Me despertaba este lunes 20 de abril con ganas de contaros el nuevo episodio de Hunt the Truth, el viral de Halo 5: Guardians, cuando, de repente, abro Twitter sin miedo a que me ‘spoiléen’ la carrera de Moto GP y me encuentro una noticia terrible. Un chaval de 13 años ha entrado a su instituto armado con una ballesta casera y una lista de objetivos entre los que había profesores y alumnos. Ha matado a un profesor y herido a unos cuantos compañeros.
Grosso modo ese ha sido el terrible acontecimiento de este lunes que me ha ‘animado’ a dar forma a algo a lo que daba vueltas en mi cabeza desde hace unas cuantas semanas. Antes de nada, quiero avisar que esto no es un artículo como los que estáis acostumbrados a leer en SomosXbox. No es un artículo con datos, opiniones más o menos objetivas o un repaso a un determinado juego o saga. No, esto es algo totalmente personal y expresa mi opinión ante un tema vergonzoso a más no poder, la percepción que tengo, que no sé si será compartida por vosotros, lectores, sobre el tratamiento injusto de los videojuegos en este país.
España es un país que tuvo una época dorada de los videojuegos hace ya más de una década. En las noticias, cuando era niño (un crío quiero decir, no es que ahora haya cambiado de género, que os veo venir) recuerdo extensos reportajes a Commandos 2 o la saga Imperium, entrevistas a los creadores y todo eso y yo pensaba »que guay, estoy jugando a ese juego y sale por la tele». Pobre de mi, lo único que pasaba es que era material publicitario en plan: »mirad que buenos somos los españoles». Tras esto vino un periodo de decadencia en el software español, sólo apuntalado por Pendulo Studios, con muy poca publicidad en las noticias, por no decir ninguna, ya que no recuerdo espacios como los de antes que cubriesen, por ejemplo, Hollywood Monsters 2 o Yesterday (tenéis que jugar sobre todo a este último).
Por el contrario, si salían videojuegos en las noticias era para culparlos de la violencia en los colegios norteamericanos, como cuando ‘dilapidaron’ Counter Strike o GTA V, o para señalar en un minuto algún estudio que demostraba que los videojuegos aumentaban los reflejos y la atención aunque eso, claro, no era de mucho interés y el espacio en los telediarios era mínimo, según mis recuerdos, claro, ya he dicho que esto es totalmente personal.
Ahora nos encontramos ante un renacer de la industria española con estudios de talla mundial como Mercury Steam o Tequila works, desarrolladores de Castlevania Lords of Shadows o del impresionante y prometedor RIME. También aparecen estudios independientes como Fictiorama Studios, desarrolladores de Dead Synchronicity: Tomorrow comes today, una aventura point and click que acabo de reservar en edición física y que presenta no sólo una historia adulta y dura, sino un juego crudo, muy crudo que se aleja del humor que impera en este tipo de aventuras españolas. Eso SI mereció un largo espacio en Antena 3 hace unas semanas, cuando se anunciaba que el juego ya estaba disponible a sabiendas que era un videojuego no violento, sino algo más. Es algo que me gustó, para qué nos vamos a engañar y pensé: »¿por fin los medios van a hablar de los videojuegos como lo que son, el principal foco artístico, al menos en consumo, de nuestro país por encima del cine y la música?»
No, me equivocaba. Parece que es mero material para cubrir un hueco e incluso, y mirad que yo no soy muy de teorías porque la política me importa entre poco y nada, como ‘arma’ para decir entre líneas que hay recuperación porque surgen empresas que apuestan por nuevos proyectos y que el pueblo llano diga: »joder, así si, en la buena dirección, si hacen algo marginal como los videojuegos es que vamos bien».
Lo que voy a exponer ahora es fruto de la desinformación ya que no vi las noticias de ayer pero, como todos sabéis, ayer se disfrutó en Madrid la final de League of Legends, algo que mueve masas (en las fotos el estadio estaba repleto) y, sin embargo, no sé si ha salido en los telediarios. ¿A que la preview de [inserte película] si saldrá? También se ha logrado un record Guinness jugando a Halo: The Master Chief Collection, a ver si eso sale hoy en algún telediario importante. O no, si no ha habido peleas en la puerta del GAME donde se disputaba el evento no está la gracia de estos titulares: »la gente se pega por jugar a un juego de disparos en tercera persona». No, no creo que hablen de ello aunque, claro está, espero equivocarme.
