La comunidad de PC ha demostrado en varias ocasiones que es un tanto especial a la hora de tratar de boicotear a los desarrolladores. Es algo que hemos podido ver recientemente con Helldivers 2, después de que Sony exigiera como requisito estar vinculado a una cuenta de PSN, lo que desató la ira de los jugadores y la consecuente avalancha de votos negativos contra el juego. Sin embargo, no es el único juego que sufre casos de review bombing.
En marzo de este año, Bulwark: Falconeer Chronicles debutó en Steam, siendo una secuela de «The Falconeer», un juego que se estrenó en 2020, en el que controlábamos a un halcón de guerra y donde, además de explorar, teníamos que librar batallas contra otros enemigos aéreos. No obstante, la segunda entrega de esta franquicia apostó por una propuesta completamente diferente, pasando a convertirse en un juego de construcción ambientado en el mismo universo.
Bulwark: Falconeer Chronicles no es un juego de estrategia
Hasta ahora, todo normal. Sin embargo, la cosa cambia cuando sabemos que el desarrollador tuvo que cambiar el nombre original del juego a «Bulwark: Falconeer Chronicles, The Creative Building Sandbox», para tratar de aclarar que no se trataba de un juego de estrategia. ¿Por qué razón? Porque el juego estaba siendo bombardeado con decenas de reviews negativas que lo calificaban como «un juego de estrategia nefasto».
Esta confusión viene provocada del sistema por el que Valve cataloga los juegos. No es la compañía de Gabe Newell la que otorga esta clase de etiquetas, sino que son los jugadores los que deciden etiquetar un determinado título en una u otra categoría, y Bulwark: Falconeer Chronicles fue mal catalogado, tal y como señaló Tomas Sala, el desarrollador del juego, en PC Gamer.
Bulwark: Falconeer Chronicles, un sandbox creativo, no un puto juego de estrategia, construye cosas geniales y no esperes un final de juego porque es un juego tipo sandbox.
Si estás haciendo un desarrollo experimental que cambia el género y de repente ves unas semanas de recomendaciones negativas con quejas muy similares, te sientas y comienzas a buscar qué está mal, especialmente después de seis semanas de un increíblemente sólido 80% (de críticas positivas)
La frustración del desarrollador ha ejemplificado que Steam no siempre es perfecto, y que algo tan simple como un mal etiquetado puede acabar provocando un auténtico desastre en un juego.