Lo primero de todo quiero quede claro que esto es un artículo de opinión pura y dura, como fan de Xbox en particular y como fan de los videojuegos en general. Desde prácticamente comienzos de año, hemos sido espectadores de una obra que no ha tenido la clásica estructura de inicio-nudo-desenlace. Más bien nos hemos encontrado ante un inicio que ha dado lugar a un nudo que ha dado muchas vueltas sobre sí mismo. Y como muchos habréis intuido, me refiero al tema de la pérdida de la exclusividad de los juegos de Xbox.
Aunque algunos puedan pensar que este tipo de mensajes son lanzados desde un sector que pretende desestabilizar a la compañía, hemos visto como muchos de estos rumores provenían de algunos de los grandes referentes de la industria, como por ejemplo Tom Warren o Jez Corden, dos figuras de gran prestigio en lo que a la actualidad de Xbox se refiere (además de fan declarados de Microsoft, sus consolas y todo lo que lleva a cabo la empresa de Redmond).
No creo en un círculo mediático que quiera destruir Xbox
Por esa razón, es inconcebible pensar que la información que han vertido acerca de la posible llegada de juegos como Halo a PlayStation o Nintendo, o la posibilidad de que en un futuro Microsoft deje de lado el mundo de las consolas, sea una mentira con la que traten de ganar visitas. Algunos diréis, «pero es que Phil Spencer ya negó categóricamente que las exclusividades de Xbox llegaran a PlayStation». Sí, tenéis razón, pero con matices. A pesar de que Spencer y el equipo de liderazgo de Xbox aseguró que la salida del catálogo solo afectaría a 4 juegos, que a día de hoy todos ya sabemos cuáles son, dejaron abierta la puerta a que en el futuro la situación podría cambiar. Y todo parece indicar que así será.
Durante el mes pasado, los datos del mercado americano confirmaron que la visión de Microsoft estaba lejos de ser errónea, al menos en lo que a rentabilidad económica se refiere: Sea of Thieves y Grounded entraron en el top 10 de ventas de PlayStation en el mes de abril. Por tanto, es probable que Microsoft se haya visto reforzada en su intención de sacar gran parte del catálogo de exclusivos de su plataforma, especialmente al ver que los datos de las ventas de Xbox Series X|S no acompañan, siendo en estos momentos, inferiores a las de Xbox One tomando como referencia el mismo tiempo en el mercado.
No obstante, Xbox debe dejar claro ya cuál va a ser realmente su postura, tanto por una cuestión de credibilidad como por una de honestidad para con los fans que llevamos apoyando la marca desde hace más de dos décadas. La compañía debe desvelar las cartas que tiene, por temor al riesgo de que constantemente exista un tercero que les acuse de tenerlas marcadas; con la polémica, crispación y el barro mediático (como dirían en otros lares) que eso genera. Si Microsoft quiere sacar sus exclusivos del ecosistema, debe comunicarlo en un ejercicio de responsabilidad y valentía, especialmente cuando Phil Spencer ha sido una figura que siempre ha defendido que la comunidad era una parte muy importante para él.
Si me permitís dar mi opinión, siempre he pensado que cuantos más lugares tenga el usuario para poder disfrutar de un videojuego, mejor. No obstante, también es cierto que creo que uno de los grandes alicientes de cualquier hardware de videojuegos es el catálogo de títulos que es capaz de ofrecer frente a sus principales competidores. Pero también es importante recalcar que la importancia de las exclusividades ha perdido fuerza con el paso del tiempo, especialmente desde que el mercado de PC ha comenzado a recibir exclusivos de Xbox y PlayStation (Nintendo es la única que resiste la tentación) de manera constante. ¿Por qué? Pues porque ya no es necesario tener sí o sí una consola de una marca para poder disfrutar de sus IPs. Y sí, es cierto que un PC no cuesta lo mismo que una consola, pero eso es un tema de debate que dejaremos para otra ocasión.

Habrá muchos usuarios que piensen como yo, y otros tantos que tengan una concepción completamente distinta. No obstante, en lo que seguro que coincidimos todos y cada uno de nosotros es que la situación actual no se puede seguir manteniendo en el tiempo. Cada dos o tres meses no nos podemos encontrar ante filtraciones (de fuentes fiables) que señalen que una parte importante de sus líderes planean tomar decisiones como las de eliminar las exclusivas, o de que deberían eliminar la división de hardware dedicadas a videojuegos. Y esto se soluciona de una forma muy sencilla: hablando en público y explicando cuál es el porvenir de la compañía, aunque sin las medias tintas que pudimos ver durante el podcast de principios de año.
Durante mucho tiempo, Xbox se ha caracterizado por tener claro cuál era su destino, con Xbox Game Pass y xCloud como pilares fundamentales. Por tanto, lo único que pido es que, si ese final ha cambiado, que al menos no sigan estrujando el nudo, sino que lo desenreden, y al fin podamos ser capaces de comprender un relato que corre el riesgo de acabar con todo a su paso.