ARM, conocida diseñadora de software y de microprocesadores, ha asestado un duro golpe a la economía británica. Y es que, pese a tener su sede en Cambridge, a través de un comunicado de prensa ha oficializado su salida de la bolsa de Londres, para comenzar a cotizar en la bolsa de Nueva York. Aunque esto no suponga ninguna modificación estructural en la empresa, ni signifique que vaya a cambiar de propietario (siendo actualmente SoftBank), sí es un duro golpe para la imagen de la bolsa británica, que podría desencadenar un efecto dominó al que muy probablemente se apunten Microsoft y Activision Blizzard.
Las palabras de Bobby Kotick, que acusó a Londres de ser «death valley», en vez de la sillicon valley europea que pretendía, poco a poco se están convirtiendo en un vaticinio. Tras el duro golpe asestado por la CMA a la compra de Activision Blizzard por Microsoft, tanto Kotick como Brad Smith anunciaron que se replantearían sus relaciones con Reino Unido y su inversión en el país. Desde entonces, no hemos dejado de ver noticias que poco a poco van indicando la pérdida de congfianza en el mercado británico, como ha sido el caso de la salida de ARM de la bolsa de Londres.
«Si los acuerdos no pueden llevarse a cabo, Reino Unido no será Silicon Valley, será Death Valley», fue el augurio de Bobby Kotick que se está haciendo realidad.
ARM se cansa de Reino Unido y comenzará a cotizar en la bolsa de Nueva York, pese a ser británica
El movimiento no parece en absoluto casual, porque el anuncio se hizo oficial el 29 de abril de este año; apenas unos días después del bloqueo de la CMA a la compra de Activision Blizzard. Esto supondrá que los accionistas e inversores se harán con acciones de ARM solo en Estados Unidos, no en Reino Unido. Aunque esto no suponga un cambio para la empresa, la salida a bolsa siempre es un gran atractivo para la economía de un país.
A través de la compra y venta de acciones, accionistas y empresas pueden tener un contacto estrecho, la financiación de las empresas se acelera, al obtener liquidez rápida, poder reducir su deuda sin recurrir a su propio capital (gracias a la inversión externa) y sin tener que endeudarse. Además, el hecho de salir a bolsa siempre mejora la imagen de una empresa, porque el público puede tener una imagen fiel y directa de cuál es el valor de sus acciones, que en muchos casos se equipara al propio valor de la empresa.
Por tanto, queda más que claro que la salida de ARM de la bolsa de Londres es un mazazo para su economía y, sobre todo, para su imagen. Recordemos que ARM es una empresa británica que abandona su propia bolsa para marcharse a Estados Unidos. Y, lo que es más importante, que la CMA bloqueó su compra por parte de Nvidia el año pasado, después de muchas idas y venidas. Así que no es descabellado pensar que la CMA y su decisión hayan tenido algo que ver en este movimiento; especialmente si tenemos en cuenta que Microsoft y Activision Blizzard probablemente lo imiten.