Hay casos en los que la etiqueta indie se les queda pequeña a algunos juegos por, obviamente, tener más presupuesto y pretensiones que un juego indie propiamente dicho, como el caso que hoy nos ocupa. Shadow Warrior 3 está más en en el cajón de los AA, que de los indie, Devolver Digital ha publicado en el último año juegos muchísimo más modestos que este desarrollo del estudio polaco de Flying Wild Hog. Aunque al final se nota ese escalón que le falta al juego para brillar del todo.
Aclarado lo indie o no indie, en esta análisis de Shadow Warrior 3 vamos a hacer un repaso por los pilares clave de este frenético shooter de disparos en primera persona que bebe de los clásicos, aporta su sello distintivo en forma de katana, pero irremediablemente se vuelve a quedar en un quiero y no puedo.
El estilo ninja
Shadow Warrior 3 comienza acto seguido de los acontecimientos de la segunda entrega sin ningún tipo de resumen o puesta al día de los acontecimientos, algo a tener en cuenta por aquellos jugadores que quieran adentrarse en la serie por esta tercera entrega si no han jugado a los anteriores juegos. Tampoco es que sea estrictamente necesario, porque la historia de Shadow Warrior 3 es bastante simple y no se toma a sí misma demasiado en serio. Se sigue de manera sencilla.
Básicamente, al final de Shadow Warrior 2, el protagonista, Lo Wang, libera un dragón que ya ha destruido la mitad del mundo al que es incapaz de vencer él solo. Inmerso en una crisis existencial autodestructiva, acaba aliándose con su archienemigo, Orochi Zilla, para acabar con el dragón. Esto le lleva a conocer nuevos personajes, reencontrarse con nuevos amigos, visitar nuevos escenarios y otras movidas que incumben a un huevo de dragón, magia y un cañón interestelar, entre otras cosas.
Mokoto, el único nuevo personaje de la aventura, es mero relleno, no hay prácticamente desarrollo de personajes y acaba siendo una montaña rusa de chistes malos y acción palomitera que solo consigue que los momentos que deberían ser más personales, acaben siendo una simple parodia. Una gran parodia de las películas de acción de Hollywood podría ser una buena descripción de la trama de Shadow Warrior 3.
En general, la historia de Shadow Warrior 3 entretiene, pero se siente enormemente desaprovechada, como una simple excusa para ir de aquí para allá pegando tiros y espadazos, que al final es la mayor gracia del juego, pero no hubiese estado de más un acompañamiento narrativo más elaborado.
DOOM con katana, pero no mucha
Jugablemente pasa algo parecido, es divertido y cuenta con algunas buenas ideas, pero no termina de saber explotar sus cualidades. Shadow Warrior 3 bebe de la fórmula DOOM de acción frenética y ejecuciones imposibles, se llegó a conocer a la serie como “el DOOM con katana”, pero al final su jugabilidad es mucho menos interesante de lo que pueda llegar a parecer.
La base está bien, sigue siendo un FPS rápido, sangriento y divertido, pero la katana tiene mucho menos protagonismo del que gustaría.Se puede acabar con enemigos cuerpo a cuerpo con la katana para regenerar munición, como si fuese la motosierra de DOOM.Como arma, no es de las más útiles o poderosa y ha perdido versatilidad respecto a la anterior entrega.
En cuanto a novedades, Wang ahora cuenta con un gancho, como todo juego de acción de los últimos tres años, pero su uso en combate es meramente anecdótico para pasar de un lado del escenario a otro. En general, el arsenal del protagonista juega sobre seguro y apuesta todo al sota, caballo, rey de los juegos de acción. Pistola, escopeta, rifle, lanzagranadas, etc, armas fiables que llevarse a un apocalipsis zombie. Funcionan bastante bien.
Lo mejor del sistema de combate de Shadow Warrior 3 es la nueva mecánica de ejecuciones al estilo DOOM que se habilitan al llenar una barra de poder. Permite acabar con un enemigo de un movimiento y conseguir un arma especial por tipo de enemigo por tiempo limitad. Puede ser una bola disco que lanza rayos láser, un lanzacohetes de fuegos artificiales, un machete de dos metros para cortar gente por la mitad o una minigun para hacer papilla a los enemigos más poderosos, entre otros.
