Han pasado casi 20 años desde que nos invadieran nuestros PCs los simpáticos, y feos, mudokons en el Oddworld original, juego que jugaba en mi niñez (jugaba lo que me permitía su extremada dificultad) sin saber que estaba ante una de las obras maestras del género.
Ahora, en el 2015, nos llega a Xbox One Oddworld: Abe’s Oddysey New ‘n’ Tasty (al que os prometemos que no volveremos a llamar por su nombre completo), un auténtico remake, y no remasterización, del juego que vio la luz en el año 1997. Tras su paso en PS4 y posteriormente por PC, por fin los usuarios de Xbox One podremos disfrutar, desde hoy mismo, de esta auténtica obra atemporal.
¿Sois fans del original y queréis pasar un buen rato? Ya os digo yo: es vuestro juego. ¿No sabéis de qué va esto y queréis saber si vale lo que cuesta? Pues seguid leyendo el análisis de Oddworld: New ‘n’ Tasty.
Te espera la picadora
La historia de Oddworld New ‘n’ Tasty nos pone en la piel de Abe, un mudokon que trabaja para la gran corporación cárnica, una factoría que tiene el monopolio de productos alimenticios, ya sea helados, postres o platos principales.
Abe se dedica a abrillantar el suelo y el juego comienza con nuestro simpático protagonista haciendo su trabajo mientras observa una serie de carteles publicitarios con los productos de la compañía. ‘’Mmmm, delicioso’’, exclama Abe conforme avanza por el pasillo. Sin embargo, lo no tan delicioso lo encuentra en un cartel donde descubre que la compañía va a ofrecer un nuevo producto, ¡a él mismo! ¿Los motivos? Los animales que hasta ahora servían de materia prima para construir el plato principal, ahora escasean y, por tanto, la forma de aumentar beneficios reduciendo los costes de importación es utilizar a los mismos trabajadores de la empresa (esclavos, más bien), como aperitivo.
Una vez que Abe descubre el pastel, nunca mejor dicho, siente que debe ayudar a los demás mudokon a escapar de la corporación algo que, por supuesto, no será fácil.
Jugabilidad intergeneracional
Una vez nos sentimos dentro de contexto, el juego empieza tras una breve cinemática, será el turno de ponernos manos a la obra y comenzar el verdadero viaje de Abe, un viaje que no va a ser fácil, ni de casualidad, vaya.
Hay que tener claro en todo momento que estamos ante un remake que ya tuvo su momento y, sobre todo, su público, lo que conlleva que el estudio, Oddworld Inhabitants, no pueda plantearse cambiar radicalmente las fórmulas que hicieron grande al original. Una es el sencillo planteamiento, algo que ya hemos visto en el apartado anterior. Otro es el desarrollo de los niveles, respetando el clásico, y otro es la dificultad, el apartado que puede ser más controvertido de cara a quien ya disfrutase del juego en 1997 y quiera volver a hacer una visita a la aventura.
Y es que, Oddworld New ‘n’ Tasty sigue siendo un juego difícil. Bueno, difícil no, desesperante mejor dicho. El título exige al jugador un periodo de adaptación al mismo debido a lo mal acostumbrados que estamos ante algunas animaciones como, por ejemplo, los saltos.
Al principio de la aventura descubriremos que, el bueno de Abe tendrá caprichos a la hora de saltar y algunos movimientos rápidos no será posible hacerlos, además de tener que mantener en todo momento respeto por la longitud de sus zancadas ya que, como en todo juego ‘clásico’, las animaciones no se adaptan al mundo que pisamos sino que el mundo se tiene que adaptar a las animaciones del personaje. Esto parece complicado pero es tan fácil de entender como deciros que si estamos ante una cornisa, más nos vale ir con cuidado a la hora de acercarnos al borde o moriremos. A la hora de saltar, Abe será un poco caprichoso, sobre todo para los saltos en vertical, no hacia delante, debido a la inercia de nuestro protagonista. Es algo que nos costará al principio pero a lo que nos acostumbraremos pasados unos minutos.
Por lo demás, Oddworld New ‘n’ Tasty es un juego de plataformas de la vieja escuela recreado con fidelidad y respeto a la obra original… casi en todos sus apartados.
Por ejemplo, para superar los niveles será preciso que mostremos atención durante todo momento ya que son niveles plagados de trampas, tanto físicas como precipicios, como tecnológicas a modo de puertas de rayos o sierras mecánicas como orgánicas (ciborg más bien) como nuestros enemigos, armados hasta arriba.
