Os traemos el análisis de The Banner Saga 2, el videojuego de Stoic Games que acaba de llegar como regalo de verano a Xbox One gracias al programa Games With Gold. Se trata de una continuación directa del juego que vio la luz en enero de este año en Xbox One (aunque ya había salido dos años antes en PC), por lo que si no habéis completado la primera parte es mejor que no os embarquéis en la segunda, ya que se trata de un juego que da por hecho que se ha completado The Banner Saga 1.
Si sois de los que completasteis la primera parte, acompañadnos en el análisis de The Banner Saga 2 para Xbox One y descubrid el destino de los personajes de esta aventura épica que nos dará muchísimas horas de buena estrategia por turnos.
Continuando la saga
The Banner Saga 2 continúa justo donde lo dejó el primero (os recordamos el análisis de The Banner Saga). El juego de Stoic nos dará la posibilidad de importar nuestra partida del primer Banner Saga para que las decisiones que tomamos en el primero perduren en esta secuela, al igual que los atributos del héroe. Sin embargo, si nos pasamos el primero en otra plataforma, The Banner Saga 2 nos permitirá elegir personaje al principio de la nueva partida. Por tanto, si elegimos a Alette la historia irá por unos derroteros diferentes de por donde irían si nos decantamos por Rook.
Si, por el contrario, aun no habiéndonos pasado el primero decidimos aventurarnos en esta segunda parte, Stoic nos da la posibilidad de visualizar un breve vídeo que nos pone en contexto y que, la verdad, es muy pobre comparado con la experiencia y la información que recibimos al jugar el primero al completo, pero es mejor que nada, está claro.
Pero, ¿de qué va The Banner Saga 2? Está claro que muchos tiraréis vuestro dinero a la pantalla debido a las capturas del juego. Es precioso, sí, pero resulta aún más llamativo una vez sabes la historia o, por lo menos, el contexto del juego. The Banner Saga 2 no es algo épico, no es grandilocuente ni pretende terminar con un solo hombre salvando el universo. Ni mucho menos. The Banner Saga es una historia de amor, de supervivencia, de personajes que han sido expulsados de su hogar a manos de unos demoníacos seres, los Dredge.
Con el planeta a punto de colapsar, con un Sol que calienta poco y con un invierno perpetuo, nuestro clan de hombres y Varls (esos gigantes con cuernos) debe abandonar su tierra natal debido a la colonización que están llevando a cabo los Dredge. The Banner Saga 2 nos pone en la piel de hombres y mujeres vulgares, normales a más no poder pero con un corazón de oro y el afán de seguir vivos y mantener con vida a sus familias.
Nada en The Banner Saga es fruto de la casualidad, los combates no son puro relleno para el gozo del jugador, sino maneras de mantener a los enemigos ocupados mientras el resto del clan recoge los bártulos y pone en movimiento la caravana. Puede que ese combate sea el último de algún personaje, pero si su muerte se traduce en tiempo ganado para el resto del clan, no será una muerte inútil.
Así de duro es The Banner Saga, una historia sobre refugiados que quieren establecerse en un nuevo lugar ya que están siendo expulsados por los Dedge, esos malditos seres que sólo quieren devorar a nuestros niños… ¿o tal vez no? Quizás ellos también tengan familias y buscan asentarse en un nuevo lugar que, da la casualidad, era el nuestro.
No todo es blanco o negro en The Banner Saga y, por supuesto, The Banner Saga 2 no iba a ser diferente. Durante las más de 15 horas que nos llevará completar la aventura, una duración más que respetable para un juego de carácter tan indie como este, no sólo viviremos una historia épica protagonizada por personajes que tienen más carisma sin abrir la boca que otros con millones de polígonos en el rostro, sino que disfrutaremos del cenit de la trilogía de Stoic Games y disfrutaremos de decisiones trascendentales y combates enmarcados de forma magistral dentro de la narrativa.
El tablero es el campo de batalla
The Banner Saga 2 ofrece el mismo sistema jugable que disfrutamos (o sufrimos, dependiendo de la persona) en la primera entrega. No es un juego para todo tipo de usuarios, ya que la estrategia al más puro estilo Fire Emblem Fates, con cuadraditos que dividen el escenario y que nos indican dónde podemos ir y nuestro rango de ataque, no es amigable que digamos.
