El desarrollo de videojuegos es complejo, imprevisible y, en ocasiones, cruel. Así lo fue para Dead Island 2, anunciado originalmente hace casi una década, en el E3 2014. Ahora, nueve años después y tras cambiar de manos en diversas ocasiones, Dambuster Studios (estudio responsable de Homefront: The Revolution) al fin nos trae la esperada secuela de una de las sagas de zombis que más furor causó en la década de 2010 con su entrega original y con Riptide. A pesar de su título, Dead Island 2 abandona su estética isleña para trasladarnos a una Los Ángeles infernal y en la que sobrevivir es la única misión. Acompáñanos en nuestro análisis de Dead Island 2 para Xbox Series X para conocer qué nos ha parecido el regreso de la franquicia de Deep Silver, un título que, dadas las circunstancias, podría considerarse un verdadero no-muerto.
Bienvenido a Los Diablos
Aunque la localización de Dead Island 2 es Los Ángeles, los personajes del juego ya la han rebautizado como Los Diablos por los terroríficos seres que moran en ella (Hell-A en inglés en lugar de L.A.). No es para menos. Desde su cinemática inicial, el título de Dambuster Studios nos presenta a un variopinto elenco de personajes que tendrán que abrirse camino a través de las lujosas mansiones de famosos en Bel-Air y otros muchos puntos de la ciudad que no desvelaremos.
En total hay seis personajes jugables: Amy, Jacob, Dani, Ryan, Carla y Bruno. Cada uno de ellos cuenta con unas fortalezas y debilidades distintas a partir de las estadísticas básicas del juego, entre las que se incluyen vida máxima, probabilidad de crítico y muchas más. Igualmente, a nivel jugable escoger uno u otro no es una decisión baladí, pues las builds de habilidades que podremos ir construyendo a medida que avancemos en el juego (de lo que hablaremos en detalle más adelante) variarán dependiendo de nuestra elección inicial.
En lo narrativo, sí es indiferente qué personaje escojamos más allá de que cada uno exprese sus ideas con sus propios matices. Sin embargo, la línea argumental principal es siempre la misma: hemos sobrevivido a un accidente aéreo y acabamos encontrando a otros supervivientes en apuros. Les ayudamos, pero acabamos siendo mordidos por un zombi. La sorpresa es que no nos transformamos como el resto de los infectados. Desde ese momento nuestra misión será encontrar a las autoridades para exigir respuestas, pedir ayuda y, quién sabe, poder crear una cura.
El combate, la base de todo
Podemos hablar de la historia, los personajes o la localización, pero Dead Island 2 se hace verdaderamente fuerte en lo que los fans más esperaban: su combate. Cada misión que emprendamos va a tener un importante componente de acción, de modo que ser competente en este campo es esencial. Spoiler: lo es. Las posibilidades para sembrar el caos son casi ilimitadas. Hablamos de armas cuerpo a cuerpo como palos de golf, cuchillos, fustas, tacos de billar, machetes, garras afiladas, hachas y un largo etcétera, pero también de algunas armas de fuego que servirán como complemento, objetos arrojadizos secundarios y, algo que no deberás desdeñar, el propio entorno.
Los elementos juegan un rol vital en la acción de Dead Island 2. A lo largo y ancho de las calles de Los Diablos encontraremos cables eléctricos que pueden generar una descarga en los charcos distribuidos por el asfalto, escapes de gas que podrían causar una terrible explosión o nubes de gas tóxico al respirarse. Todo ello junto a nuestras armas, que también pueden ser modificadas para obtener propiedades elementales que hagan combo, nos ofrece un enorme abanico de opciones para derrotar a nuestros feroces enemigos.
