La guerra entre Sony y Microsoft por Activision Blizzard tiene nueva fecha: martes 21 de febrero de 2023, día en el que tendrá lugar una audiencia ante la Comisión Europea para tratar la compra de la compañía. Se trata de la siguiente fase a seguir en el procedimiento para lograr la aprobación de la Comisión, después de que esta formulara objeciones a la adquisición de Activision Blizzard, al entender que podría entrar en conflicto con el Reglamento (CE) nº 139/2004 del Consejo, de 20 de enero de 2004, sobre el control de las concentraciones entre empresas y, por tanto, vulnerar la libre competencia en territorio de la Unión Europea.
De esta forma, la Unión Europea se suma a los procesos que se están dando de forma simultánea ante la CMA británica y la FTC norteamericana. Recientemente hemos sabido que, en una primera fase, la CMA se ha opuesto a la compra de Activision Blizzard, concediendo tanto soluciones alternativas como nuevos plazos para que las partes intervinientes e interesadas aleguen. Finalmente, es de esperar que el mismo proceso tenga lugar ante la FTC, aunque este podría alargarse hasta verano, teniendo en cuenta los plazos.
Cronograma de las principales fechas ante los organismos defensores de la competencia, disponible en: http://www.fosspatents.com/2023/02/sony-microsoft-to-clash-at-european.html
La guerra entre Microsoft y Sony por Activision Blizzard tiene nueva fecha ante la Comisión Europea:
En todo caso, la fecha más próxima es la del martes que viene; momento en el que Microsoft podrá defender su postura ante la compra de Activision Blizzard. Si bien no es obligatorio que Sony comparezca, porque en principio solo los interesados (Microsoft y Activision Blizzard) estarían citados, es poco probable que Jim Ryan y su equipo se pierdan la cita. A fin de cuentas, aunque no se trate de un juicio, sí será una audiencia a puerta cerrada en la que las partes podrán exponer sus posturas, así que el principal detractor del acuerdo tiene pocas papeletas de perderse el evento, como apunta el insider económico Florian Mueller en Twitter.
Por otro lado, es posible que Sony defienda la confidencialidad de sus documentos. Pero tal vez, en esta ocasión, esta medida pueda jugársele en contra, porque la Comisión podría no aceptar esta documentación confidencial o no tenerla en cuenta de cara a su decisión final. A fin de cuentas, la transparencia es uno de los principales fines que persiguen los organismos europeos en sus decisiones. Y una falta de la misma, en un caso tan mediático como este, podría poner en juego el papel de la Comisión Europea como órgano defensor de los intereses de los ciudadanos comunitarios; tanto que incluso el proceso podría llegar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.