Hoy comienza a aplicarse la Digital Markets Act (DMA), también conocido como el Reglamento (UE) 2022/1925 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de septiembre de 2022 sobre mercados disputables y equitativos en el sector digital, cuyo objetivo no puede ser más claro: evitar aquellas prácticas desarrolladas por las empresas digitales que puedan poner en peligro los precios, la calidad, la competencia leal, las opciones y la innovación en el sector digital. Publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea en fecha de 12 de diciembre de 2022, no ha sido hasta el día de hoy cuando ha entrado en vigor. Y lo ha hecho por todo lo alto, con una declaración de intenciones muy clara de Margrethe Vestager, actual Comisaria Europa de la Competencia y una de las figuras clave en la aprobación de la compra de Activision Blizzard en Europa.
El origen de esta norma tampoco deja lugar a duda alguna, pues toma como punto de partida varios procesos en los que la competencia de la Unión Europea se ha visto puesta en jaque, teniendo como principales actores a Google, Apple, Amazon y Facebook. Tal y como ha comentado Vestager, a pesar de los procesos anticompetencia que se han o están sustanciando contra estas empresas, no es suficiente. La Comisión Europea necesita actuar con mayor velocidad para favorecer a los pequeños empresarios.
Margrethe Vestager, actual Comisaria Europa de la Competencia, ha anunciado que comienza a aplicarse el DMA.
Comienza a aplicarse la Digital Markets Act, con el que la Comisión Europea ata en corto a Google, Amazon, Apple y Meta:
“Si no nos gusta un supermercado, simplemente podemos cruzar la calle y entrar en otro. Y online debería ser lo mismo. Trabajamos para que las big tech no puedan encerrarnos en su mundo”, comienza diciendo Vestager.
La actuación llevada a cabo por la Comisión Europea, en materia de defensa de la competencia, no ha sido tanto ineficaz como lenta. Así lo ha dado a entender Margrethe Vestager, que ha apuntado directamente a cuatro de las mayores empresas en el sector digital como causantes de la norma que ha entrado en vigor.
Google se lleva la palma en procesos anticompetencia, con el cuatro proceso en marcha. En relación con los tres primeros, derivados de las políticas abusivas de Google Shopping, Android y Google Adsense, la Comisión Europea decidió imponer a Google una multa de 8.000 millones de euros. El cuarto de ellos fue resuelto en 2020, aprobando la Comisión Europea la compra de FitBit.
«Hemos trabajado durante mucho tiempo para que los pequeños comercios puedan tener una oportunidad. Tres casos cerrados contra Google. El cuarto aún en proceso. Dos casos contra Amazon que acaban de terminar. Procesos contra Apple y uno contra Facebook. Esto no basta. Necesitamos rapidez. Mucha más rapidez. Para que los pequeños negocios puedan entrar en ese mercado y que lleguen a nosotros».
Pero Google no ha sido la única empresa en poner en jaque el marco de la competencia de la Unión Europea. Contra Facebook/Meta se abrieron dos procesos, por la adquisición de Whatsapp (2014) y por la adquisición de Kustomer (2022), culminando los dos con el visto bueno de la Comisión Europea. Mientras que Apple fue sujeto de una investigación debido a su adquisición de Shazam (2018) y Beats (2014), que también finalizaron con la aceptación de la Comisión Europea. Por último, la Comisión Europea decidió permitir la adquisición de Amazon de MGM en diciembre del año pasado.
Pero las investigaciones de la Comisión Europea no son suficientes. Por ello nació y hoy comienza a aplicarse el Digital Markets Acta, cuyo objetivo principal es “contribuir al buen funcionamiento del mercado interior estableciendo normas para garantizar la disputabilidad y la equidad de los mercados en el sector digital en general y garantizarlas a los usuarios profesionales y los usuarios finales de servicios básicos de plataforma”. Como indica Vestager, los principales retos del Reglamento son lograr la interoperabilidad de las apps de mensajería, diversificar las stores, ofrecer más posibilidades a los consumidores y condiciones más equitativas a los desarrolladores.