Que la filosofía de Microsoft frente a su división de videojuegos cambió respecto a la que tuvieron al principio de la vida de Xbox One es algo que ya sabíamos, y se ha hecho patente con las decisiones más recientes que ha tomado la compañía en los últimos años. Desde que Don Mattick abandonó su puesto en Xbox y Phil Spencer tomó el control, muchas han sido las decisiones acertadas que han llevado a la marca a la situación óptima en la que se encuentra. Una de estas decisiones ya la hizo pública en el E3 de 2016, y fue la retrocompatibilidad de Xbox Series X.
Hace cuatro años, tras su conferencia en el E3, Phil Spencer explicó en el blog de Xbox que la forma de jugar a videojuegos estaba cambiando, que los propios jugadores ya estaban demostrando que querían jugar en diferentes dispositivos. La gente buscaba jugar a lo que quisiera, cuando quisiera y donde quisiera, y eso es lo que pretendía ofrecer el jefe de Xbox con todos los anuncios que hicieron ese año.
Quería ofrecer a los jugadores más libertad a la hora de escoger, que tuvieran menos límites, quería ir más allá de las generaciones, de ahí que Phil Spencer ya advirtió sobre la retrocompatibilidad de Xbox Series X en 2016, junto al «play anywhere», a la presentación de la nueva versión de la consola, la Xbox One S y el anuncio de Project Scorpio, que posteriormente pasó a llamarse Xbox One X.
Lo mejor de todo, Xbox One, Xbox One S y Project Scorpio serán todas compatibles. Todos los juegos y accesorios de Xbox One funcionarán en cada dispositivo. Es muy importante para nosotros que nadie se quede atrás, lo cual es una parte importante de por qué vemos a Project Scorpio como una nueva forma de pensar sobre consolas y generaciones. (…)
El día de hoy marca el comienzo de los juegos más allá de generaciones. Es un futuro lleno de opciones, y uno en el que todos podemos jugar juntos sin límites.
De esta forma Phil Spencer dejó claro que para Microsoft había llegado el fin de las generaciones tal y como las conocíamos. Él quería que los juegos se pudieran jugar en cualquier dispositivo, y que fuera el propio jugador el que escogiera cuando dar el salto a la siguiente máquina, no por imposición de las compañías.
Por ahora vemos que todo lo que dijo se está cumpliendo. La familia Xbox One es compatible entre sí, así como la infinidad de gamepads que podemos encontrar en el mercado. Y lo mismo ocurre con Xbox series X, tanto los mandos como los juegos serán compatibles con los modelos anteriores, al menos durante los primeros años de vida de la nueva consola.
Así, cuando salga a la venta Xbox series X tendremos de salida, además de los nuevos juegos de lanzamiento, todo el catálogo de Xbox One y todos los juegos retrocompatibles tanto de Xbox 360 como de la primera Xbox. Todo un mundo de juegos por disfrutar.