Microsoft ha decidido dejar de contenerse e ir a por todas, muy posiblemente motivada por los resultados previos de la CMA. Y es que el organismo defensor de la competencia británico ha manifestado sus reticencias al acuerdo, llegando a proponer desvincular Call of Duty del mismo y venderlo a un tercero. Algo que es muy poco probable que pase, principalmente porque Activision Blizzard no parece dispuesta a deshacerse de su gallina de los huevos de oro. Pero eso no es todo porque, ante la negativa de Sony de darle información a Microsoft ante la FTC, esta ha decidido citar a Google y Activision Blizaard ha hecho lo propio con Nintendo.
Precisamente la posición de Nintendo como competidor de Sony y Microsoft ha sido puesta en duda en todo este proceso. Tan es así que ningún organismo ha valorado positivamente, hasta ahora, que Call of Duty tenga asegurada la presencia en Nintendo durante 10 años, si el acuerdo lega a cerrarse. Y eso que estamos hablando de una consola como Switch que ha sobrepasado los 114 millones de unidades vendidas, frente a los 30 millones de PS5 en diciembre de 2022, tal y como confirmó la propia Sony. La diferencia es especialmente abismal en Japón, tierra de ambas compañías, porque nos encontramos con más de 25 millones para Switch y 2 millones para PS5.
La FTC no tiene en cuenta a Nintendo como competidora, pese a ser Switch la consola más vendida de esta generación.
Microsost acusa abiertamente a la FTC de partidismo y a Sony de persuadir a los reguladores para bloquear el acuerdo de compra:
Ante estas cifras, Microsoft parece decidida hacer ver la escasa objetividad con la que está operando la FTC en todo este proceso, pudiendo incluso salpicar al resto de reguladores. Y es que la compañía ha manifestado abiertamente que la FTC parece estar uniendo sus propios intereses con los de Sony, al considerar únicamente su mercado, cuando es un asunto que le afecta tanto a ella como a Microsoft y Activision Blizzard, según apunta el insider Florian Mueller:
«Sony ha desplegado delegaciones de ejecutivos, enormes equipos de abogados externos y economistas de renombre para persuadir a los reguladores de todo el mundo de bloquear la adquisición de Activision Blizzard.
La queja de la FTC está centrada en los efectos que el acuerdo tendrá en el negocio de Sony. Este caso le afecta tanto a Sony como a Xbox y a Activision», comenta el analista en Twitter.
Finalmente Microsoft ha decidido dirigirse a la raíz del asunto y hacer ver que los operadores pueden no estar actuando con toda la diligencia y objetividad que deberían tener. Si a ello se le suma la falta de transparencia de Sony y los argumentos sesgados de la FTC (por ejemplo, no valorando la competencia que supone Nintendo), tal vez Microsoft esté allanando el terreno de cara a la demanda que muy probablemente se presente, en caso de no hacerse con Activision Blizzard.