Esos momentos locos son los más divertidos de Shadow Warrior 3 y se hubiese agradecido esa misma originalidad en otros apartados. Como en el de los enemigos. Puede ser el juego con los enemigos más molestos que recuerdo en mucho tiempo, parece empeñado en recopilar los enemigos más pesados de todo el género y juntarlos en un pack ahorro familiar. Están los típicos masilla que van detrás de ti a pegarte, los de hielo, los que tienen escudo, los gigantes, los que vuelan, los “gordos”, etc. No hacen falta más detalles para que uno pueda imaginarse la situación.
El desarrollo del juego es mucho más lineal de lo que cabría esperar, se basa en una sucesión de arenas de combate separadas por secciones de plataformas al estilo parkour. El diseño de niveles es divertido, suele ofrecer diferentes alturas, ganchos para moverse rápido o alguna trampa para los enemigos. Las secciones de plataformas tampoco están muy mal, son divertidas y se hacen muy rápido. Lo malo es que es una fórmula conocida que acaba haciéndose repetitiva muy rápido.
No llevará más de 4 o 5 horas terminar Shadow Warrior 3 sin ir corriendo demasiado, más duración hubiera sido contraproducente para una fórmula tan limitada. Cuenta con jefes finales que dan un soplo de aire fresco al ritmo de juego, pero hay solo dos en toda la aventura.
En cuanto al progreso de personaje, no le encuentro demasiado sentido a que se base en conseguir ciertas esferas por el escenario si, por lo general, su diseño de niveles no acepta rutas alternativas, ni es especialmente elaborado. Las habilidades no están mal, lo típico de más vida, munición, recargar antes la barra de poder, algún nuevo efecto o función de las armas, etc.
Limitado por la pasada generación
No diría que Shadow Warrior 3 es un juego feo. Tiene una dirección de arte que brilla cuando se lo propone con puestas de sol, bosques de hojas rojas o escenarios de más fantasía, y el diseño de los enemigos es bastante original, tiene un montón de cinemáticas (pre-renderizadas, y borrosas), etc. Pero a nivel técnico no hace demasiado buen trabajo y eso repercute negativamente en su calidad de imagen y rendimiento.
Cabe destacar que, aunque en Xbox se marca el juego con el símbolo de Xbox Series X|S, Shadow Warrior 3 no cuenta con versión de nueva generación. Xbox Series X|S y PS5 ejecutan las versiones de Xbox One y PS4. Por lo menos, esto asegura un rendimiento estable a 60 fps sin interrupciones destacables en Xbox Series X.
La contrapartida es que visualmente se nota limitado por el hardware de la anterior generación. Por ejemplo, no cuenta con niebla volumétrica que aporte sensación de profundidad al escenario, por lo que una pared a 2 m y a 20 m van a tener el mismo acabado, lo cual es bastante desconcertante. También se pierden sombras en la distancia y muchos efectos y artefactos se sienten de baja calidad. La resolución general también es menor de lo que podría mover una versión nativa de nueva generación.
La banda sonora por lo general está bastante bien, trata de recoger ese estilo de las bandas sonoras del cine de los 80 y cierta inspiración oriental, a medio camino de la parodia y lo serio. Los efectos de sonido de las armas son bien reconfortantes. No viene doblado al español, solo cuenta con subtítulos.
Conclusiones
En definitiva, Shadow Warrior 3 es un buen alumno de la acción en primera persona de DOOM, es rápido, sangriento y tiene momentos divertidos. Recomendado para todos aquellos amantes de la epilepsia, los saltos y los tiros a bocajarro, aunque Flying Wild Hog podría haber arriesgado un poco más en su fórmula jugable y no ir tan a lo seguro. Su propuesta es más tradicional de lo que cabría esperar.
Igualmente, le habría venido bien una versión nativa de nueva generación para Xbox Series X|S, se siente desfasado en algunos aspectos aún siendo un juego de 2022. Veremos si más adelante llega en forma de actualización.