Puede que los más veteranos recuerden un pequeño juego de Virgin Games que vio la luz en 1989, Super Off Road, que tenía como protagonista a Ivan ‘Ironman’ Stewart, y las partidas más entretenidas que pequeños vehículos todoterreno ofrecían en entornos repletos de saltos y curvas cerradas. En cierto modo, un pequeño estudio como es EnjoyUP, podría haber tomado aquella referencia para traernos un nuevo juego arcade, Rock´n Racing Off Road, que se puede disfrutar por muy poco en Xbox One.
De un modo muy simple, podremos probar suerte en modos de juego varios, haciendo frente a los campeonatos, que iremos desbloqueando según consigamos ganar, así como acceder a pruebas de tiempo, o Time Trials, si bien, siempre que tengamos en casa la opción de poder agrupar hasta 8 amigos, con el mismo número de mandos, entrar a batallar en estas pequeñas arenas con estos vehículos. Cierto es, casi se recomienda, partir desde la primera opción y desbloquear todos los vehículos y circuitos disponibles, al menos, para poder dar algo de variedad a la experiencia.
Recuerdos de un clásico
Con poco más que una estructura básica, unos circuitos bastante simples, dentro de la complejidad que permite poner la ancha pista en una pantalla estática, con esa vista cenital que puede jugar más de una mala pasada por la falta de perspectiva, hasta 8 vehículos se enfrentarán en esta especie de desafío. Técnicamente, Rock´n Racing Off Road, puede incluso ser un título que intente evocar aquel clásico que pocos recordarán, si bien, se ha intentado trabajar para que estéticamente sea más actual. No obstante, pecaría de simple, lo suficiente para que se vea que el trabajo realizado ha sido modesto, pero no es tanto el diseño del conjunto como el de los circuitos, que pese a diferenciarse en algunos aspectos son prácticamente iguales, lo que puede resultar evidente. Recorriendo los diferentes continentes, haciendo frente hasta 4 carreras en cada uno de ellos, observaremos que circuitos típicos, como el 8 en el que nos cruzaremos intentando evitar el choque, se ven una y otra vez, con la salvedad, de donde están los baches y resaltos. De este modo, varias estructuras se repiten a lo largo de los 32 circuitos, que si somos sinceros, bien podrían ser 20 realmente diferentes.
En cierto modo, las referencias a Super Off Road resultan evidentes, principalmente por lo citado referido al género y estética que explota, si bien, la renovación no ha sido igual para todos los aspectos, donde encontramos una música ochentera, y no me refiero a rock californiano, sino a un estilo monofónico de la época de los 8bits, algo disimulado. Puede resultar algo irritante, si bien, el escaso sonido de los coches, totalmente ahogados por esta música, se combina con una reiterativa voz que suelta una y otra vez los mismos comentarios y que todavía ensalza más ese caracter arcade retro. Esto puede ser contradictorio, porque el resultado final, su estética, pese a evocar, parece haber intentado renovarse más de lo que debería. Son estructuras tridimensionales en un entorno en perspectiva, que parece más plano, se ha trabajado en ensalzar algunos valores, perdiendo, quizás, esa esencia de referenciar a un clásico.
Salta, derrapa y vence
Sin obviar que el juego ofrece una experiencia escueta, y algo repetitiva si consideramos la repetición de diseños de circuitos, algo que es evidente cuando avancemos a lo largo de los campeonatos para poder desbloquearlo todo, podemos observar que superando estas pruebas conseguimos también nuevos vehículos, que podrían actuar, en parte, como medidores de la dificultad. Al primer todoterreno, que apenas corre y se maneja muy bien, se van añadiendo potencia y falta de tracción, con un todoterreno mayor, un buggie, un monster truck y un vehículo de carreras carrozado. Cada uno de ellos se maneja diferente, y sin que sea un juego de desempeñe unas físicas impresionantes, al menos, intenta que la función de acelerar y frenar mientras saltamos o trazamos una curva tras caer de un salto, sea un paseo por railes. De hecho, se puede observar que el coche llega a hacer grandes derrapes que quedan marcados en la tierra sobre la que se desempeña la acción, pero este efecto “realista”, puede ser un arma de doble filo, más con vehículos poco estables, o difíciles de conducir.
Esta dificultad se ve directamente implicada con la IA, si no podemos acaparar la atención de 7 amigos más para competir en una misma consola, ¿Quien dijo que se abandonaba el concepto de multijugador local? La IA es extraña, si bien, en su afán por ser la más rápida y llegar a meta, normalmente sucede que no son conscientes ni del suelo en el que pisan y en muchas de ellas, acaban saliendose de pista, chocando con otros rivales o con nosotros, incluso, quedándose parados en la pista. No obstante, lejos de parecer todo inocente y consecuencia de despropósitos varios, en otras se convierte en una máquina invencible que se adhiere a la superficie, como si fuese asfalto y va como una flecha para conseguir la victoria, si bien, también pueden ir directamente a hacernos perder la carrera. En cierto modo, más que una carrera por superar al resto, se puede convertir en una carrera de obstáculos donde ya se tiene bastante con el manejo del pequeño vehículo, así como de los problemas derivados de una perspectiva poco eficaz o lograda.
Diversión a la antigua usanza
Parece que el juego es todo un problema, no obstante, nadie puede negar que la esencia de los arcade de antaño residía en los mismos propósitos que Rock´n Racing Off Road ofrece. De hecho, aquellos que tuvieron la oportunidad de jugar a Super Off Road, encontrarán en este juego la esencia de aquel clásico. Es divertido, es directo, sin premisas ni tutoriales, se sabe lo que hay que hacer y el control es lo suficientemente preciso como para poder divertirse. Encontrar la trazada adecuada, tener la fortuna de que la IA no nos arruine la carrera y disfrutar, no es difícil gracias a Rock´n Racing Off Road, no obstante, hemos citado los motivos por los que puede resultar frustrante.
Si contais con varios mandos o amigos que puedan aportarlos, lo que proporcionarán serán horas de diversión donde no solo esquivaremos neumáticos, también los codazos y seremos testigos de cierta intensidad. En el fondo, no es la primera vez que nos encontramos con un título que evoca al pasado, pero si puede ser un título que lo hace en un género como es la conducción. Puede que a estas alturas este género esté dirigido a otro tipo de productos, si bien, los juegos arcade siguen explotando, escasamente, una vista que se extrae por completo de la típica vista exterior de un vehículo que hace frente a la carretera. Una pantalla estática que muestra todo el circuito, testigos de todo lo que acontece en él, es una manera diferente de abordar algo de una forma despreocupada, con el único fin de entretener.
Aquellos que recuerden Super Off Road conseguirán evocar una serie de sentimientos que hacen de Rock´n Racing Off Road un producto especial, capaz de ser disfrutado por un pequeño período de tiempo, en el que, es más probable repetir una y otra vez un campeonato por no conseguir el logro específico que por tener una gran variedad por contenidos. Es una pena que no se haya considerado incluir un editor, del mismo modo que se puede observar que la presencia total del circuito es un límite a la variedad. Un primer intento, que en esencia, se puede considerar como un acierto porque divierte, si bien, es muy mejorable, lo que deja en evidencia cierta falta de ambición.