Lo admito. Llevaba mucho tiempo esperando esto. Y es que, para alguien que desde niña ha crecido con las películas y videojuegos de Indiana Jones, y en edad adulta ha seguido al personaje en cualquiera de sus apariciones y formas de entretenimiento, El Gran Círculo es un sueño hecho realidad.
Tanto si eres «de los míos» como si no, te invito a vivir esta aventura que ya está disponible en exclusiva para PC, Xbox y Game Pass, y acompañarme a lo largo de este texto, en el que no solo voy a poner todo el cariño, sino que también, de manera objetiva y sin spoilers, voy a tratar de desgranar qué lleva a esta aventura de MachineGames y Bethesda a ser un imprescindible dentro de su género, y a consolidarse como uno de los mejores títulos de este año.
Te prometo que no me voy a enrollar demasiado. Me acomodo la fedora, cojo el látigo (por si acaso) y te cuento todo lo que estás deseando saber en este análisis de Indiana Jones y el Gran Círculo.
Un misterio global que respira esencia clásica
Empezando por la narrativa, El Gran Círculo es puro ADN Indiana Jones. Situada cronológicamente entre las película de En busca del Arca Perdida y La Última Cruzada, esta nos sumerge en un enigma arqueológico relacionado con un patrón místico que conecta lugares tan místicos y sagrados como la Isla de Pascua, Nazca y Giza. Desde el principio la trama se siente como una extensión natural de las películas, con momentos épicos, giros argumentales y la presencia inconfundible del profesor Jones: sarcástico, intrépido y siempre listo para enfrentarse a los nazis, miembros de un régimen al que detesta profundamente.
Cada personaje colabora para enriquecer la aventura, y aunque Troy Baker realiza un trabajo magistral con el protagonista en la versión original, el doblaje a nuestro español, a cargo de Gabriel Jiménez (doblador habitual de Luke Perry o Hugh Jackman), añade un toque especial. Es cierto que durante los primeros compases del juego se echa en falta la voz del Indy de las películas, y que algunos guiños y referencias a la saga podrían percibirse como ‘fanservice’, pero al final todo está integrado con maestría, logrando un gran equilibrio entre la nostalgia, la fidelidad y la frescura.
Exploración, combate y enigmas en primera persona
MachineGames tomó una decisión arriesgada al optar por una perspectiva en primera persona, pero el resultado es espectacular. Indiana Jones y el Gran Círculo no quiere ser Tomb Raider ni Uncharted. Aquí cada movimiento, desde el uso del látigo para cruzar riscos hasta los intensos combates cuerpo a cuerpo, está diseñado para que el jugador sienta que es el propio Indiana Jones. Por eso hacerlo «desde dentro» ha sido capital para sus desarrolladores.
Además, en muchas ocasiones podremos ver la espalda de Indy, pues el juego apuesta por vistas en tercera persona cuando lo cree conveniente, como cuando escalamos por una pared o usamos el látigo, ofreciendo así un descanso temporal de la perspectiva. Si sufres de cinetosis, no te preocupes, porque además de lo comentado el juego ofrece ajustes de accesibilidad y sensibilidad suficientes como para que puedes disfrutarlo sin temores. Esto también es gracias a sus distintos niveles de dificultad, que nos permiten personalizar la experiencia del combate y la exploración, haciendo que el juego termine siendo absolutamente accesible.
El combate es el segundo elemento central del juego, pero aunque se trate de un desarrollo de MachineGames, esto no es Wolfenstein. Las armas de fuego están presentes, sí, pero el título prioriza los puñetazos y el sigilo, reflejando el estilo improvisado de Indy. Las mecánicas de esquiva y contraataque son dinámicas, y la interacción con objetos del entorno, como usar un matamoscas o una guitarra como arma, añade un toque humorístico y genuino, tal como sucede en las películas.
¿Y qué sería de Indy sin su látigo? Pues además de trepar por él o deslizarse por tirolinas, también puede usarlo para desarmar enemigos y derribarlos después con los puños. En conjunto el combate es bastante satisfactorio y, aunque falta pulir un poco la IA enemiga porque en ocasiones es algo torpe, es un placer apalizar nazis y ver cómo se les va poniendo la cara como un tomate pasado de fecha.
