La disputa legal que están manteniendo Microsoft y Sony debido a Activision Blizzard está desvelando datos realmente interesantes tanto por lo que respecta a una como otra compañía. Ya sea por las declaraciones vertidas en el caso de la FTC o de la CMA, tanto una como otra han dejado auténticas perlas de cara a la información de los videojuegos, y la última ha tenido como protagonista a PlayStation.
Tal y como ha señalado @DeekeTweak, en la primera fase de investigación que se realizó por parte de la CMA, Sony realizó unas declaraciones en las que aseguró que los exclusivos de PlayStation de alto perfil podrían no existir de no ser de franquicias third party como Call of Duty, que ayudan mucho a la hora de financiar los proyectos de desarrollo de juegos propios.
Los exclusivos de PlayStation no existirían sin franquicias como Call of Duty, según Sony
Según asegura la compañía liderada por Jim Ryan, las declaraciones vertidas en la primera fase de investigación sobre la viabilidad o no de la compra de Activision Blizzard aseguraban que, sin franquicias thirds party como Call of Duty, no sería posible hacer exclusivos de PlayStation de alto nivel, ya que implican un alto porcentaje de beneficios que sirven para ser dedicados directamente en el desarrollo de este tipo de títulos.
Esto, a su vez, también reduciría el rendimiento potencial de la producción de juegos first-party innovadores, disminuyendo así la capacidad y el incentivo de SIE (Sony Interactive Entertainment) para invertir en nuevos juegos.
Por tanto, con esta información queda claro que Sony no solo teme la perdida de jugadores que podría implicar el hecho de que Call of Duty fuera exclusivo de Xbox, sino que su mayor preocupación radica en la cantidad de beneficios que franquicias como la de Activision Blizzard reportan año a año en las cuentas de Sony, algo que podíamos incluso dar por sentado sin haber tenido acceso a esta información.
Por ahora, tan solo queda esperar a ver que dictaminan tanto la FTC como la CMA, e incluso la Comisión de la UE. Pero en las últimas semanas, dados los movimientos de Microsoft, todo parece indicar que la balanza cada vez se está inclinando más hacia los intereses de los de Redmond que los de los nipones.