Raro es el día en el que un escándalo no salpique a la CMA. Y hoy no es una excepción. La decisión de bloqueo del organismo de la competencia británico fue noticia hace apenas un día, cuando se hizo oficial la demanda colectiva contra Sony por aprovechar su posición dominante en PlayStation. A través de su monopolio en PlayStation Store, Sony aplicó presuntamente medidas disruptivas de la competencia tanto en los juegos como en el contenido in-game, además de comisiones elevadas para los desarrolladores. La demanda estima una reclamación económica que asciende a los 5.000 millones de libras, en pérdidas y daños ocasionados a los desarrolladores y usuarios.
Pero eso no ha sido todo, porque hoy mismo la Comisión Europea se ha separado aún más de la decisión de la CMA, abogando por una defensa de la competencia. Porque ese es su «Call of Duty», según palabras textuales de Margrethe Vestager.
El director de la CMA fue abogado de Sony, pudiendo quebrar el deber de imparcialidad del organismo
Como ha puesto de manifiesto, una vez más, el analista Florian Mueller, Colin Raftery es el actual Director Senior de revisión de fusiones en la CMA. Pero, desde 2006 a 2013, trabajó en el bufete de abogados Colin Gottlieb; la firma que ha estado representando a Sony como parte contraria o acusadora en el proceso de compra de Activision Blizzard. Y no sería el único caso, porque Mueller apunta a otro miembro de la CMA que ha colaborado con la firma RBB, entre cuyos clientes se encuentran no solo Sony, sino también Google, la segunda gran opositora a la operación.
«Un conflicto de intereses puede surgir cuando uno de los miembros tiene un interés financiero, o de otro tipo, que derive de sus actividades exteriores y que influya, o que previsiblemente pueda influir, en su imparcialidad o independencia en el cumplimiento de sus deberes», podemos leer en la web de la CMA.
En caso de demostrarse la existencia de conflicto de intereses, toda la decisión de la CMA podría caer por arbitrariedad y falta de transparencia. Recordemos que la propia CMA expone los pasos a seguir en caso de que alguno de sus miembros incurra en estos conflictos de intereses, pudiendo ser económicos, personales, mercantiles o de otros tipos. Conflictos que pueden dar lugar, en caso de que se demuestren, a la recusación del miembro en un procedimiento. En este caso, dado que la decisión de la CMA ya ha sido tomada, esta podría decaer por haber vulnerado su propio código ético y no cumplir con la exigencia de independencia de sus miembros.

Los deberes de independencia e imparcialidad no son exclusivos de la CMA, sino de todos los organismos reguladores de la competencia. Se trata de deberes fundamentales que rigen los sistemas democráticos y, por eso, la CMA no es la única que debe cumplirlo. Por ejemplo, la Comisión Europea también está obligada a salvaguardar estas funciones, como se desprende del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Y la FTC tampoco puede recibir impulsos externos, de ahí las constantes acusaciones de arbitrariedad hacia su representante, Lina Khan.