Y el tercer pilar a reseñar en el plano jugable son los rompecabezas. Inspirados en la iconografía y simbolismo arqueológico, cada acertijo requiere ingenio y atención al detalle. Podemos encontrarlos en misiones principales pero también en las zonas de mundo «semi abierto», como un vibrante mercado en Egipto o unas ruinas aztecas. Los escenarios ofrecen un nivel de exploración y libertad que nos mete de lleno en la piel del protagonista. Además, las misiones secundarias, tareas y coleccionables añaden profundidad, ampliando la narrativa y añadiendo actividades.
Toda la belleza y atmósfera propia de la saga de Lucasfilm
Siguiendo con los escenarios, desde los arenosos túneles del Vaticano hasta los vibrantes colores de Nazca, todos ellos representan un deleite visual. El diseño artístico, apoyado por el motor gráfico id Tech, destaca especialmente en los juegos de luces y sombras, que crean la atmósfera cargada de misterio tan propia de las películas. Sin embargo, algunos problemas técnicos, como el ‘popping’ y pequeñas inconsistencias gráficas, empañan ligeramente la experiencia, pero no impiden para nada disfrutar de la aventura.
Así, el rendimiento general es bastante sólido en Xbox Series X, con una tasa de 60 FPS estables, mientras que en Series S se mantiene fluido pero con una resolución más modesta. No hay selección de modos gráficos ni una versión especial en cada caso, sino que el juego está optimizado para que se viva la mejor experiencia en cada consola.
La banda sonora, por su parte, es otro gran triunfo, mezclando temas clásicos de la saga con nuevas composiciones que encajan perfectamente con cada momento del juego, al igual que en la trilogía cinematográfica de Spielberg y a lo largo de toda la saga.
Una aventura que merece ser explorada al 100%
El equilibrio entre niveles lineales y áreas abiertas es una de las fortalezas del diseño. Los tres mapas tipo sandbox están llenos de secretos, coleccionables y misiones opcionales que invitan a regresar incluso después de completar la historia principal, la cual dura aproximadamente unas 15 horas. Para los completistas, alcanzar el 100 % del juego puede hacer superar las 30 horas, gracias a la recolección presente en los mapas abiertos. Estos escenarios no solo son bellos, sino que están diseñados para recompensar la exploración, lo que añade rejugabilidad al título. En definitiva, si me preguntas cuánto dura Indiana Jones y el Gran Círculo, te diré una cosa: dura las horas que tú quieras.
En cuanto a la progresión, esto tampoco es Starfield, pero algo de ello hay. Entre los coleccionables de la aventura encontraremos una serie de libros que desbloquean mejoras para las habilidades de Indy. Pero no bastará con recogerlos, sino que tendremos que invertir recursos en ellos. Una vez conseguidos, podremos tener una segunda oportunidad al ser abatidos, hacer que la escalada sea más rápida, obtener mayor precisión en los saltos, etc. Es una forma ligerita de mejorar el personaje, y totalmente opcional, pero que ahí está para quien la quiera aprovechar.
Conclusión: Una reliquia digna de un museo, el tuyo
Indiana Jones y el Gran Círculo es más que un videojuego de acción y aventuras; es una carta de amor de MachineGames a una de las figuras y franquicias más queridas de la historia del cine, que ha logrado conectar a varias generaciones. El estudio sueco ha capturado toda la esencia de Indy en cada rincón de la obra, combinando exploración, combate y narrativa en un equilibrio casi perfecto.
A pesar de algunos fallos técnicos menores y que (conociendo a Bethesda) seguro que serán subsanados, el título es ya una de las mejores aventuras del año y un imprescindible para cualquier fan del género. Lo habías soñado, y aquí lo tienes cual ídolo dorado.
Es la aventura de Indiana Jones por la que los fans hemos esperado toda una vida.
Gracias Bethesda y MachineGames por hacerla realidad. Ahora solo nos falta la película y el GOTY.