La primera vez que vimos Kunitsu-Gami: Path of the Goddess fue durante el Xbox Games Showcase del pasado verano. Las primeras impresiones por parte del público era de rareza; de volver a ver una Capcom que parecía haber desaparecido hace ya más de dos décadas atrás. Todo parecía a que el nuevo videojuego de la desarrolladora japonesa venía a contar algo nuevo, algo fresco al menos, frente a tantos títulos de mundo abierto o la cámara al hombro en tercera persona. El resultado es más que satisfactorio y además resultará algo nostálgico para aquellos fans que se enamoraron de la creatividad vista en las obras de Clover Studio.
Para los desconocidos, este estudio independiente fue fundado por muchas de las mentes creativas de la época de los 128bits de Capcom. Obras como Okami, Viewtiful Joe o God Hand vieron la luz gracias a que las personas encargadas de desarrollar estos títulos eran genios y solo pensaban en crear videojuegos que tuvieran una personalidad presente, como el estilo visual de Okami o la extraña jugabilidad en God Hand. Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es sin duda alguna, una especie de homenaje a aquella época; cuando importaban más si el videojuego era un arte (debate cíclico y encasillado) o simplemente una forma de entretenimiento más.
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Análisis de Kunitsu-Gami: Path of the Goddess
Ritmo de la noche
En una de tantas sesiones que he tenido con Kunitsu-Gami: Path of the Goddess llama la atención que es un videojuego que no para; que siempre está en constante movimiento. Ésto lo detallaremos más adelante, cuando nos pronunciemos con el apartado visual y técnico, pero es algo que pocos títulos consigue; casi ninguno con esa fluidez constante. Es probable que una de las prioridades fuera la de que en todo momento pasara algo en la pantalla.
Es por eso que su historia se quede anclada a un segundo plano, pasando desapercibida pese a que bebe mucho del folklore japonés. El papel protagonista recae en Soh, un espadachín protector de la sacerdotisa Yoshiro; una mujer cuya misión es la de purificar todo el monte Kafuku que está siendo asediado por unos seres malditos llamados Arreptos. Estas especies de demonios han corrompidor la región y han usurpado las doce máscaras de la diosa, por lo que también será nuestro cometido el de conseguirlas de nuevo y liberarlas de las garras del enemigo.
Para acabar con ellos, tendremos que purificar las puertas Torii, un recurso visto en juegos como Ghostwire Tokyo, por las que los Arreptos pueden entrar al mundo de los humanos. Yoshiro será la encargada del ritual para limpiar la zona, aunque previamente tendremos que escoltarla hasta la puerta Torii de turno. Todo ello separado en niveles variados y amplios. Nosotros marcaremos el camino que ella recorrerá. Inicialmente, de forma casi automática, y más adelante añadiendo diferentes bifurcaciones o caminos a escoger. Y cuando caiga la noche tendremos que protegerla ante los ataques del enemigo.
Intenta gestionar
No estaremos completamente solos en el campo de batalla; y pese a que Kunitsu-Gami: Path of the Goddess tiene un fuerte componente de hack’n slash y de acción, también hay un poco de estrategia, muy cercana al género de los Tower Defense de antaño pero sin ser tan quebradero de cabeza. Durante el día, mientras exploramos el nivel en cuestión, nos encontraremos con aldeanos encarcelados en una cúpula maldita y si decidimos salvarlos nos ayudarán en los combates nocturnos.
Anteriormente mencionamos que parte de nuestra misión será la de rescatar unas máscaras que pertenecen a la diosa. Dichas máscaras también servirá para que nuestro aldeano cambie de rol o de oficio, variando entre ataques cuerpo a cuerpo, a distancia o de apoyo. Más adelante encontraremos otras máscaras con oficios variopintos como el ladrón; que podrá colarse en recovecos o excavar para conseguir objetos.
Pausando el juego, podrás posicionar al aldeano en cuestión y esto será vital ya que los niveles más avanzados tendrán diferentes caminos, por lo que conviene cuadrar bien dónde merece la pena colocar a nuestros soldados. En esos niveles avanzados contaremos con ayuda externa del escenario, como ciertos muros sagrados o torres para apoyar a nuestros arqueros. Faltaría decir que Soh, nuestro personaje, también combatirá contra los Arreptos y su jugabilidad es más cercana a lo que es un Devil May Cry pero sin ser tan profundo como un juego de puro acción. Las animaciones son fluidas; el combate también lo es y en este caso no hay nada criticable en lo profundo.
Come, reza, ama
No todo será aniquilar y realizar movimientos con nuestra espada. Cuando liberemos ciertas zonas, podremos visitarlas y arreglar algunos edificios para conseguir recompensas centradas en puntos para mejorar los roles de los aldeanos, contenido desbloqueable como imágenes o historias sobre la región y los Arreptos. Estas pequeñas guaridas también servirá para cambiar el equipo de accesorios y amuletos que puede llevar Soh, algunos con habilidades que mejoren el daño de nuestro espadachín o de nuestros aliados incluso. Estos amuletos se irán consiguiendo superando los niveles.
No hemos comentado los jefes finales; probablemente los puntos álgidos en cuanto a la dificultad se refiere. Estos jefes, Arreptos gigantes y con mecánicas interesantes, nos pondrán contra la cuerda y nuestra habilidad con la espada no será suficiente. En estas fases, los aliados adquieren la función de recibir órdenes; pudiendo lanzarse al ataque o defender a Yoshiro con tan solo pausar y pulsar el botón necesario. En cualquier caso, también podremos mandar a los aldeanos a alguna posición en concreto como en los niveles normales.
Conclusiones – Análisis de Kunitsu-Gami: Path of the Goddess
Llegados a este punto, entendemos que Kunitsu-Gami: Path of the Goddess parezca un videojuego complicado y orientado a un público objetivo y es cierto que conforme vayas avanzado el juego tenga una curva de dificultad palpable. Eso sí, es innegable que una vez más Capcom ha vuelto a realizar un trabajo incuestionable. Todo lo hace a la total perfección o casi perfección, las animaciones son cautivadoras y su jugabilidad es una fusión entre la acción y estrategia.
Tenéis la oportunidad de probarlo gracias al servicio de suscripción Game Pass de consola y PC, por lo que no hay excusa para jugar al que probablemente sea uno de los mejores títulos del verano e incluso de este año. Ver algo tan diferente en el mercado y que nos recuerde a la Capcom más experimental, dentro de su campo, es algo que hay que celebrar siempre. Esto es videojuego en estado puro.