Las polémicas con las productoras relacionadas con los tráiler de las películas alcanzaron un nuevo nivel con Yesterday. La producción de Universal, basada en una historia original en la que un cantante sufre un accidente y es el único capaz de recordar las canciones de los Beatles, contó con Ana de Armas como uno de los principales reclamos publicitarios, a pesar de que finalmente la actriz fue completamente borrada de la película.
Esta decisión provocó el enfado de muchos de los fans de la actriz de habla hispana, lo que les llevó a demandar a Universal por publicidad engañosa. Finalmente, esta semana se compartió el fallo del juez estadounidense Stephen Wilson, que ha decidido desestimar la demanda de 5 millones de dólares de los fans de Ana de Armas, Michael Rosza y Conor Woulfe, cuya demanda se argumentaba en «publicidad falsa, enriquecimiento injusto y violación de competencia desleal» (a través de IGN).
Universal se libra de la demanda presentada por los fans de Ana de Armas
El juez Wilson dijo que la demanda «carece de legitimación» porque la «lesión es autoinfligida». Los demandantes presentaron la demanda el año pasado después de que cada uno decidiera alquilar la película de Danny Boyle a través de Amazon Prime, con la terrible sorpresa de que Ana de Armas fue completamente eliminada de esta comedia romántica, a pesar de contar con un gran protagonismo en los tráiler.
Rosza y Woulfe buscaban recuperar al menos $ 5 millones en compensación en nombre de los espectadores afectados en sus dos estados de origen que pagaron para ver Yesterday, alegando que Universal usó la «fama, resplandor y brillantez» de Ana de Armas para promocionar la película y atraer ventas al incluir sus escenas en el tráiler.

Eso sí, la decisión final de Wilson no fue del todo positiva para los intereses de Universal y del resto de productoras de cine. El juez aseguró que las personas tienen la capacidad de demandar a los estudios de cine bajo las leyes de publicidad, siempre y cuando se lancen tráilers engañosos en sus futuras películas. Justificó esta decisión en que estos no son otra cosa que «un discurso comercial diseñados para vender una película», por lo que deben estar sujetos a las leyes de publicidad engañosa.
Finalmente, la historia ha acabado de forma positiva para los intereses de Universal, pero no cabe duda de que esto sentará un precedente sobre como deberán de montar los tráilers de las películas en el futuro más inmediato.