Una vez concluido el contrato de exclusividad durante un año con PlayStation, Stray ha llegado a Xbox para el deleite de todos aquellos jugadores que lo estaban esperando. Dos premios The Game Awards (mejor indie + indie debut) entre otros galardones y diversas nominaciones, hacen del título desarrollado por BlueTwelve Studio y editado por Annapurna Interactive un gran añadido para las consolas de Microsoft, cuyos jugadores ya pueden disponer de él desde el pasado 10 de agosto.
Stray es un juego de aventuras en tercera persona, ambientado en los callejones iluminados por el neón de una ciberciudad decadente y sus turbios rincones. Perdido, solo y separado de su familia, un gato callejero debe desentrañar un antiguo misterio para escapar de la ciudad olvidada. Para ello deberemos deambular por los alrededores, defendernos de amenazas imprevistas y resolver los misterios de este lugar tan poco acogedor, habitado por androides inocentes y criaturas peligrosas.
Análisis de Stray para Xbox
Lo verdaderamente fascinante de Stray es ver el mundo a través de los ojos de un felino e interactuar con sus escenarios de formas lúdicas. Es posible ser sigiloso, ágil, tonto y, a veces, lo más molesto que puede ser un gato con los extraños habitantes de este intrigante mundo. Por el camino, nuestro protagonista entablará amistad con un pequeño dron volador, conocido como B-12.
Con la ayuda de su nuevo compañero, entre los dos bucarán una salida a su extraviada situación.
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Explorando lo desconocido en un mundo distópico
Tras un desafortunado salto, caes en un oscuro abismo y despiertas herido, rodeado de basura y calles ominosas, donde una enigmática entidad te guía a activar un pequeño dron y transferir una especie de conciencia en él. Así comienza una aventura única, en la que ayudarás a tu compañero robótico a recuperar sus recuerdos y él a ti a volver con tu familia.
La trama se desarrolla a través de la interacción con los robots habitantes de este mundo, que actúan como intermediarios entre el protagonista felino y la población mecánica. Estos robots, con sus distintas creencias y personalidades, son uno de los aspectos más notables del juego, destacando la habilidad del equipo de desarrollo, BlueTwelve Studio, para darles vida.
A medida que se va resolviendo el misterio detrás de la vida inorgánica que nos rodea, exploramos una serie de ubicaciones diversas y cautivadoras. Desde los oscuros callejones iniciales hasta entornos más elaborados, el título presenta un mundo intrigante y lleno de sorpresas.
Uno de los aspectos que más sobresalen de Stray es su apartado audiovisual y dirección artística. Desde los vibrantes tonos neón de estilo cyberpunk hasta los oscuros edificios industriales, el juego crea una atmósfera única y sorprendente que se complementa con su narrativa para ofrecer una experiencia visual de impacto. A esto se suma una banda sonora que contribuye a la inmersión y al tono general del juego.
En cuanto al rendimiento en Xbox Series X, consola sobre la que he realizado este análisis, Stray demuestra solidez en todos los apartados, salvo por algunas pequeñas interrupciones ocasionales de poca importancia. La presencia de estos errores menores no empañan significativamente la experiencia, por lo que no suponen ningún problema.
Saltos, plataformas y más vidas que un gato
La experiencia jugable de Stray se basa en el uso de plataformas en tercera persona, pero con una particularidad: no hay libertad total por ellas. Es el juego el que indica dónde puedes saltar con un botón, limitando así el libre movimiento. Al principio podemos sentirnos un tanto decepcionados por esta limitación, especialmente considerando que controlamos a un gato, un animal conocido por su agilidad y capacidad para trepar. Sin embargo, la elección de los desarrolladores tiene su lógica, ya que refleja el comportamiento natural de un gato, que solo salta cuando lo desea.
Otro de los puntos fuertes de Stray lo encontraremos en la verticalidad de ciertas áreas, como en los suburbios de los barrios marginales. Aquí, el juego realmente captura la esencia de un gato que explora y trepa. Aunque los momentos de plataformas a veces se sienten guiados por las restricciones de salto, se sigue sintiendo parte de un entorno visualmente impresionante y enriquecedor.
La aventura de Stray consta de 10 capítulos, con algunas áreas abiertas que se dividen en zonas más lineales, siendo en las primeras donde el juego realmente brilla. Estas áreas nos permiten explorar libremente para ayudar a los NPC con sus problemas y encontrar unos 40 coleccionables ocultos que se presentan de distintas formas: recuerdos de B-12, chapas gatunas y partituras musicales.
Jugando como un felino de treinta centímetros de altura, las secciones de mundo abierto se sienten enormes al llegar por primera vez, sobre todo debido a su verticalidad. Podemos subir a los tejados, trotar por salientes altos, atravesar pequeñas entradas o ventanas y dar vueltas, muchas vueltas. Pero lo más impresionante es que después de unas horas explorando cada uno de ellos, estos mundos se reducen, no en un sentido físico, sino en la navegación del escenario de la mente.
El sistema es simple pero efectivo, y cada ubicación está diseñada con rutas óptimas, lo que hace que atravesar nuevas áreas sea un rompecabezas en sí mismo, incluso en las fases de persecución, sigilo y enfrentamiento contra enemigos. Por otro lado, los ejercicios de lógica que propone el juego para avanzar en la aventura no son difíciles de resolver ni agotadores, sino que los elementos se combinan para crear un flujo tranquilo y dinámico, sin abrumar ni aburrir al jugador.
Una vez conoces los atajos, los callejones, los tejados y la gente, las calles pasan a ser tuyas y deambulas por ellas como si fueras el dueño del lugar. Esta territorialidad, tan propia de las razas felinas, está increíblemente bien implementada y la exploración urbana se plasma a lo largo y ancho de las cerca de ocho horas que dura el juego.
Conclusiones de Stray para Xbox
Stray es una aventura intrigante dentro de un enigmático mundo y visto a través de los ojos de un gato que, a pesar de sus limitaciones, logra cautivar con su encanto visual y su enfoque fresco en la jugabilidad. Un título que merece un lugar en la colección de todos aquellos que estén buscando vivir una experiencia única y poco convencional.
Si bien cuenta con un excelente diseño de niveles, un aspecto visual impresionante, una trama intrigante, y toda la sensación de estar bajo la piel de un gato explorando un nuevo y extraño mundo, también cuenta con limitaciones. La no libertad de saltos, unos rompecabezas simples y una segunda mitad del juego sin el mismo nivel de verticalidad, puede decepcionar a algunos jugadores.
Aún con todo, solo os puedo recomendar Stray. Su enfoque único en la perspectiva felina lo convierte en una elección muy atractiva. Así que si eres un amante de esta peculiar especie animal en particular y de los juegos de plataformas en general, será para ti una compra obligada y MIAUravillosa.