El acuerdo de compra entre Activision Blizzard y Microsoft ha dado de lo que hablar durante esta última semana, pero pocos son los que se han detenido a pensar en un factor muy decisivo si el resultado final del acuerdo es su cancelación: Microsoft tendrá que pagar 3000 millones de dólares a Activision, en el caso de que su acuerdo de compra finalmente no pudiera llevarse a cabo.
Es normal que esta situación tenga a Microsoft al límite tras la decisión de la CMA de bloquear el acuerdo, mientras que otros países como Ucrania están dando el visto bueno para que el acuerdo de compra siga adelante. Mientras Microsoft y Activision han afirmado que recurrirán esta decisión de la CMA, parece que con esta decisión se ha dado un duro revés a la continuidad de la fusión entre ambas compañías.
Microsoft tendrá que pagar 3000 millones de dólares a Activision en el caso de que la compra no se efectuara, sin embargo la prioridad es tratar de cerrar el acuerdo y desde Activision se muestran seguros de sí mismos.
La cantidad total a pagar serían 3.000 millones de dólares, una cantidad en concepto de indemnización que hace marear a cualquiera. En una entrevista de la CBNC al CEO de Activision Bobby Kotick, vimos algunas declaraciones interesantes al respecto:
«Bueno, creo que nuestro primer objetivo es tratar de cerrar el acuerdo, que creo que es en interés de la industria, y de la competencia. Si no se cerrara, creo que a finales de año tendríamos unos 18.000 millones de dólares en efectivo. Y, creo que si nos fijamos en nuestros 30 años de historia, hemos desplegado el capital en beneficio de nuestros accionistas muy bien y vamos a seguir haciendo eso «.
Por supuesto, 3.000 millones de dólares es una cantidad desorbitada, pero si la comparamos con la cantidad que tendría que pagar Microsoft si el acuerdo de compra sigue adelante (69.000 millones), sería prácticamente ínfima. También cabe destacar que de formalizarse la compra, ésta valdría casi el doble de lo que le costó a Microsoft comprar Bethesda.