Eso no es todo. Como comentábamos también existen una gama de objetos secundarios que complementarán nuestro arsenal. Cuchillos arrojadizos, granadas explosivas, cebo para atraer a los zombis a un punto concreto y… nuestras propias extremidades. Una de las mecánicas que más he disfrutado de Dead Island 2 es la de propinar una poderosa patada voladora a nuestros enemigos. Consume buena parte de la barra de resistencia, es verdad, pero también daña y noquea a los zombis, dejándolos expuestos a otros golpes. Todas las armas principales, por cierto, también pueden ser arrojadas con fuerza para causar daño a distancia.
En la variedad está el gusto
Dead Island 2 es ante todo un videojuego muy dinámico y lo consigue de múltiples formas. La principal es el sistema de cartas al que tanto protagonismo ha dado Dambuster desde un primer momento. Lejos de ser un complemento, el estudio británico le ha dado suficiente importancia como para convertirse en una de las claves del juego. Tenemos una primera serie de cartas que se van desbloqueando a medida que avanzamos en la historia principal y que son comunes para todos los personajes jugables.
Pero la posibilidad de construir builds va mucho más allá. Si completamos misiones secundarias, tareas, desafíos y otras formas de progreso durante el juego no solo abriremos más espacios para equipar más cartas, sino que conseguiremos formar combinaciones únicas para que el gameplay de una partida no tenga nada que ver con el de otra. Hay cartas que son exclusivas de algunos personajes, por lo que cada héroe va más orientado a un tipo de build de cartas que el resto, pero tú, como jugador, tienes la libertad de escoger las que más se ajusten a tu estilo de juego o de experimentar con otras para tratar de encontrar otros diferentes. No hay penalizaciones ni costes, así que te recomendamos que pruebes.
El dinamismo de Dead Island 2 es fácilmente detectable además de su sistema de cartas. El hecho de que haya seis protagonistas diferentes con cualidades distintas no es casualidad. Que la historia principal no sea excesivamente larga (no más de quince horas), tampoco. Dambuster nos invita a iniciar diferentes partidas utilizando a varios personajes para percatarnos de cómo varía el juego dependiendo de la elección. A ello también contribuye la posibilidad de jugar en cooperativo con un amigo a lo largo de todo el juego, lo que a buen seguro ofrecerá una experiencia única y digna de disfrutarse.
Técnicamente a la altura
Tras tanto años a la deriva no se puede culpar a un usuario que tenga dudas sobre el estado de Dead Island 2. Ya hemos hablado de lo divertido y variado que es, pero también merece la pena hacerlo brevemente sobre su apartado técnico. Si eres de aquellos sumidos en la incertidumbre, tenemos motivos para tu tranquilidad. Dead Island 2 funciona a unos solidísimos 60 frames por segundo en Xbox Series X y la promesa es que haga lo propio en Series S. Por si fuera poco, en cuanto a lo gráfico el título de Dambuster también raya a un gran nivel.
No se trata de unos gráficos revolucionarios, pero sí reflejan que la saga va por buen camino. Los desmembramientos, las ejecuciones y el gore que se produce al acabar con nuestros enemigos no-muertos son espectaculares visualmente y a ello le acompaña unos entornos muy cuidados, una iluminación que resalta lo mejor de ellos y unos modelados de personajes aliados y zombis que nos transporta de nuevo a la mejor época del género.
Conclusiones
Dead Island ha vuelto por la puerta grande. Tras casi una década en el limbo, el proyecto a llegado a buen puerto de la mano de Dambuster Studios. Dead Island 2 es, ante todo, un videojuego muy divertido, repleto de acción sangrienta en espectaculares entornos de una fantásticamente bien recreada ciudad de Los Ángeles (o Los Diablos, según se mire). Es cierto que no tiene la historia más apasionante y originxal del género, pero tampoco lo pretende. Dambuster quiere que disfrutes de sus adrenalínicas misiones construyendo una baraja de habilidades a través del ingenioso sistema de cartas y, a ser posible, que lo hagas varias veces usando a otros personajes o jugando con un amigo mediante el modo cooperativo. Hay muchas horas de diversión en Dead Island 2, que demuestra que la saga ha vuelto para quedarse.