Para superar los niveles, que ahora son de scroll lateral y no con pantallas fijas como la versión del ’97, tendremos que estar atentos y utilizar el entorno a nuestro favor, ya sea activando palancas, tirando a los enemigos al vacío, escabulléndonos entre las sombras o empujando a nuestros adversarios contra sus propias trampas. Además, habrá muchas fases de sigilo en las que el enemigo, bien sea porque duerme o porque va en nuestra misma dirección, no se enterará de nuestra presencia si pulsamos el botón de ’ir con cuidado’ para no alertarlo. Esto será vital y más nos vale acostumbrarnos desde el principio de la aventura.
Sin embargo, no debemos olvidar cuál es el objetivo principal del juego. Salvar a nuestros compañeros es la principal motivación de Oddworld, por lo que tendremos a nuestra disposición una serie de órdenes muy sencillas para los demás mudokon. Con la cruceta debemos elegir entre ‘saludar’, ordenar que nos siga’ ‘ordenar que se paren’. Cuando lleguemos al punto de la pantalla donde nos esperan unos ‘pajaritos’, debemos crear un portal para que los mudokon puedan escapar. Tranquilos, será pulsar un botón. Aunque, claro, esto es opcional, podemos no salvar a ningún trabajador si así lo deseamos pero, eso si, afectará a los rótulos que salpican la aventura y nos avisarán de nuestro progreso en el mundo.
Esa jugabilidad peculiar, las mecánicas y la especial sensibilidad de los enemigos para con nuestros pasos, hace que New ‘n’ Tasty siga siendo un juego bastante difícil. Sin embargo, lo es menos que la obra original debido a los numerosos puntos de control que la compañía ha diseminado por todo el juego. Esto es algo que no gustará a quienes disfrutaron de la obra original y se convertirá en algo completamente necesario para quienes se enfrentan al juego por primera vez ya que, por desgracia, no estamos acostumbrados a este nivel de dificultad en los juegos actuales.
En términos jugables, los usuarios de One podemos disfrutar de dos mapas de control, uno más clásico y el del remake, permitiendo que seamos más ‘cautelosos’ con los movimientos de Abe al incorporar un botón para correr, y no el clásico ‘inclina más el stick para correr más’.
Unity al poder
Si en la pasada generación no se concebía casi ningún título importante sin Unreal Engine 3, en el campo de los juegos digitales e independientes pasa, ahora, lo mismo con Unity, al menos hasta que se adapten y den el salto a Unreal Engine 4.
Este remake nos muestra un Abe al que cogemos cariño ya desde el menú principal, con un detallado modelado de su cabeza. Una vez metidos en faena, el juego se mueve de forma fluida en todo momento y los escenarios están cargados de detalle sin perder la esencia del original.
Se han incorporado texturas, si, pero también efectos como las sombras dinámicas, una cámara que se acerca o aleja dependiendo de la situación y sirve para dar mayor dramatismo a la obra y otros efectos, como luces adicionales y efectos de humo que son bastante resultones. ¿Podría lucir mejor? Si, sin duda, pero lo importante, que es el desarrollo del título y la caracterización de los mudokon (os prometo que su mirada denota la triste situación que atraviesa su gente) es lo realmente importante.
A nivel artístico el juego es sublime, mostrando una ciudad sombría y cruel y haciendo que nos creamos en todo momento el universo futurista, decadente y de fantasía en el que estamos inmersos.
En cuanto al nivel sonoro, el título tiene una serie de efectos más que correctos y un elenco de voces originales modificadas para que parezcan más de… bicho. Las voces de los malos son muy ‘de malo’ y las voces de los buenos son más tiernas, clasicazo. También debemos destacar la música, oscura y cruel, que redondea el producto. Y, hablando de voces, el juego está en inglés con subtítulos en castellano.
¿Te apetece un helado?
Oddworld New ‘n’ Tasty es un juego digital de los que merece la pena comprar, tanto si sois amantes del género como si no. Es un cliché pero es cierto que jugarlo os hará un poquito mejores personas o, al menos, un poco más ricos en cuanto a la cultura videojueguil se refiere.
La jugabilidad del título tiene sus cosas, a las que habrá que adaptarse, como el control de Abe en los saltos, pero resulta una experiencia muy reconfortante el superar los niveles, estupendos niveles a nivel artístico, que nos propone Oddworld.
Oddworld New ‘n’ Tasty es un clásico y nos permiten volver a visitar este clásico. No perdáis la oportunidad.
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Lo bueno
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- Divertido, simpático y gratificante
- Un remake de los de verdad
- El carisma de Abe
- Apartado artístico sin pegas
- Un plataformas de los buenos
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Lo malo
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- Nos costará hacernos con los controles al principio
- Mantiene el reto del original aunque es algo más permisivo
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