Los videojuegos siguen siendo denostados y es muy fácil echarles la culpa de lo que ha pasado hoy en ese colegio donde un inconsciente ha entrado para matar a sangre fría. ¿Sabéis? los videojuegos datan de mitad de los 70s, más o menos y os sorprenderá saber que hubo dos guerras mundiales antes de los videojuegos. Hubo algo llamado ‘Las Cruzadas’ donde se masacraron a millones de personas por su religión, ahora también se hace pero eso es post-videojuegos. Hubo algo llamado esclavitud en Egipto e incluso, cuenta la leyenda, que hubo un meteorito que asoló la Tierra y se cargó a los dinosaurios. Seguro que el meteorito jugaba a Space Invaders. Perdonad que me lo tome a coña pero, en febrero, tuve una experiencia muy distinta a lo que vivimos diariamente en este hemisferio del planeta, tuve la oportunidad de viajar a una zona del planeta donde si tienes una batería para dar sustento a una bombilla halógena eres de los más ricos del lugar, un lugar pobre donde la familia lo significa todo y donde… si, había violencia contra gente que no iba allí más que a ayudar (no era algo generalizado, no os forméis ideas equivocadas). Quizá era su forma de jugar, quizá alguno iba con mala idea pero lo que es seguro es que ninguno, salvo quienes han estado en España, sabía qué narices era un videojuego. ¿Cómo ha llegado, pues, la violencia por parte de niños a esa zona del globo? No, tampoco veréis en los medios de comunicación nada del Sahara, ni del libre ni del ocupado, eso no interesa pero, claro, es otro tema.
A lo que voy, que esta reflexión se está alargando. Los videojuegos en las noticias sirven para dos cosas: rellenar espacio y mostrar que son productos poco más que diabólicos para nuestros jóvenes. Es »violencia gratuita» que no deben ver los menores porque se corromperán. Lo que si pueden ver a diario en horario infantil son fragmentos de corridas de toros, gente que ha sido violada, cuerpos carbonizados y mutilados, etc. Eso es información.
No veréis espacios en las noticias dedicados a los videojuegos de forma asidua como si ocurre con el cine o la música. Si veréis titulares como »tiendas noruegas retiran los juegos preferidos del asesino de Oslo», »la Asociación del Rifle culpa a los videojuegos de las matanzas en institutos», »asesinato en Alemania por culpa de Final Fantasy», »muere un japonés por tirarse dos días jugando a videojuegos», o incluso algún familiar diciendo: »que bonito eso, matando policías, todos los juegos así, ya podían hacer cosas bonitas». Y aún estoy esperando a cierta periodista en su espacio en Onda Cero esta tarde…
Luego también hay que hacer mención a otro tema, si recuerdo haber visto vídeos como estos:
Algo violento pero… ¿culpa de los videojuegos o de unos animales que tienen acceso a los mismos, algo que pasa en cualquier ámbito cotidiano? Esto también existe:
Un campeonato donde también se juegan pasta y que siempre empiezan saludándose y terminan felicitándose. De hecho, hay más violencia en el fútbol que en las competiciones de viodejuegos. Algo extraño, ¿verdad?
Y, por último, no quería citar pero debo hacerlo. Cierto medio, llamado ‘elDiario’, abrió una sección sobre videojuegos y, esto es de dominio público porque está en la red perfectamente expuesto, por lo que no se viola la intimidad, esta es la respuesta de un lector:
»[…]Aunque no se especifique en el apartado de principios editoriales, quiero creer que valores como la justicia, la solidaridad, el progreso sostenible, el interés general de los ciudadanos, los derechos humanos, la igualdad (que sí son citados) van muy estrechamente ligados al de no a la violencia, cualquier forma de violencia. Existe ya un amplio consenso en que los videojuegos, la gran mayoría (existen honrosas excepciones) ponen en duda muchos de estos valores.[…]»
Esta es parte de la respuesta del director del medio:
“[…]No creo que nuestros valores –la justicia, la solidaridad, el progreso sostenible o el respeto de los derechos humanos– estén reñidos con los videojuegos, de la misma forma en que tampoco creo que sean incompatibles con otras formas de ficción, como el cine o la literatura.
¿Son violentos los videojuegos? Sí, algunos lo son, igual que son violentas algunas obras literarias o cinematográficas. No creo que las películas de Tarantino, los cómics de Robert Kirkman o las novelas de James Ellroy sean menos violentas que un GTA, pero creo que nuestros lectores son capaces de diferenciar entre la realidad y ficción, y entender que esa violencia figurada no es incompatible con el respeto por los derechos humanos. […]»
Chapeau, señor Escolar.
Violencia, de eso trata esto. Violencia es que a ese chaval no se le pueda juzgar por sus actos debido a su edad. Pero no, la culpa es de los videojuegos, a partir de la hora 1 minuto 50. Aunque, bueno, la culpa podría ser de The Walking Dead, serie de Antena 3 y, claro, sería tirarse piedras a su propio tejado.