Llega a Xbox One Jotun tras su salida hace un año en PC gracias a un Kickstarter iniciado en 2014 y que recaudó más de 60.000 $, tras el éxito el gobierno de Canadá les ofreció fondos adicionales. Este juego nos llevará por un viaje místico donde nuestra protagonista debe probar su valía ante los dioses y así poder entrar en el Valhalla. La mitología nórdica será la base de esta espectacular aventura dibujada a mano y desarrollada por Thunder Lotus Games. Aquí tenéis nuestro análisis de Jotun: Valhalla Edition.
Después de la muerte
Jotun comienza con nuestra protagonista, Thora, muriendo en un naufragio. Para ganarse la entrada al Valhalla debe probar ante los dioses nórdicos que es digna ya que ése lugar está reservado sólo a aquellos que perecen en batalla. Esta historia nos llevará a diferentes mundos y lugares donde deberemos derrotar enemigos gigantes que nos lo pondrán muy difícil.
La primera toma de contacto tras coger el mando es espectacular, los desarrolladores saben que el juego es un derroche artístico y en muchas ocasiones se recrean. Debemos cruzar un puente mientras la cámara se aleja y nosotros pasamos a ser una simple hormiga que presencia un paisaje impresionante.
A medida que avanzamos por el primer mundo -sin nada que nos guíe salvo nuestra intuición- nos toparemos con algunos dioses que nos otorgarán salud o «invocaciones» que nos serán útiles en batalla. La exploración es un pilar fundamental del juego y es que tendremos que recorrer a conciencia los escenarios para descubrir cómo continuar, algo que al final se acaba convirtiendo en una propuesta en la que la aventura está en el viaje y no en el destino. En algunos niveles nos enfrentaremos a los bosses del juego, aquí llamados Jotun. Derrotar a cada Jotun servirá para ganarnos el favor de Odín para entrar en el Valhalla.
Los mundos que visitaremos están separados entre si pero conectados a un nexo al que iremos cada vez que completemos un nivel. Cada mundo tiene unos dos escenarios que cuando los completemos nos servirán para acceder a su Jotun.
Cada uno de los Jotun será especial y con un tamaño espectacular que nos hará sentir que estamos luchando contra un gigante de verdad. Algo que desde Shadow of the Colossus no nos había transmitido ningún juego.
Cuenta con mi hacha
Thora sólo contara con una hacha. Será su arma principal en el juego y la que nos servirá para derrotar a todos los enemigos que nos encontremos en nuestro camino.
El gameplay del juego es simple, para qué engañarse. Con ‘A’ rodamos, con ‘X’ atacamos, con ‘Y’ realizamos un ataque potente, con ‘B’ invocamos los poderes que nos han concedido los dioses, con los gatillos escogemos entre las invocaciones y con el stick izquierdo nos movemos. La mayoría del tiempo nos estaremos moviendo por el mapa e intentando acceder a nuevos lugares, pero cuando entramos en combate la cosa cambia.
Si son enemigos simples con atacar antes que ellos y rodar cuando nos ataquen nos bastará para superarlos pero los Jotun son otro mundo. Cada uno de ellos nos complicará la vida de una manera distinta y eso tras quedarnos embobados al ver su diseño hecho a mano.
Los jefes variarán sus patrones de ataque a medida que les vayamos restando vida así como también su apariencia y puntos débiles, cada uno será único y memorable además de tener un aspecto acorde al mundo que visitamos. Si morís (vais a morir y mucho, os lo aseguro) no os deis por vencidos, buscad otras estrategias.
Las invocaciones las recibiremos al dar con Dioses Nórdicos, que nos contarán su historia y nos darán un poder relacionado con ellos. Esos poderes nos serán de mucha ayuda para derrotar a los Jotun o a enemigos normales.
Los escenarios son bastante abiertos aunque algunos son algo laberínticos y puede que nos perdamos. Por el camino también encontraremos puzzles que completar como Tótems que activar, esporas venenosas que esquivar, ventiscas de las que resguardarse, enemigos que aparecen por sorpresa en manada, plataformas que activar para que nos lleven a nuevos lugares… La variedad en Jotun lo hace especial así como su originalidad para presentar dichos elementos.
A mano y con mucho amor
Sé que es un tópico lo de decir que un juego está hecho con amor y pasión así como ver juegos con diseños a mano pero Jotun tiene «algo» que lo hace único en su especie y que os dejará con la boca abierta en muchas ocasiones.
El diseño de niveles es variado y nos lleva por localizaciones con diferentes paletas de colores que sirven como excusa para encajar puzzles y enemigos únicos. Zonas boscosas, de hielo, estelares, áridas… El colorido irá cambiando en cada zona pero todas están tan trabajadas que ninguna destaca por encima ni desmerece a la otra. Una vez más debemos destacar también el diseño de los jefes.
El motor Unity sirve para que el estilo 2D isométrico del juego así como su diseño hecho a mano casen a la perfección sin ningún fallo que añadir. Ni cuelgues, caídas de frames o tiempos de carga excesivos. El juego va bien y rinde como se espera.
La banda sonora es otro de los puntos a favor de Jotun. Sin ser estruendosa o épica sabe acompañar nuestro viaje y darle ese tono de emoción y pureza que un título como este necesita. Las voces, en lengua nórdica están subtituladas al castellano, al igual que los menús.
Colosos en 2D
Podríamos decir que Jotun: Valhalla Edition es una mezcla de Shadow of the Colossus, Journey y Child of Light. Esa estética a mano, con devoción por lo que estás haciendo y sin descuidar un detalle pero buscando llegar al corazón del jugador sin vacilar. Un juego que es un viaje por la Mitología Nórdica para conseguir ganarnos la entrada en el Valhalla tras la muerte, que nos dejará boquiabiertos con su impresionante diseño de niveles y jefes.
Un sistema de combate simple pero resultón y un gameplay basado en la exploración. Sin guías, indicadores o algo que te recuerde a dónde tienes que ir. En la pantalla sólo aparece el escenario, nuestro personaje y un indicador de vida. Explora, avanza y derrota a los Jotun.
Si buscas un juego diferente, con un diseño espectacular y que te lleve por un viaje místico, Jotun: Valhalla Edition es imprescindible.