Todos hemos conocido la historia de Activision Blizzard en los últimos años y, tras muchos elogios a las aportaciones de Kotick cuando Activision fue adquirida por Microsoft, ahora que se ha ido la cosa cambia. De hecho, tras la marcha de Bobby Kotick comienzan a salir críticas y declaraciones de malas experiencias que se tuvieron con él. Y es que, tal como se venía denunciando años atrás, este directivo parecía estar cortado por los estereotipos de tiburón de los negocios.
Pero como hemos dicho, la opinión de la gente y de los medios ha sido muy variable en torno a Activision-Blizzard en los últimos meses. Y es que, como parte del acuerdo se obligó a que se mantuviera como CEO hasta final de año. Cuando surgió aquel caso de suicidio y todas las demandas sobre la salud de la empresa en el ámbito laboral, Activision se convirtió en una empresa odiada por todos. Esto llevó a ver devaluada la empresa que, hasta ese momento, era la más importante de la industria.
Tras la marcha de Bobby Kotick comienzan a salir críticas y declaraciones de malas experiencias
Ese fue un momento propicio para lanzar una oferta y Microsoft consiguió adquirirla por algo menos de 70 mil millones de dólares, casi en valores mínimos históricos. Esta historia da para película, por que todos los que pedían la cabeza de Kotick, que no se fue, hicieron política de mutismo hasta el día en el que Kotick se marchó de la empresa. Incluso, hemos llegado a ver elogios en mensajes de despedida, lo que denota que ha habido mucha hipocresía y la prensa y la opinión pública han sido muy olvidadizas.
Pero, no es el caso de los empleados, quienes ahora parecen haber visto la luz y la necesidad de exponer su malestar general por la experiencia que han tenido con Bobby Kotick en los años que liberó la empresa. Que no son unos pocos, como otros directivos de empresas del sector que se endiosan. Hablamos del CEO y fundador de Activision, con más de 30 años convirtiendo una pequeña empresa en la que más beneficios genera de todas. Obviamente, sus métodos han funcionado, para hacer crecer la empresa. Pero llegado cierto momento, los cambios de política habrían buscado obtener más beneficios que resultados y hoy día, la empresa parece muy cerrada a pocos títulos.
De hecho, si hacemos memoria, empresas como Bungie se alegraron, y mucho, de abandonar la disciplina de Activision Blizzard, teniendo claro que la manera de gestionar Destiny no era la adecuada. Una manera que vemos replicada en otros títulos que si funcionan y que ahora, salen a la luz como quejas a esta gestión. De hecho, llegamos a ver que se achaca a Kotick haber sometido a Overwatch 2 a un apaleamiento público en su lanzamiento a Steam. Algo que resulta echar balones fuera cuando la comunidad está diciendo cosas que debería atender el estudio responsable del mismo.

El mejor caso de todos es el que asegura que Kotick llegó a amenazar a los empleados, señalando que llegaría a «mandar matar a un empleado». Kotick parecía tener claro que si los métodos hacían de Activision la empresa más rentable, la que más beneficios obtenía y la ponía en lo más alto, el fin justificaba los medios. Y aunque ahora, tras la marcha de Bobby Kotick comienzan a salir críticas y declaraciones de malas experiencias, lo cierto es que también vemos que hay un doble rasero para medir las cosas.
Desde una perspectiva personal, la acción de comprar Activision-Blizzard tuvo demasiados retales que no parecían ser lógicos. Si atendemos al precio, la inversión es arriesgada y más que por sus estudios, parecía estar pagándose por la posesión y control de ciertas licencias. Licencias que generan mucho dinero, con metodologías que no se toleran a otras empresas o a otros juegos. Metodología aplicada por un tiburón de las finanzas implacable y con modales poco adaptados a la sociedad actual. Pero de exigir su cabeza a darle voz en las decisiones de los diferentes reguladores de mercado, fue una de las tragaderas más ridículas que se ha visto por parte de la opinión pública y otros. El demonio solo es demonio si no le saco beneficio.
Pero, tras la marcha de Bobby Kotick comienzan a salir críticas y declaraciones de malas experiencias, mientras hace unas semanas se estaba elogiando lo que Kotick había conseguido. De hecho, parecía lógico pensar que se iban a tomar ciertas medidas drásticas con lo que se venía exigiendo previa oferta de Microsoft. Desde entonces, hasta el pasado día 28 de diciembre, el mutismo ha definido la complacencia de demasiada gente. Ahora se atreven a hablar, pero ya es tarde, por que Kotick ha conseguido retirarse con un blanqueamiento total de su imagen como empresario.