El título es complicado, ya que lo que prima en este tipo de juegos es la estrategia pura y dura y el saber anticiparse a las posibles jugadas de la máquina. En la parte inferior izquierda de la pantalla tenemos el indicador de turnos y… poco más que añadir. La dificultad del juego, afortunadamente, radica en el propio carácter estratega del jugador y no en un complicado sistema de menús. The Banner Saga 2 es bastante intuitivo en este aspecto, con una serie de recuadros que nos indican nuestro rango de movimiento (no es libre), un selector de ataque, ya sea para bajar vida o escudo y poco más.
Aunque hay selector de dificultad, la muerte perpetua de los personajes es algo que nos meterá un puntito de tensión más en el cuerpo, obligándonos a, incluso en dificultad media, tener cien ojos y máximo cuidado para no caer en los combates decisivos. Morir en The Banner Saga significa perderlo todo, literalmente.
Además del combate, las conversaciones serán fundamentales en The Banner Saga 2, ya que serán una constante durante toda la aventura. Además, el juego es fabuloso a la hora de afrontar estas secciones de palabrería, ya que no hay nada de relleno, todo aporta algo a este universo vikingo de fantasía y, poco a poco, nos ayudará a conocer el lore y el contexto. Es una auténtica gozada y, además, la parte de palabrería tiene su importancia en el devenir de la historia. No es un choose your own adventure, pero los amantes del género amarán The Banner Saga 2. Eso sí, están en completo inglés y no a un nivel sencillo como pueden tener los juegos de Telltale, por poner un ejemplo.
Delicatessen
Si a nivel jugable es una delicia para los amantes de la estrategia por turnos, a nivel audiovisual Stoic Games va un paso más allá. y ofrece, al igual que en la primera parte, un auténtico caramelo para nuestros sentidos visual y auditivo. The Banner Saga 2 mantiene el estilo de ‘dibujo a mano’ que nos cautivó en la primera entrega, con fases de acción preciosas que nos dan la posibilidad de acercar y alejar la cámara (aunque cuando la acercas se evidencia la baja resolución de los personajes) y cinemáticas que son una puñetera delicia.
A nivel sonoro el juego tiene un nivel envidiable gracias a la banda sonora de Austin Wintory. Para muestra, un botón:
The Banner Saga 2 es un juego imprescindible para los amantes de la estrategia por turnos. Stoic Games ha hecho un gran esfuerzo por adaptar el juego a consolas (han tardado muchísimo menos que con la primera entrega) y, además, llega a Xbox One de lanzamiento gracias al programa Games With Gold.
Cuando lo completé en PC en su día, The Banner Saga 2 me pareció una maravilla, demasiado continuísta pero ofrecía más de lo que quería. En Xbox One la experiencia es igual de buena, con un control que se adapta al mando a la perfección y que nos permite importar nuestra partida de The Banner Saga, por lo que podremos continuar nuestra épica historia justo en el punto en el que la dejamos.
Qué decir del apartado audiovisual, parece mentira que un estudio tan pequeño haya alcanzado unas cotas de excelencia tan elevadas, con un diseño visual soberbio que recuerdan a los dibujos animados de hace 60 años, unas animaciones manufacturadas de una belleza inmensa, unas escenas cinemáticas que son un ejemplo de buen gusto y una banda sonora original de esas que nos pondremos cuando queramos trabajar o hacer un viaje. The Banner Saga, tanto la primera como la segunda entrega, tiene mucha calidad en todos y cada uno de sus apartados, pero si no entrara por los ojos sería más difícil de vender.
Es cierto que no es un juego para todos los públicos, ya que el estar íntegramente en inglés, con un nivel bastante elevado, además, alejará de un plumazo el juego de un buen puñado de jugadores, pero si os dejáis llevar y os metéis en este violento mundo nórdico que, por curioso que parezca, bien podría estar basado en la realidad de nuestro mundo, descubriréis una historia épica que tiene valores bien definidos y, pese a ser de fantasía, una base real que la hace creíble en todo momento. Empatizaréis con los personajes y, en definitiva, llegará un punto en el que hasta os duela perder a ciertos miembros de vuestra caravana. Eso es lo que hace grande a un videojuego.