesarse en Fable Fortune, que seas aficionado a los juegos de cartas, o que seas fan de la saga y tengas interés en recuperar su universo aunque sea de un modo diferente.Vaya por delante que, si en vuestro caso compartís las dos razones, Fable Fortune será un juego a tener en cuenta, que deberíais de probar. En el caso de que no, la cosa ya va dependiendo más de vuestros gustos y grado de interés.
Si habéis jugado a otros juegos de cartas, como The Elder Scrolls Legends y Hearthstone, el sistema es muy, muy similar; sobre todo respecto a este último. Es decir, cada héroe tiene sus particularidades, con algún poder especial. El mercader por ejemplo tiene una habilidad para conseguir dinero más rápido con el que jugar más cartas. Nosotros deberemos elegir uno de ellos y crear nuestro mazo en torno a él. Existen cartas comunes, que pueden ser usadas con cualquier héroe, y otras específicas. Según nuestra estrategia, la formación del mazo será de un modo u otro, a lo que obviamente ayudará disponer de una buena colección de cartas, con las que nos iremos haciendo mientras jugamos o bien pasando por caja.
Una vez iniciada la partida, cada jugador parte con una vida de 30 puntos para su héroe. El objetivo será el de reducir a 0 el contador del rival. Para ello, iremos jugando cartas que tienen diferente valor en función de su poder. El clásico maná (que va creciendo en cada turno) está representado aquí como monedas. Mientras que los turnos de atacar, bloquear o realizar acciones algo diferentes como meter silencios o algún conjuro, funcionan de la forma habitual en este tipo de juegos. En resumen, no encontramos apenas ninguna novedad jugable en Fable Fortune, más allá de la representación del universo y alguna que otra mecánica relacionada con los poderes de los héroes, la mecánica de guardia en las defensas o una especie de sistema de moralidad. Al que más se le parece es a Hearthstone, y es bueno en el sentido de que el título de Blizzard es impecable en cuanto a ritmo, diversión y gancho, pero puede ser un problema no contar con un reclamo más allá de llevar la marca Fable.
Quizás el intento de desmarcarse más de otras propuestas lo encontramos en las misiones y un modo cooperativo interesante. Las misiones son unos objetivos que escogemos entre varios al comienzo de las partidas y nos otorgan bonificaciones si vamos cumpliendo. Tienen que ver con el mencionado sistema de moralidad que aparece con la partida ya avanzada y sirve para dar una pizca más de profundidad. El modo cooperativo resulta curioso, y aunque lo he jugado menos dado el estado actual del juego, que le cuesta más encontrar partida, puede dar de sí en un futuro y convertirse en un punto de diferenciación importante.
El caso de Fable Fortune recuerda al de Gwent The Witcher Card Game, un juego basado en el universo del brujo Geralt. Pero hay una diferencia fundamental. Gwent es un concepto que nace desde dentro del propio juego, que se expande hasta convertirse en un algo lo suficientemente complejo para valorarse como juego en sí mismo, y que propone un sistema bastante particular y diferente de otros títulos de cartas. Mientras que aquel propone un estilo más estratégico y pausado, que puede no atraer a todo el mundo, Fable Fortune es más accesible pero también menos fresco; entre otras cosas porque no es un caramelo más para los fans de la saga -como sí lo es Gwent- sino una especie de compensación que se siente más forzada que natural. Eso es algo más o menos latente en todo el juego, pero que a veces se hace más visible, como esos momentos en los que vemos un barman peleando junto a una criatura grotesca en el mismo bando.
Ambos títulos están diseñados en el mundo que envuelve los juegos. En Fable Fortune encontramos todo tipo de personajes inspirados en las diferentes entregas de Fable. Unos con más o menos sentido, pero todos sacados de la licencia, al igual que los escenarios en los que jugamos. Quizás se eche en falta algún efectillo visual más durante las partidas, aunque tampoco es una cuestión importante dado el tipo de juego. Es cierto que, como decía antes, puede que el mundo de Fable invite menos a este tipo de duelos, pero eso sí se compensa con el carisma y el humor de la licencia.
Habrá que esperar para ver qué tal continúa evolucionando, pero en general Fable Fortune es un título muy correcto en mecánicas y diseño, pero al que se le echa en falta algo más de chispa, algo que le de más valor que el ser un juego de cartas más, basado en Fable.