El movimiento “Stop Killing Games” ha alcanzado recientemente la impresionante cifra de 1,2 millones de firmas en Europa, convirtiéndose en una de las iniciativas ciudadanas más apoyadas en el sector de los videojuegos. Su creador, Ross Scott, denuncia que la práctica de retirar servicios en línea constituye una forma de obsolescencia programada y dificulta de manera irremediable la preservación digital de los títulos afectados.
Scott argumenta que muchos jugadores se quedan sin acceso a contenidos por los que han pagado, y que la legalidad de estas desconexiones apenas ha sido explorada en la mayoría de jurisdicciones. Para él, obligar a retirar servidores activos vulnera tanto los derechos de los consumidores como el legado cultural que representan los videojuegos.
Video Games Europe responde al movimiento “Stop Killing Games” y razona la situación sobre los servicios multijugador
Pero ya ha tenido una respuesta directa desde la industria. Video Games Europe ha publicado una declaración en la que reconoce el entusiasmo de la comunidad y el valor de su esfuerzo, pero defiende que la decisión de clausurar servicios en línea nunca se toma a la ligera. Desde la asociación se explica que mantener servidores conlleva costes crecientes y, cuando ya no resulta viable desde un punto de vista comercial, la única alternativa razonable es desactivarlos.
La patronal europea asegura además que los jugadores reciben siempre un aviso previo, en cumplimiento de la normativa de protección al consumidor de cada país. Según Video Games Europe, instalar y garantizar la seguridad de servidores privados sin los controles oficiales podría exponer datos personales, abrir la puerta a contenidos ilícitos y dejar a los responsables de la propiedad intelectual en una situación de responsabilidad legal.
Por otra parte, la asociación recuerda que existen juegos concebidos íntegramente para ofrecer una experiencia en línea, de modo que obligar a las desarrolladoras a crear versiones offline supondría un aumento notable en los costes de producción y podría limitar la innovación de futuros proyectos. Video Games Europe subraya que el objetivo es encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad económica de los servicios y las expectativas de los usuarios. Con esa voluntad, la asociación se muestra abierta a mantener un diálogo constructivo con responsables políticos y con los promotores de la Iniciativa Ciudadana Europea en los próximos meses.
Y es que, en cierto modo, ahora se están produciendo cierres muy concretos que siguen con una línea que ha llevado a muchos de esos juegos que surgieron hace una década en plena efervescencia del multijugador. Juegos que ya no se juegan y que, en ocasiones, solo eran experiencias multijugador que han quedado en el olvido. Merece la pena reflexionar que, habiéndose cerrado muchos servidores de muchos juegos en los últimos años, la liebre haya saltado por que se ha cerrado un juego de ciertas editoras. Es lógica la preocupación, pero el problema no es nuevo.